sábado, 28 de noviembre de 2009

La Declaración de Sentimientos o de Séneca Falls



Esta mañana soleada de sábado hemos asistido al partido de liga de cadete masculino, Grupo C, que han disputado en tierra fronteriza de limoneros el CB Santomera y el CB Murcia 95. El resultado ha sido lo de menos, un partido más de una competición tal vez excesivamente desnivelada. Durante el encuentro, hemos escuchado el sonido de una bocina que nos ha hecho preguntarnos si los barcos cargados de emigrantes que llegaban a Nueva York durante el siglo XIX y parte del XX no hacían sonar sus sirenas al avistar la bocana del puerto, y si el sonido no guardaría cierta semejanza con esas bocinas que, a algunas, nos asordan tanto durante los partidos de baloncesto. Hemos rememorado la travesía de los irlandeses huyendo de una tierra asolada por la Gran hambruna de 1848 provocada por la perdida de las cosechas de patatas y que provocó más de un millón de muertos en la verde Erin, la isla esmeralda. 1848, año de revoluciones tal como nos descubre Eric Hosbsbawn en su clásico estudio “Las Revoluciones Burguesas”, también año de la publicación del Manifiesto Comunista de Kart Marx y Frederic Engels. Pero en el futuro, seguramente el año 1848 no será recordado por la publicación de un panfleto que fue utilizado como catecismo por muchas personas durante medio Siglo XIX y gran parte del Siglo XX, sino por la “Declaración de Sentimientos” o “Declaración de Séneca Falls”, manifiesto fundacional del movimiento sufragista norteamericano y, por extensión mundial. La utopía comunista ensayada en la Unión Soviética fue una tragedia, un desastre individual y colectivo como nos relata Alexander Solzhenitsyn en “Archipiélago Gulag” o más recientemente Simón Sebag Montefiore en “La Corte del Zar Rojo”. Pero dejadme recordar de esa deleznable época autores soviéticos como Vasili Grossman y su “Vida y Destino”, Bulgakov y su “La Guardia Blanca” y “Margarita y el Maestro”, la poeta Anna Ajmátova y su “Réquiem”, o Mijail Sholojov y su extraordinario “El Don Apacible”.

Reproducimos la “Declaración de Sentimientos”, inspirada en la Declaración de Independencia de Estados Unidos y publicada en 1848:

"CONSIDERANDO:

Que está convenido que el gran precepto de la naturaleza es que "el hombre ha de perseguir su verdadera y sustancial felicidad". Blackstone en sus Comentarios señala que puesto que esta Ley de la naturaleza es coetánea con la humanidad y fue dictada por Dios, tiene evidentemente primacía sobre cualquier otra. Es obligatoria en toda la tierra, en todos los países y en todos los tiempos; ninguna ley humana tiene valor si la contradice, y aquellas que son válidas derivan toda su fuerza, todo su valor y toda su autoridad mediata e inmediatamente de ella; en consecuencia:

DECIDIMOS

Que todas aquellas leyes que sean conflictivas en alguna manera con la verdadera y sustancial felicidad de la mujer, son contrarias al gran precepto de la naturaleza y no tienen validez, pues este precepto tiene primacía sobre cualquier otro.

Que todas las leyes que impidan que la mujer ocupe en la sociedad la posición que su conciencia le dicte, o que la sitúen en una posición inferior a la del hombre, son contrarias al gran precepto de la naturaleza y, por lo tanto, no tienen ni fuerza ni autoridad.

Que la mujer es igual al hombre - que así lo pretendió el Creador- y que por el bien de la raza humana exige que sea reconocida como tal.

Que las mujeres de este país deben ser informadas en cuanto a las leyes bajo la cuales viven, que no deben seguir proclamando su degradación, declarándose satisfechas con su actual situación ni su ignorancia, aseverando que tienen todos los derechos que desean.

Que puesto que el hombre pretende ser superior intelectualmente y admite que la mujer lo es moralmente, es preeminente deber suyo animarla a que hable y predique en todas las reuniones religiosas.

Que la misma proporción de virtud, delicadeza y refinamiento en el comportamiento que se exige a la mujer en la sociedad, sea exigido al hombre, y las mismas infracciones sean juzgadas con igual severidad, tanto en el hombre como en la mujer.

