martes, 30 de marzo de 2010

Por tierras de Almeria


-Pero, ¿de verdad te ha gustado Cabo de Gata?, ¿ de verdad te ha gustado?.
Las palabras son como las cenizas esparcidas por el viento del atardecer: se ocultan rápidamente de las miradas, de los susurros de las pitas, de la arena que se mueve como agujas de sueños y se acumula en los matorrales de las salinas. Por aquellas tierras anduvo Juan Goytisolo allá por los últimos años de la década de los cincuenta, y se enamoró de los Campos de Níjar como ahora nosotras lo hacemos mientras bajamos las empinadas pendientes que llevan al Valle de Rodalquilar. Poco antes una sombra de ave se ha proyectado sobre la carretera como una nube diminuta empujada por el ciento que remueve las profundidades del mar y levanta nubes de espuma sobre el rocío de las rocas de los acantilados. Hay montañas de nopales, pitas, filas de eucaliptos en el horizonte, aloe vera, esparto, casas blancas con terrados, playas abiertas, calas allá abajo, ocultas a la mirada y a las precauciones de mucha gente. La carretera te embauca en los recodos, te lleva con sus lenguas de alquitrán a los horizontes que despliegan sus alas multicolores bajo un cielo amarillo con nubes colgadas sobre las montañas. Te asomas a los ventanales sobre el mar, ves la espuma y las olas rompiendo sobre las rocas, y los cantos rodados en Las Negras, ves ese paisaje, a las ovejas paciendo en sus laderas, miras el horizonte del mar en la neblina de la tarde, percibes que aquel paisaje es también humano, que generaciones y generaciones de almerienses la han intentado domeñar pacíficamente con sus aperos y sus costumbres, y comprendes que se puede convivir con la naturaleza, que hombre y naturaleza pueden convivir y respetarse mutuamente. Hasta que llegas a San José
Hasta que llegas a San José… y entonces recuerdas que podemos darle la vuelta a un paisaje como se hace con un calcetín, que puedes construir colinas escalonadas de ladrillo blanco y desbrozar las sendas que ocultan las golas. Entonces, prefieres mirar el mar, perderte en las ondas que se espacian armoniosamente en los horizontes azules, porque detrás, en las montañas cercanas crecen paisajes artificiales.
Volvemos a Retamar. Hemos viajado a Almería para ver jugar a nuestros hijos en un campeonato mal organizado. Hoy martes, un árbitro ha expulsado a un entrenador y él mismo se ha marchado suspendiendo el partido. Nunca habíamos visto algo semejante. En todo lo demás, los Cb Murcia junior, cadete e infantil se están imponiendo en los partidos. Los cadetes han ganado sus dos partidos: Adaba 42 CB Murcia 51, y CB Murcia 51 El Ejido 43. Mañana miércoles se celebrará la última jornada. Y volveremos a nuestra tierra, acaso empujados por los vientos que han soplado en estos días de Semana Santa.

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