lunes, 24 de octubre de 2011

Me llamo Lucía...

Hoy no tengo nada que contar, o casi. Han transcurrido las semanas, las frases se han multiplicado y han buscado poesía en los campos de amapolas; los rimas se han hundido en las profundidades del verbo hecho carne, roca, sangre, arena. lava, muerte, esperanza, un árbol de la vida creciendo y alcanzando las nubes con ramas sonrosadas de años y de dejación eterna, y han fenecido en vocales de ceniza, enhiestas miradas de orgullo y risa en las alas blancas de las olas; la palabra ha brotado muerta del fondo de las voces del silencio que murmuran en el interior de los pensamientos que crearon el mundo, desde las vocales que conforman en los idiomas del mar la palabra agua, y en los idiomas del cielo la palabra estrella, estela, luz que nos ama y nos protege en los plenilunios hambrientos del invierno.
Hoy no tengo nada que contar. Sola la soledad de las redes sociales, el silencio de las multitudes intercambiando vacíos discursos que apenas si sonríen con sus descarnados labios los nichos de la humedad nocturna. Callamos por hablar, meditamos sobre nuestro destino, sobre el de nuestros cercanos vecinos que se bañan en los reflejos diurnos de la luna sujeta a nuestras antenas de televisión y sobre el destino de los forasteros, algunos sometidos a radiaciones nucleares, otros a las basuras de la tierra enferma, los más próximos a anhídrido carbónico y a gases de derivados del petroleo, nosotros a lo que no queremos y rechazamos y maldecimos y deseamos su desaparición para siempre...tal vez el político que nos gobierno, acaso el político que nos gobernará, ¿quién sabe...?.
Hoy no tengo nada que contar. He releído los blog,s de autor de La Opinión de Murcia y he decidido ocultarme bajo la grama que crece libre en las colinas de la desdicha; debajo de la fuente diurna que riega mi nombre y desdice las palabras que alguna vez brotaron de mi voz: igualdad de oportunidades, calidad, literatura, amor, olvido, Las Mil y Una Noches....
El lobo estepario.
Nunca olvidaré tu última palabra escrita en la frente del roble.
Hoy solo me queda, y lo hago con fruición, dialogar en las redes sociales con personas que me hablan en otros idiomas, que llevan en su silencios los versos de Rosalía de Castro, de Ferreiro, de Pondal, de Cunqueiro, de Casanova, de Pimentel, del propio García Lorca....
Hoy solo me queda creer que la única forma de creer en algo es abandonar mi lengua en las cesuras de la noche y conocer otras melodías, otras formar de decir amor, naturaleza, poesía, bosque, alegría, esperanza, inmortalidad...Universo.


"Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
al pie de mis cabezales,
vuelves haciéndome burla.

Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que sopla.

Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.

En todo estás y tú eres todo,
para mí y en mí misma moras,
no me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras"

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