Que la acusación de falta de delicadeza y de decoro con que con tanta frecuencia se inculpa a la mujer cuando dirige la palabra en público, proviene, y con muy mala intención, de los que con su asistencia fomentan su aparición en los escenarios, en los conciertos y en los circos.

Que la mujer se ha mantenido satisfecha durante demasiado tiempo dentro de unos límites determinados que unas costumbres corrompidas y una tergiversada interpretación de las Sagradas Escrituras han señalado para ella, y que ya es hora de que se mueva en el medio más amplio que el Creador le ha asignado.

Que es deber de las mujeres de este país asegurarse el sagrado derecho del voto.

Que la igualdad de los derechos humanos es consecuencia del hecho de que toda la raza humana es idéntica en cuanto a capacidad y responsabilidad.

Que habiendo sido investida por el Creador con los mismos dones y con la misma conciencia de responsabilidad para ejercerlos, está demostrado que la mujer, lo mismo que el hombre, tiene el deber y el derecho de promover toda causa justa por todos los medios justos; y en lo que se refiere a los grandes temas religiosos y morales, resulta muy en especial evidente su derecho a impartir con su hermano sus enseñanzas, tanto en público como en privado, por escrito o de palabra, o a través de cualquier medio adecuado, en cualquiera asamblea que valga la pena celebrar; y por ser esto una verdad evidente que emana de los principios de implantación divina de la naturaleza humana, cualquier costumbre o imposición que le sea adversa, tanto si es moderna como si lleva la sanción canosa de la antigüedad, debe ser considerada como una evidente falsedad y en contra de la humanidad.

Que la rapidez y el éxito de nuestra causa depende del celo y de los esfuerzos, tanto de los hombres como de las mujeres, para derribar el monopolio de los púlpitos y para conseguir que la mujer participe equitativamente en los diferentes oficios, profesiones y negocios”.







El primer país que estableció el sufragio universal fue Nueva Zelanda en 1893. España, por su parte, lo estableció en 1931. Llama la atención que países como Suiza no lo implantaran hasta 1971, Portugal en 1975, Liechtenstein en 1984 o Sudáfrica en 1994 (aunque este último país tuvo una evolución histórica peculiar.

Las imágenes son pinturas de Van Gogh ("Los comedores de patatas") y Millet ("El Ángelus")















miércoles, 25 de noviembre de 2009

A los 16 años Lucía Sánchez Andreo pensó que tal vez el mundo no era redondo...

A los 16 años, Lucía sánchez Andreo pensó que tal vez el mundo no era redondo, tal como se mantenía desde Galileo, porque tenía demasiadas aristas y esquinas que lo hacían ciertamente ingrato. Tampoco era de caramelo, como sostenía Irene Andreo mientras leía poemas de Pessoa a la luz de un sol que refulgía en las altas ventanas de la brisa mediterránea y dibujaba tenues cascadas de piel de naranja en la pared de poniente.

A los 16 años, Lucía Sánchez Andreo leía a Kavafis, a Whitman, a Neruda y a García Lorca, y la poesía formaba parte de sus pequeños asuntos desde el amanecer sonrosado hasta los últimos túmulos de la madrugada. Pero la vida no era una estrofa abierta a la vida, tampoco un racimo de poemas extraídos al azar de una bóveda celeste de un azul inconmensurable y nunca antes visto.

A los 16 años, Lucía Sánchez se sentía libre, grande y hermosa en un tierra de palmeras, olivos y aguas rizadas que se peinaban en los cañaverales de cualquier playa. El sol refulgía, vibraba y jugaba con los objetos que el azar había desperdigado, ora con serenidad, ora abruptamente, en la mirada castaña de una adolescente que amaba la poesía e ignoraba la prosa dura, maciza, marmórea con la que se escribían los hechos humanos.

A los 16 años, Lucía había conocido el amor y el desamor, estudiaba 3º de BUP, y añoraba México y las historias que le contaba su abuela sobre la guerra y las lucernas de la muerte en las llanuras gélidas de Toledo. Había dejado el voleibol, había dejado a su novio que jugaba al baloncesto y se sentía melancólica, pero con una melancolía dulce y despejada envuelta en el revés de su tristeza.

A los 16 años, Lucía comenzaba a ser y sentirse Lucía, sin apellidos, sin ataduras, sólo con un futuro dorado que a veces se camuflaba tras una nube de su mirada.

