lunes, 13 de julio de 2009

De vacaciones y de lecturas





¿Qué nos queda de estos días de torrencial calor estival?: desazón ante un futuro incierto, el de un equipo ACB murciano navegando por aguas turbulentas momentos antes del naufragio. Parece que la crisis económica se ha transformado en un huracán que succiona toda la energía sentimental de los que apoyamos deportes minoritarios, y el baloncesto lo es: minoritario y anualmente deficitario. Entre tanta zozobra nos refugiamos en la lectura, en un Vázquez Montalbán pletórico de párrafos y frases que nos mecen en esta época difícil de la que difícilmente saldremos. De todo lo leído últimamente en los diarios regionales y en la blogesfera sobre el CB Murcia nos quedamos con estas reflexiones del creador de Carvalho, expuesta en “La Aznaridad”:



“ Cuando alguien nos advierte: “yo no tengo pelos en la lengua”, lo mejor es dejarle a solas con su lengua lampiña. A mi me encanta la gente con pelos en la lengua. Tener pelos en la lengua significa pensar lo que se dice”.



Estamos en esos periodos difíciles en los que nos aferramos a lo que nos dice Vázquez Montalbán unas páginas más adelante:



“En contra de lo que pudimos pensar en momentos tenebrosos de nuestra vida, empezábamos a admitir que el Bien existe”.



Por último recurriendo a la cocina, el escritor catalán de abuelos maternos murcianos, nos obsequia con esta perla:



“Así como Nietzsche dijera que hay pueblos que nacen para hacer historia y otros para padecerla, España al menos ha nacido para tener cocinas y en cambio el Reino Unido para padecerlas”.



Y nosotros añadiríamos: hay ciudades nacidas para disfrutar del baloncesto ( Vitoria, Málaga, Badalona... ) y otras para sufrirlo. Gracias a muchas cosas, tal vez también gracias a la poca afición que acude a las canchas.



Recordamos que en “Los pájaros de Bangkok” Vázquez Montalbán asesina a un amante tailandés en las dunas de La Manga del Mar Menor. Carvalho llega a la escena del crimen segundos antes de que las balas sieguen la vida del joven. Si no hubiera discutido media hora antes con el amo de un restaurante como se debía preparar el caldero del Mar Menor hubiera podido evitar el crimen. Pero Carvalho es Carvalho, no se lo reprochamos. Y Vázquez Montalbán es Vázquez Montalbán, que nos dejó huérfanos hace no muchos años. Sería lamentable el crimen que se va a cometer si el señor Cruz y Mr. Karabatic no lo evitan, un crimen de reproches que nos va a dejar sin baloncesto ACB. Quizá todos seamos culpables, pero unos lo serán más que otros porque con los sentimientos no se juegan, aunque una mayoría dirá que con dinero no se juega, menos aún si es de todas las ciudadanas y ciudadanos.

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