Y en el cielo, la luna es una espectadora privilegiada del devenir absurdo. Con sus lentes de aumento nos contempla y nos retrata como hormigas insignificantes, entre inmensos océanos y profundas quebradas abiertas con un cuchillo de estrellas.
Lucía Sánchez
viernes, 5 de junio de 2009
En tierra de hombres: el baloncesto
Un mundo como un árbol desgajado. Una generación desarraigada. Unos hombres sin más destino que Apuntalar las ruinas.
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