Os dejamos hoy, Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, un microcorto documental realizado por Moisés Romera y Marisa Crespo titulado “Jugando a mamás y papás”.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Baloncesto y Violencia de Género: la FEB abre caminos


El 25 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra las Mujeres. La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la violencia de Género, establece en su artículo 1.1 que “La presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.

Por desgracia cada año son asesinadas decenas de mujeres por violencia de género. A fecha 29 de octubre de 2009, las víctimas mortales contabilizadas para el año en curso ascienden a 49 mujeres. Sin embargo, la percepción social sobre la gravedad de esta lacra social es muy baja: de acuerdo con los datos del III Informe del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer, sólo un 3,1% de las personas encuestadas señaló que uno de los tres principales problemas de España lo constituía la Violencia de Género (1,8% hombres, 4,3% mujeres).

Por tal motivo resulta estimulante el trabajo realizado por la Federación Española de Baloncesto en materia de violencia de género. El presidente de la FEB, José Luís sáez, recogerá este miércoles en Madrid el reconocimiento del Ministerio de Igualdad por su colaboración e implicación en distintos proyectos de sensibilización con la lacra de la violencia de género. En concreto, la Fundación Sociocultural Baloncesto de la FEB tiene en marcha, entre otros, el proyecto “Cuida tu Cuerpo, Cuida tu Mente”, implantado de momento en Cataluña y El País Vasco. En octubre de 2008, la FEB recibió, por parte del Ministerio de Interior, la Medalla de Plata al Mérito Social por el programa “Baloncesto sin Límites” destinado a mujeres reclusas.

Deseamos que la Federación Murciana de Baloncesto trabaje en este sentido e implante programas en coordinación con la FEB.

Para finalizar queremos reproducir un fragmento de la carta entregada por AD Infante a nuestra hija:

“Por último os queremos recordar que no vendemos una cultura en la que sólo vale la victoria, llevamos la cultura de que sabemos estar y sabemos comportarnos ante cualquier circunstancia de la vida. Nuestros equipos de esta categoría se basan en que las niñas jueguen y digo jugar porque no está presente la idea de competir. Nuestras jugadoras saben que se levantan y tienen un encuentro con niñas de su edad, que comparten un deporte común y que su madre y padre la van a acompañar, y que van a correr, y que se van a reír y que su entrenadora, al final, las va a felicitar aunque hayan perdido…”

Precioso.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Cartagena tenía color de hierro viejo..


Cartagena tenía color de hierro viejo, de quilla blindada, que un día encalló y abandonada en el roquedo fue cubriéndose de moho y de liquen. Cartagena era una plaza fuerte, con sus murallas por Quitapellejos hasta la estación del ferrocarril, cerrando por San José y Monte Sacro sobre el puerto. Por los flancos, montañas peladas se erguían y entraban el el mar, formando el puerto natural mejor del mundo, según los cartageneros más entusiastas”.

De Mr. Witt en el Cantón, Ramón J. Sender.

