viernes, 30 de diciembre de 2011

En lo relativo al amor...

"En lo relativo al AMOR, con Dios sin duda alguna".
Aruko
 "Fuera de la sociedad, el hombre es una bestia o un dios." 
Aristóteles.



El Tiempo es al único dios al que reconozco, estimada Aruko. Todos los seres humanos, príncipes y mendigos, todas las sociedades, todas las civilizaciones han intentado sobrevivirle. Ninguno, ninguna lo ha logrado.
En relación a los demás dioses, que los hay y muchos, el transcurrir de las estaciones, del sol del estío, de la hojarasca y el otoño, de la desnudez errática de las moreras y el invierno, de la primavera y el vuelo invisible de miles de mariposas, los ha confinado en una nube gris de olvido y ensueño. Solo quedan sus recuerdos y sus espejos que reflejan majestuosidades deshechas en la cal de los cementerios.
Aristóteles...
Desgraciadamente, en la soledad solo somos dioses, es decir, nada. Las bestias solo se manifiestan socialmente.
Gracias Aruko por tus palabras. Las sujetaré con alfileres en el altar del Tiempo.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Por aguas del Mar Menor



"Soñamos con espejos
que nos envuelven en burbujas
de eterna autocomplacencia". (*)

Eloy Sotelo

(*)- la derrota del Cb Murcia 95 frente a la Selección Cadete Masculina me ha hecho recordar estas estrofas de mi abuelo.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Nochebuena

Si supiéramos discernir lo que nos diferencia de los pájaros y, a veces, nos hace infelices...
Acaso sea la imposibilidad de contemplar el mar desde el cielo, con el viento rozando nuestro rostro y rizando nuestro cabello
o el sentimiento de ser seres limitados, incapaces de abarcar con el pensamiento el llanto de un bebé en la ladera del valle, a kilómetros de distancia de nuestra ausencia sobre aluviones de arena y arcos mudéjares.
O tal vez la envidia del halcón y de su veloz vuelo, esencia de los dioses que nunca fuimos y que nunca seremos,
o El sueño eterno, ¿en qué paraíso habitas la luz de las nubes, amigo Chandler?, o la literatura que nunca escribiremos o que fue escrita sin nuestro consentimiento, y en la que nos acogemos con sus dulzuras y sus agonías postaristotélicas,
amigos y enemigos.
Vivimos para vivir muchas vidas hasta que comprendemos que somos únicos, lo que normalmente nos hace desgraciados cuando cruzamos el río u observamos la perspectiva desde el puente por el que cruza un viajante....la muerte pronta a manos de la pluma de Miller, don Arthur.
Crueles miradas en la espesura del crepúsculo, rojo, violeta, la explosión incontrolada de todas las mariposas que habitan el polvo lunar.
Yo no soy tu vida, nunca lo fui.
Escucha hermosa noches de estrellas carnosas,
allá abajo la tierra es una hoguera, son 7 mil millones de hogueras que se miran en el fuego y escuchan el crepitar de la esperanza en sus corazones de libélulas y de estanques de nenúfares y peces de colores.
Hoy Nochebuena, un espejo estelar que nos llama con una voz henchida de olas púrpuras en la palma de la mano.
Hoy es una noche para agradecer la mera existencia, el dolor que se remansa en las páginas negras de la memoria, la ausencia de poetas y de escritores, los discursos de los camaleones en palmeras de rocío, el perdón momentáneo- hasta que la ira retorne en la hojarasca del otoño venidero-.
Amor con mayúscula, sin Dios o con él; ¿qué importa?.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Felicidades (*)

