martes, 15 de noviembre de 2011

Roosevelt

Lo que pudo ser la rebelión de los simios derivó, en los primeros años del Siglo XXI, en la de los tiburones, escualos de sangre fría y ausencia de sentimientos que podían de un solo mordisco devorar los sueños de las gentes sencillas del mundo. Junto a ellos retornaron la raza de los tecnócratas (lo que entra en la caja debe ser igual a lo que me meto en el bolsillo más lo que sale de ella) y ambas subespecies de la filosofía del despojo de la Escuela Austriaca de Economía conjugaron sus respectivas rebeliones para acelerar la transfusión de riqueza de las clases medias a las aristocráticas, denominadas en esos años de furor clases, emprendedoras.
En los años veinte del Siglo XXI, la alianza de tecnócratas y tiburones había alcanzado todos sus objetivos, se volvió a bailar charleston en Europa y se prohibió el consumo de libertad. No fue necesaria otra guerra mundial y de un nuevo Roosevelt ni se supo. El mundo fue cortijo de los que decían tener ideología y no la tenían y de los que decían no tenerla y la tenían.

2 comentarios:

Francisco Saura dijo...

La ecuación es imposible. Una amiga me ha percatado de ello. Gracias.

José Martín Mengual Andreu dijo...

¿Hacia donde vamos?, o mejor dicho, ¿A que lugar nos dirigen los que mueven los hilos de esta sociedad injusta? Son inquietantes las respuestas que se me ocurren