Dejamos la autovía por la salida de Los Dolores, enlazando con la antigua N301 y cruzando pueblos que no habíamos visitado en muchos años: Miranda, Santa Ana. A ambos lados de la carretera eucaliptos, pinos, palmeras de jardín, algunas paleras asomándose al asfalto, caseríos abandonados, casas de una sola planta, algún chalé, cultivos, trabajadores del campo, ciclistas, paseantes, personas haciendo deporte... Cerca de Miranda hileras de pilones a ambos lado de la travesía nos hizo recordar una canción de Albano y Romina Powell grabada precisamente allí, con la carretera como fondo y algunos pinos cerrando el sueño de un pasado que nunca volverá. Nuestra hija jugaba a las diez de la mañana en la Concentración de Equipos Mini Femeninos de la Federación de Baloncesto de la Región de Murcia, en Los Dolores de Cartagena, en las pistas auxiliares de Los Salesianos. Se reunían 15 equipos femeninos, 15 grupos de niñas que querían divertirse jugando, compartiendo sentimientos, deseos, camaradería, pasión por un deporte minoritario pero, o tal vez por eso, mágico. Tomamos un cortado en el café bar La Trainera, frente a la entrada del colegio. Una gran fotografía rectangular en la pared del bar mostraba una trainera de Zumaia. Nos llamó la atención el patrocinador de la embarcación: Altuna y Uría, construcciones. Ignacio Uría fue el último empresario vasco asesinado por la barbarie terrorista.
Pero esa mañana estábamos allí, sintiendo la cercana brisa marina, oliendo los sueños y pesadillas de una ciudad tres veces milenaria, para hablar de baloncesto, para ver jugar a centenares de niñas al baloncesto, para creer, que a pesar de las dificultades y agonías, es posible disfrutar con las sonrisas de nuestras hijas, con los botes de balón, incluso con los pasos, los dobles, el acompañamiento y las rayas laterales que siempre están más cerca de lo que pensamos.
A lo lejos una palmera se recortaba sobre el horizonte, y una bandada de gaviotas sobrevolaba en círculos sobre nuestras cabezas. Por allí estuvo el director deportivo de la Federación de Baloncesto de la región de Murcia, Felipe Coello. Por allí estuvimos muchas madres y padres comentando el esfuerzo que supone ir de un sitio para otro, un fin de semana tras otro, un mes tras otro, para que nuestras hijas disfruten de sus deseos y pasiones, al igual que nuestros hijos disfrutan de los suyos, porque todas las personas tenemos derecho a sentirnos iguales, a vivir la vida con todas las ilusiones que podamos acumular en estos, leves y finitos cuerpos. Sabemos que los tiempos están cambiando, está escrito en el viento (plagiemos a Bob Dylan), y que el siglo XXI es el siglo de las mujeres, de la igualdad de oportunidades. Y viendo pasear por las pistas a Felipe Coello pensamos si no estaría también por allí el Presidente de la FBRM, Juan Carlos Hernández, e incluso su Secretario General. Hay que visibilizar los géneros, hay que llevar la palabra jugadora a la letra impresa, hay que dignificar el esfuerzo de las entrenadoras y entrenadores de los equipos femeninos, hay que reconocer que es igual de valiosa la sonrisa de un niño que de una niña, que hay que buscar debajo de las piedras del pensamiento aquella vez en la que las acciones humanas no dependían de construcciones culturales de dominación.
El equipo de nuestra hija, la AD Infante, perdió los dos partidos, 14-36 y 16-30, pero durante una horas fuimos felices porque hizo lo que quería hacer, a pesar de las dificultades, a pesar de los estereotipos de género, a pesar de la dificultad de transmitir valores de igualdad y cooperación. Pensamos que la FBRM está preocupada por fomentar la igualdad en la práctica del baloncesto. Es hora de actuar y creemos que se están recorriendo nuevos caminos.
Al abandonar Cartagena, observamos a lo lejos las colinas que rodeaban la ciudad portuaria, cada vez mas bella e histórica. Y pensamos con envidia en su conversión en una ciudad de historia, cultura y libertad, a diferencia de Murcia que destruye su pasado y priva a nuestras hijas e hijos de un patrimonio que es tan suyo como nuestro. Cartagena fue cartaginesa y romana, y así lo vive y lo siente. Murcia fue árabe y lleva camino, para nuestra vergüenza, de convertirse en una aburrida, contemporánea y gris ciudad del interior regional. Que el tiempo y la razón lo impidan.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Losquenoentendemosdebaloncesto y la opinión constructiva

Losquenoentendemosdebaloncesto ha superado las 4000 visitas desde su nacimiento. Valga decir que una parte sustancial de dichas entradas la ha realizado la autora de este blog: para crear textos, para revisarlos, para comprobar si alguien lo sigue…No obstante, estamos orgullosas de que haya personas que lo lean diariamente. Sabemos de la dificultad material de escribir opiniones que enriquezcan el blog. Hay que registrarse en un proceso seguramente tedioso. Por tal motivo hemos decidido eliminar “trámites administrativos” engorrosos y ahora cualquier persona que lo desee puede opinar escribiendo lo que desee y publicándolo.

