miércoles, 26 de octubre de 2011

Chove en Galicia...

Chove en Galicia.
No sé si es una lluvia plana que cae gris sobre los maizales.
No sé si es el llanto de las ciudades o el dibujo azul de los mares,
eucaliptos que yacen en una tierra que nunca debió verlos nacer,
con sus cortezas y sus áridas miradas de desolación.

Chove en las manos de las bruxas,
lágrimas amargas que se amansan en las líneas del futuro, de las enfermedades,
de los sueños soñados y nunca cumplidos
-como el ser mariposa, o colibrí o el fondo dorado de tus ojos-.
Vuelan las bruxas en nubes de papel, en lunas de agua bendita cantan,
caminos de la noche, cruceiros, piedra y musgo;
luces en el bosque, caminantes de la noche y del amor.

Chove en el bosque y los robles buscan la cesura del cielo,
allí donde pueden florecer
-robles con flores de olas y sirenas-,
y beber da terra mollada
la sal y la lumbre.

Chove serena la mirada de las gaviotas
en las rías y en el verde canto de los hondos hayedos,
bárbaras palabras, negras presencias en la madrugada,
ojos de humo, serpenteante humo en la mirada
de los pecios hundidos en los vientos de coral.

Chove en As Rías Baixas, chove en A Estrada,
en la piel oscura del Hijo descendido,
piel de lluvia y nubes,
piel de agua en la encrucijada de los anhelos
-que alguna vez tuvimos-
-que alguna vez perdimos-,
piel y hambre en las cenizas de los sepulcros,
hambre en el camino...

Acaricio un cielo de luciérnagas,
una procesión de pensamientos, de orquídeas,
de damas que endulzan la noite con sus blancos labios,
labios de corazones abiertos,
de ánimas que perecen al alba,
de sonrosadas ánimas que se ocultan en la hierba
cuando el rocío brilla en la mañana.

El río me lleva con su voz de pájaros y grillos,
el río me habla cuando lanzo cantos rodados en su sereno espejo,
el río me ama cuando rompo el cristal de agua con el dedo herido,
el río me ama, sí,
el río me ama y me pasea entre bosques y arcos románicos
hasta el mar,
hasta el profundo mar...


3 comentarios:

Jesús García dijo...

Llueve en tierra santa, donde tanto añoramos el agua que reverdece los prados. Hacía mucha falta tras varios meses de carencias, hay que apagar muchos fuegos...
Aprovecho para decirte que en mi cielo -en el del blog de mis días de nubes y noches de estrellas- está escampando. Una vez envainado el sable con el que he pasado estas largas vacaciones, te anuncio que pronto volveré a acompañarte, en paralelo o en connivencia, en este divertido mundo de las letras para nadie. Un abrazo y gracias por acordarte de A Estrada, cuna del Xacobeo y descanso del guerrero.

Anónimo dijo...

Por fin!!!!!
Gracias Jesús por acordarte de esta gente que pasamos un rato divertido blogueando en la nube.
Te esperamos con cariño.
Un abrazo

Francisco Saura dijo...

Gracias a ti, por regresar entre tantas soledades