lunes, 11 de octubre de 2010

"Chove" en Murcia


Segunda jornada sin entrenamientos merced a la tormenta y al encharcamiento de las pistas exteriores del Pabellón Infante. Cosas del Ayuntamiento. Para celebrarlo, un hermoso poema de Federico García Lorca: Madrigal a cibda de Santiago


Chove en santiago

meu doce amor.

Camelia branca do ar

brila entebrecida ó sol.


Chove en Santiago

na noite escura.

Herbas de prata e de sono

cobren a valeria lúa.


Olla a choiva pola rúa,

laio de pedra e cristal.

Olla no vento esvaído

soma e cinza do teu mar.


Soma e cinza do teu mar

Santiago, lonxe do sol;

ágoa da mañán anterga

trema no meu corazón”(*)


“Llueve en santiago

mi dulce amor.

Camelia blanca del aire

brilla quemada de sol.



Llueve en Santiago,

en la noche oscura.

Hierbas de plata y de sueño

cubren la vacía luna.


Mira la lluvia en la calle,

queja de plata y cristal.

Mira en el viento desvanecido

sombra y ceniza de tu mar.


Sombra y ceniza de tu mar,

Santiago, lejos del sol;

agua de mañana antigua

temblando en mi corazón”.


(*)- En ocho siglos de poesía gallega. Antología bilingüe. Alianza editorial.

4 comentarios:

Jesús dijo...

Adiós ríos, adiós fontes, adiós regatos pequenos, adiós vistas dos meus ollos, non sei cando nos veremos.
Rosalía representa, con su poesía y cántigas, el sentir galego dando respuesta al significado del concepto morriña, que no se puede definir si no se siente.
A choiva non se entende se non de pensa en galego. Gracias Lucía, por acercarme a mi infancia y adolescencia.

Lucía Sánchez dijo...

Conocí “o galego” a través del Amancio Prada, leonés del Bierzo – si no me equivoco-. Siempre quedará como una referencia poética de mi juventud la cantiga “A dona que eu amo” que comienza así:
“A dona que eu amo e teño por señor / amostradema Deus, se vos en pracer for / senon, dadema morte”.
Estuve en Galicia hace cuatro años, inagurando lo que se dio en llamar “el turismo de incendios”, compre una novela en gallego (¡Que me queres, amor? De Manuel Rivas), pero no así el diccionario castellano-gallego. Suelo comprar una novela o libro de poesía en el idioma de las regiones o países que visito. Este año me tocó navegar por las tierra de Girona y compré, en Olot, “La plaça del diamant” de Mercè Rodoreda (en este caso si tengo el diccionario castellano-catalán), una novela hermosa, preciosa, escrita con una prosa y sensibilidad....
Sobre barcos a la deriva, mejor leer a Conrad.

Jesús dijo...

Conrad, o Konrad, dedicó gran parte de su vida a navegar bajo distintas banderas, británicas primero, australianas al final... siendo ruso. Por eso sabía tanto de barcos e historias de la mar.

Lucía Sánchez dijo...

Polaco, era de lengua polaca. Nacido en Berdichev, actual Ucrania, como Vasili Grossman, este último judio pero, a diferencia de la mitad de la población de Berdichev, que era judia, estaba rusificado, no utilizó el yidish como lengua literaria. En Berdichev se exterminó a prácticamente toda la población judía (entre ellas la madre de Grossman), unas treinta mil personas.
En cuanto a Conrad, o Konrad, era de lengua polaca, sometida al Imperio Ruso, como Marie Curie (extraordinaria la biografía realizada por su hija, Eva). Los primeros capítulos hablan de una Polonía bajo dominio ruso.
Un saludo, Jesús.