Creemos que losquenontendemosdebaloncesto hemos mantenido siempre un trato exquisito con las personas y con las palabras. El pensamiento, el debate, la agonía de ideas enriquece la teoría y la realidad que nos rodea. Es un bálsamo contra el maniqueísmo y contra el pensamiento único. En este sentido, creemos que la mayor facilidad para participar que ofrece losquenoentendemosdebaloncesto favorecerá el intercambio de ideas, de desacuerdos y de consensos. Ésta es nuestra apuesta.

jueves, 19 de noviembre de 2009

CB Murcia 86 Xacobeo 66: hay tiempo


Todavía hay pálpito en los cansados cuerpos de los nuestros. Los funerales siempre se anuncian con boato y ligereza cuando se presiente un gran entierro, no sólo de hombres, también de buques, fortalezas y palacios de cristal de Murano. Hay caídas que nada significaban, el cuerpo se desploma sobre la blanca arena o sobre el llanto matinal de la hierba y allí yace entre paseantes y niños que juegan a la pelota ladera abajo. Otras caídas son anunciadas con trompetas y tambores, una multitud se arremolina alrededor de los caídos y aplauden, ríen o lloran el lento desfallecimiento, ese movimiento imperceptible que anuncia el fin de los días y el retorno de las tinieblas a nuestros corazones.

En el meridiano del partido, ya revoloteaba en el denso ambiente del Palacio de Deportes el grafito de las alas de un cuervo, las cuencas vacías de los jugadores, el sacrificio simbólico de un entrenador, el desmoronamiento de un imperio que se suponía alcanzaría los más de 300 kilómetros por hora. La caída de la casa Usher (lovecraft), La caída de los dioses (Luchino Visconti), el derrumbamiento de un una montaña de ilusiones construida con sal marina en los largos días de agosto. Todo desaparecería en una milésima de segundo porque Dios ayuda a los buenos cuando son más que los malos, y en esta ciudad cruzada por un río sin corriente, de los sótanos de nuestros abuelos surgen ciudades subterráneas con calles, habitaciones, fuentes y mezquitas, espectros que nos hablan de un pasado de trágico olvido.

EL CB Murcia ganó. No sabemos si Moncho Fernández llamó a su encuentro a las criaturas buenas que habitan los bosques gallegos, o leyó las reflexiones de Joseph Fontana sobre la historia, o se tapó la cara con un libro de Wenceslao Fernández Flores, o vio arder en agosto 2006 las laderas cercanas a Santiago de Compostela, o si anoche soñó que amanecía sobre el verde retablo de los tejados compostelanos bajo el orvallo otoñal.

CB Murcia 86 Xacobeo 66 fue el resultado definitivo. Aún hay vida para lucharla.

Bienvenido Xavi Sánchez, has estado mucho tiempo lejos de casa.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Cuando Irene Andreo llegó a España


Lucía Sánchez (Ciudad de México, 1968) llegó a España a finales de 1981 junto a su madre Irene Andreo, hija de exiliados republicanos, que había conocido a Aurelio Sánchez, padre de Lucía, en la ribera de un río y se había enamorado de él con el inmenso mar encabritado como testigo de los primeros besos y caricias de dos casi adolescentes. Vivieron hasta finales de 1980 en Veracruz, hasta que Irene Andreo decidió vender su parte de las cuatro máquinas de la empresa familiar que sus abuelos habían creado a mediados de los años cuarenta y partió con la hija a Europa. Atrás dejaron al marido y padre, tíos y primos construyendo nuevos fracasos en el aire cálido y húmedo de lánguidos discursos de torrentosas palabras vacías.

Lucía Sánchez y su madre vivieron unos meses en Barcelona. Irene buscó trabajo en algunas de las editoriales literarias de la ciudad, llevando consigo, en un maletín de cuero que había sido del abuelo de Lucía y del que se dice que había portado manuscritos de Juan Negrín cuando dueño y maletín cruzaron la frontera en 1939, el currículo profesional de una vida dedicada a la difusión literaria de los escritores españoles exiliados en todo el subcontinente americano. Pero en Barcelona nada encontró, y un día, observando la cuesta del Cotolengo, recordó las primeras páginas de Últimas Tardes con Teresa, de Juan Marsé, y decidió partir con su hija a la misteriosa Murcia, buscando en aquellas tierras las oportunidades que Pijoaparte nunca supo aprovechar, si acaso las había para aquella clase social explosionada por las fuerzas violentas de la miseria.

