viernes, 17 de junio de 2011

Ayer fue tu cumpleaños...

Ayer fue tu cumpleaños y, cuando esto ocurre, dibujas un palote con tiza blanca en la húmeda prisión de la vida. Son ya algunas las señales que decoran los muros desconchados, no los suficientes para considerarse sabia pero sí para conocer los subterfugios del devenir de las cosas: del sol, de las nubes, de las aguas, de los mares recortados por altos edificios, de las algas y de las gaviotas sobrevolando las calles de la ciudad de ceniza.
Ayer fue tu cumpleaños y esperaste que del palote fijado a tiza en la pared brotara un ramo de flores, un susurro cálido, una palabra melosa, un “te quiero” contenido, detenido en las orlas del viento, en las olas invisibles de la habitación. O acaso, la luna congelada en un eclipse de terciopelo granate o un beso sobrevolando las ondas de las sábanas mientras las estrellas beben, allá en el firmamento, las esencias espirituales de tu cuerpo.
Ayer fue tu cumpleaños y yo lo olvidé hasta media mañana, hasta mirar los verdes del parque, las hojas de los ficus y los caños de agua cristalina de las fuentes del recuerdo. Pero pensándolo bien, el mejor detalle no es una rosa, ni un reloj, ni una sortija, ni una piedra con poderes mágicos, ni siquiera el viento soplando entre la arboleda o el sol bruñendo las perlas de agua de las fuentes. El mejor detalle, el obsequio irrenunciable eres tú misma, mi amor; tus manos, tu mirada, tu cabello, tu sonrisa y, aunque a veces lo dudes, el torrente de tu voz, que a veces desborda mis silencios y los arrastra a otras dimensiones de la existencia.
Ayer fue tu cumpleaños y yo lo dejé escapar entre los dedos, como la arena del desierto. Pero no era oro, ni plata, ni los caballos del cielo, eras tú convertida en una ola de amor que ofrendaba el ritual de las mareas y de la luna, un beso en la mejilla y la brisa de la madrugada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas Gracias

Anónimo dijo...

¡Hola Lucía!
Supongo que te habrás enterado que siete pajarillos tendrán que volar del nido. Hacia donde volarán?. Tal vez camino del Mar Menor, siguiendo los pasos de su abuelo Eloy Sotelo que les estará esperando entre la nube con los brazos abiertos y dando orden a su gente para que les prepare un buen caldero y que puedan seguir disfrutando.
Un beso Lucía

Francisco Saura dijo...

Tu y yo sabemos, estimado anónimo, que los pajarillos se desenvuelven mejor en la ciudad que las aves del campo (águilas, azores, halcones..., a pesar de lo que suponía el San Francisco pasoliniano. Al final nos comeremos al cuervo de Pajaritos y Pajarracos, gran película y la conciencia a la cazuela.