martes, 16 de febrero de 2010

Bajo la lluvia


Llueve, llueve sobre la ciudad, sobre los jardines y las calles de Murcia. Pasan las semanas nubladas, el frío cala los huesos, no seca la ropa, crece el musgo en los troncos de los árboles. Llueve en Murcia, en Cartagena y Lorca; llueve en la Cresta del Gallo, nieva en Revolcadores, vuelve a llover en la arena del mar, en la Isla del Fraile, sobre la vertical de los pecios de Cabo de Palos, en la Refinería de escombreras y en la bahía colmatada de Portmán.

Las luces de la ciudad iluminan el cielo blanquecino, que rebosa agua en sus hechuras.


“Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, llueve sobre la tierra que es del mismo color que el cielo, entre blando verde y blando gris ceniciento, y la raya del monte lleva mucho tiempo borrada (…) a lo mejor orvalla sin fe, ni esperanza, ni caridad y no lo sabe nadie, tampoco atiende a nadie, orvalla con devoción mientras el mundo sigue sin rodar...”


Camilo José Cela: “Mazurca para dos muertos”.


¿Cuántas semanas hace que al menos un día de entrenamiento a la semana de baloncesto no ha sido suspendido por esa lluvia que cae cuando quiere, sin respetar nada, mojando el peligroso suelo de la pista descubierta del Polideportivo Infante?.

Esperamos que escampe pronto, del ayuntamiento poco se espera, tampoco se le espera.

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