Tuvo fortuna Irene Andreo y pronto firmó un contrato laboral temporal como asesora cultural del Ente Preautonómico que, con el tiempo, se convirtió en indefinido y hacia 1986 prometió cumplir tanto la Constitución Española como el estatuto de autonomía como flamante funcionaria del grupo A de la Administración regional.
Lucía retomó los estudios en un instituto público de las afueras de la ciudad. Allí fue feliz, encontró amigas y amigos, ascendió en incontables ocasiones al Pico del relojero o a La Cresta del Gallo, se bañó en la balsa de la mirada en los largos y hambrientos atardeceres del estío y jugó, cuando pudo y la dejaron, al voleibol en las desconchadas pistas exteriores del instituto. En COU se enamoró perdidamente de Guillermo, un compañero de clase que jugaba al baloncesto en el equipo del instituto. Era hermoso, era fuerte y podía hablar con el de Albert Camus, de Juan Goytisolo y de Kavafis. Durante todo un año siguió a Guillermo por las pistas deportivas de numerosos institutos y se percató de las diferencias entre unos y otros, de los equipos hechos con la sola voluntad de jugar y divertirse, carentes de medios, de entrenadores, de padres que les apoyaran, de pistas en condiciones… y de los equipos diseñados para que fueran el orgullo de los institutos, para que marcaran las diferencias entre lo público y lo privado, entre la gente del pueblo y la gente de la ciudad.

La historia con Guillermo duró poco, un año de felicidad, de manos entrelazadas mientras observaban, recostados en la hierba, el cielo entre las ramas de los sauces, un tiempo de sueños y proyectos descabellados, de regresar a México con su padre llevándose consigo a Guillermo, o de subir a la luna con sólo el suspiro del amor, o yo que sé…

viernes, 6 de noviembre de 2009

Otra experiencia en igualdad: una noticia del diario La Nueva España




Pilar Devesa lleva más de 30 años entrenando equipos tanto con los niños más aptos como con los que sufren cualquier minusvalía.

En un momento deportivo que prima el espíritu competitivo, incluso en las categorías inferiores, lo de Pilar Devesa suena a ciencia ficción. Una entrenadora de baloncesto que durante más de treinta años ha mantenido vigente su máxima: en su equipo juegan todos, altos y bajos, ágiles o torpes, superdotados o con algún tipo de minusvalía. Nunca ha ganado un título, pero se siente como si tuviese la vitrina llena. Porque nada le satisface más que la sonrisa de los cientos de niños a los que ha enseñado a jugar al baloncesto en 32 años de trabajo en el Colegio Elisburu de Gijón. También le llena la gratitud de los padres, sobre todo los que saben que no tienen a un Gasol en casa.

Pilar Devesa Pérez (Gijón, 20 de marzo de 1961) practicó el atletismo en el Colegio Rey Pelayo hasta que un entrenador norteamericano de baloncesto, Clayton Morris, dio un cursillo en el Grupo Covadonga. Jugó sólo una temporada, en el Fernández Vallín, y con 16 años se convirtió en entrenadora para profundizar en lo que más le llamaba la atención: «El trabajo en equipo». Rompió moldes desde el principio, al hacerse cargo de un equipo femenino del Elisburu: «Fue el primer equipo de niñas de un colegio público en Gijón porque en aquel momento no estaba bien visto».

En los dos años siguientes, el principal objetivo de Pilar fue conseguir una cancha, ya que jugaban de prestado en el San Miguel. Lo consiguió en 1979, gracias a la dirección del colegio, «que nos apoyó siempre. Nos costó más con las Apas, que apostaban más por el fútbol». Ese apoyo de los responsables del Elisburu fue fundamental para que Devesa pudiera plasmar su idea de baloncesto para todos: «Aquí siempre jugaron todos los niños que se apuntaban. Hemos tenido casos de síndrome de Down, enanismo, autismo y algún otro problema».

«Cuando Javier, un niño con Down, consiguió su primera canasta llorábamos todos», recuerda con emoción Devesa, sin importarle lo más mínimo las secuelas de esta política: «He perdido la cuenta de los partidos que perdíamos por 50 puntos en el primer cuarto y se cerraba acta». Aun así, el Elisburu también estuvo a punto de inscribir su nombre con los mejores: «Tuvimos alguna hornada de jugadores muy buenos. Dos veces nos quedamos a un punto de ser campeones de Asturias y otra, a dos».

Pilar Devesa prefiere entrenar a los más pequeños: «Llegué a dirigir juveniles, pero no me gustó. Prefiero enseñar y eso sólo es posible hasta infantiles. Es como el baloncesto del parque, sin sistemas de juego. Les digo que no quiero dobles ni pasos y que salgan a divertirse». Obligada a arrimar el hombro más allá de lo que le corresponde a un entrenador, explica que «el baloncesto no me compensa en lo económico, pero sí en lo personal. Todos los años digo que lo dejo, pero en agosto ya estoy otra vez ahí».

