martes, 21 de septiembre de 2010

Espejos de invisibilidad


El rompecabezas va perdiendo piezas, y esto da que pensar. Falta la parte del sol, la chimenea sobre el tejado rojo, la mitad de un puente en aguas tumultuosas, las ruedas del coche de la policía, una canasta, el silbido del árbitro, un suspiro de amistad... El mundo debe ser cruel para que un rompecabezas encajado con tanto esfuerzo y paciencia se disipe en la boria del tiempo y del olvido. La niebla se espesa y ya nadie puede saber cuál será la próxima pieza que desdibuje sus contornos y navegue libre por los recodos tranquilos del torrente.
Venimos dejando partes del corazón en las carreteras de la Región, en las orillas blanquecinas de las salinas, en los pinos torturados por el viento y la arena, en los molinos derruidos del Campo de Cartagena, en las palmeras taladas de las avenidas y plazas. La historia de un equipo de baloncesto es la historia del abandono y del olvido. Hoy ha sido Juan Antonio Santos, ayer Sergio Muñoz, en la primavera más hermosa del último decenio fueron Antonio Parra, Eloy y Alejandro. Más allá de la puerta de los años, Sergio, Javier, Fran, Carlos, Arturo... la vida transcurre tranquila pero va dejando en los mojones del tiempo los jirones de un corazón colectivo.

Hoy nos llega la noticia de que Juan Antonio nos deja, y con él sus padres, su hermana, y todas las vivencias que hemos compartido, en las canchas de baloncesto y en las orillas del Mar, en las carreteras que nos llevaron a Barcelona, a Almería, a La Roda... y en las tertulias previas a un partido o posteriores a una comida en la Bahía de Águilas o en las entrañas de la Huerta de Murcia. ¡Qué más da!. El rompecabezas se deshace y más pronto que tarde sus piezas buscarán las aguas mansas del placer y de la diversión.

Se pensará que este escrito está dictado por la flaqueza en medio de la jungla, donde el león es el rey y su cola el alimento de los peces. Pero observamos el declive de la luz entre las montañas, el hundimiento de la nave de Ulises en los arrecifes de Ítaca, el principio de un fin que se intuye en la solana del mediodía estival, el rompecabezas deshaciéndose en un aire denso y amargo, y pensamos que la injusticia es una bandera que flamea en mitad del océano, el mástil clavado en las costillas de un iceberg que se deshace en las aguas boreales.

Hace unos minutos, un amigo nos ha dicho que ya sólo somos espejos de invisibilidad, y le he creído. Las aguas del Segura bajan marrones, nuestros pensamientos turbios y ensimismados.
Hasta pronto Juan Antonio, Sergio, Antonio, Eloy, Alejandro, Sergio, Fran, Carlos, Arturo...

4 comentarios:

Anonymous dijo...

Los años de la inocencia han llegado a su fin, querida Lucía.

Anonymous dijo...

¡Hola Lucia¡

Sabes expresar como nadie el sentimiento de los padres.
Para aquellos a los que les gusta la historia, os diré que Juan Antonio Santos llevaba en el CB Murcia desde su etapa de Benjamín, y que era el jugador más antiguo de este CB Mucia 95, y creo que de la etapa de alevines queda uno o dos jugadores. La gran mayoria de los jugadores del CB Murcia 95 se han ido incorporando año tras año, pero esto todo el mundo sabía que podría suceder y que sucedería.
Un beso Lucia

Anonymous dijo...

La Fuga de Logan es una novela de ciencia ficción escrita por William F. Nolan y George Clayton Johnson. Este libro fue publicado en 1967 y trata sobre una sociedad futurista encerrada bajo una cúpula donde sus habitantes vivían una vida dedicada al ocio y al placer, pero debían morir al llegar a los 21 años.

Las personas pasaban por tres etapas diferenciadas por el color de un cristal en su mano izquierda de nombre "roseta". Al llegar a la edad correspondiente las personas se dirigían, mayoritariamente de forma voluntaria, para ser inmoladas en un espectáculo público en un lugar de nombre "el carrusel".

Logan, el protagonista, no acepta su destino y escapa de la cúpula con el fin de vivir libre y morir de muerte natural.

No se por que, pero al leer la entrada me ha venido a la memoria la película -no he leído la novela- que vi siendo un niño.

Anonymous dijo...

¡Ay, Lucía!
Cierto es lo que dice el segundo anónimo: sabes expresar perfectamente el sentimiento de los padres, de las madres, en mi caso.
La historia reciente nos lleva a la incorporación en el equipo del 95 de Alex, Parra y Eloy pero la historia más lejana nos dice que los dos últimos, eran los únicos que quedaban de un equipo que comenzara su andadura allá por los años 1999-2000
Son duras las despedidas pero, a veces, necesarias para poder seguir desarrollándose como deportistas y por supuesto como personas.
Siempre hemos comentado, en petit comité, en las esperas de entrenamientos o de partidos que el CB Murcia lo había hecho fatal a la hora del descarte de jugadores pero viendo la hégira de jugadores de éste año, la sensación es más palpable.
Pero ¿qué hacer cuando te muestran un futuro gris, sin luces y donde la sombra y la duda es lo que impera?
Tal vez con el cambio, con la salida del Club de toda “su vida” vuelva a brillar el sol como brilla sobre las montañas de sal, sobre la arena, sobre las aspas de los molinos de nuestro Mar Menor, ese que albergó los ecos de los versos que Eloy compuso en sus orillas.
Han cambiado de Club, no de deporte, han elegido viajar por rutas dispares pero coincidentes en un futuro más o menos cercano.
Los padres y madres, mientras tanto, añoraremos esos raticos de café, vino de nueces y bizcochos que nos hacían disfrutar fuera de la cancha.
Para todos ellos, para los que se han ido y para los que se han quedado les dedico un fuerte abrazo y los animo a juntarnos, con o sin manteles y viandas de por medio, algún día para poder comentar cómo les va a los chavales.
Gracias Lucía.
Lloranda Gay