«Para mí el baloncesto es una forma de vida», dice Pilar, que conoció a su marido en una cancha y tiene dos hijas a las que también les picó el gusanillo. «Dicen que por mis venas corren balones naranjas en vez de glóbulos rojos. Pero en casa dejamos de hablar de baloncesto porque acabábamos discutiendo".

El artículo es de Mario D. Braña

lunes, 2 de noviembre de 2009

Losquenoentendemosdebaloncesto se sincera



En los últimos días se han publicado en la blogosfera comentarios que no entendemos en sus justos términos. No sabemos como se sustancia la falta de respeto, tampoco la referencia al poder o a los cargos. En la teoría de género, su ejercicio y la forma de ejercerlo es piedra angular. Pensemos en Foucault o Pierre Bourdieu. Por otra parte género no es sexo, género es una construcción social de lo que debe ser el hombre y la mujer, sexo es biología. En cuanto al tema de los cargos, si no se entiende lo anterior no se entiende nada. El argumento de la capacidad y la responsabilidad sería irrefutable en una sociedad en las que no hubiera diferencias materiales entre mujeres y hombres. Pero parece, y así lo demuestran numerosas y prolijas investigaciones, que siguen existiendo barreras que impiden una igualdad real. Hablamos, por ejemplo, del famoso “techo de cristal”, de la segregación educativa y laboral o de la doble presencia. Lo demás no deja de ser aburrido: si se piensa que el intento de permeabilizar el baloncesto con conceptos como igualdad de género, empoderamiento, acceso diferencial a los recursos deportivos, techos de cristal, Directivas Europeas, legislación nacional, planes de igualdad... es conspiracionismo se está muy alejado de los planteamientos que inspira losquenoentendemosdebaloncesto.

Creemos que el autor del blog más leído de nuestra Región ha sabido captar perfectamente el fondo del debate, el futuro que se vislumbra en pocos años. El mundo está cambiando, el siglo XXI es el siglo de las mujeres, y más pronto que tarde las barreras construidas durante siglos caerán por su propio peso y habrá igualdad, no machismo o su antónimo, el hembrismo.

También se dice que algún otro artículo o comentario impugna el aparato conceptual sobre igualdad y baloncesto, pero lo hemos leído y releído y no hemos encontrado tal impugnación. Tampoco tenemos demasiado interés en refutar afirmaciones que carecen de base teórica y se centran en estereotipos, caricaturas de las doctrinas económicas y políticas, de los sujetos del poder, de su ejercicio y de su representación simbólica.

Si se lee atentamente los artículos sobre igualdad y baloncesto publicados hasta ahora veremos las huellas de Simone de Beauvoir, de Betty Friedan, de Kate Millet o la estética de películas como Las Horas o Revolucionary Road, basada en una novela de Richard Yates. También es conocida nuestra predilección por la generación beat. Todo lo demás, creemos, son sueños, acaso pesadillas, urdidas en las blancas noches del Báltico, en las arenas de un mar donde Maquiavelo o Torquemada dibujan cadalsos u hogueras, y buscan el humo en las chimeneas de los descreídos.

Addenda (mañana del 2 de noviembre): La lectura de otros documentos elaborados con posterioridad a esta entrada, nos haría modificar ciertos párrafos de ésta. Pero en honor a la honestidad de lo pensado y escrito vamos a mantener el contenido original. No obstante, creemos que se está debatiendo desde el respeto a las opiniones ajenas, y desde la idea de que todas las personas que disfrutamos del baloncesto queremos potenciarlo y abrirlo a todos los ámbitos de la vida. Creímos ver en un comentario la impugnación de nuestras propuestas desde cierto conspiracionismo que no existía y no existe por ningún lado. Nos remitimos a la Conferencia de Pekín de 1995, o a los documentos de trabajo y su desarrollo normativo de la Unión Europea sobre el tema. Estamos hablando del concepto "empoderamiento", que va mucho más allá, en lo conceptual y en la praxis, del "quítame tú para ponerme yo".

Creemos que transitamos por sendas no trilladas, y esto es bueno si hay objetivos loables en el horizonte.