Después de batallas ganadas y alguna derrota innecesaria, soñé que el enemigo huía a lomos de escorpión por las arenas quemadas de lo que alguna vez fue el Valle del Segura. La solana era la única sombra del desierto y a lo lejos, en mitad de un cielo de granito azulenco, la primera estrella de la esperanza se recortaba sobre un lienzo de terciopelo rojo.
Fueron colosales nuestros contrincantes, experimentados en el arte de la alegre traición, oradores de culos secos de botellas de cerveza en chamizos de paja y barro junto a palmeras y camellos alejados de la Ruta de la Seda. No hubo rasputines aunque alguna vez, como el reflejo del rayo verde, vi la figura del judío centroeuropeo caminando entre la nieve y mascullando palabras obscenas en yiddish.
Lo demás, miradas y silencio, reproches junto a la cuna del recién nacido, los reyes vasconavarros ocultando sus vergüenzas en Zumárraga, la hierba, los helechos, las sombras de las hayas...
Ganamos batallas importantes pero seguimos viviendo en la incertidumbre del relativismo moral, sabiendo que las lanzas son quebradizas y que su posición es variable, como las veletas de los tejados de los Shtetl.
Acabamos con dos estrofa elegidas al azar de nuestro Consejero Poeta Cruz, hombre de cultura y de luz en las oscuras noches del invierno, 

“El dolor es una ideología
(nunca revolucionaria)”.

Pues eso, feliz ideología en el dolor, que mañana nace el niño Jesús para salvarnos y ya van más de 2000 años no sabiendo si se trata de un placebo o de una frustrada utopía.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Allí donde solíamos gritar....





¿Allí dónde solíamos gritar era también dónde solíamos soñar?,
¿qué me dices, príncipe heredero de una vergüenza secular, de la muerte,
de la vida, de las flores cortadas, de la savia de un pasado soñado?.
Transcurrieron los años, las décadas, los libros y los poemas
en los labios carnosos de la Historia,
y ya solo somos soledad en el cristal más azul de la luna,
cadáveres en la despensa,
mujeres sin hogar en laderas de hielo
-el vuelo del halcón sobre las encinas dormidas-,
y la luz de la sangre en las procesiones de un invierno triste,
de derrota y cuerpos encorvados en el perfil del crepúsculo.
¿Qué me dices, princesa que has heredado los anhelos de tierra de mis ancestros,
qué me dices de las compañeras asesinadas
en los campos roturados de abandono?.

sábado, 17 de diciembre de 2011

EBS cartagena (99)- 46 AD Infante (99)- 34

Escucha bendito día de derrotas en lánguidos cipreses,
adolescentes, mujeres de un futuro cercano,
nubes perfiladas por el viento en sus dulces y rosadas
miradas...
Escucha en la derrota el grito de la esperanza,
tardío crepúsculo de voces vibrantes,
ardientes filas de tristeza,
lágrimas-pocas-,
la noche es fría como la mirada de la muerte,
la victoria, un vuelo de palomas efímero.
Volvemos de la sal
en la luz del atardecer,
cerca del mar, de las blancas olas
de civilizaciones perdidas,
de pecios y ánforas de peces luminiscentes;
derrotadas las arenas
solo queda la tupida sabana de flores
y helechos en la húmeda sombra
de la noche.
Debajo de la piel de los misteriosos barrios
del otro lado del río
solo hay aspereza,
-dicen extraños susurros en voces de papel-,
solo desventura y aflicción,
ellas que surgieron de los cañaverales
y fueron princesas durante un día,
ellas que fueron nuestro orgullo
en los días de cálidas alegrías,
en las noches de lúgubres desdichas,
en todos los tiempos y en todos los momentos:
en las banderas ondeando en la nieve
y en la nieve reinando en el mundo,
sonrisas de gaviotas en el horizonte,
más allá del océano y de la charca,
más acá de nuestro amor filial,
bendito día de derrotas,
benditos todos los días...



jueves, 15 de diciembre de 2011

De crimenes...

Hoy cometí un crimen. Miré a Dios y me sonrió. Demasiadas mentiras detrás de cada acto, demasiadas verdades cuando se pierde la batalla- intelectual, moral, física...-, pero Dios siempre estará a tu lado cuando la sangre derramada no sea la tuya y la palabra impuesta lo sea en su nombre.

“Ya sabes, hija mía, que para mayor gloria de nuestro señor la iglesia siempre estuvo al lado de los fuertes”.

Aguirre, la cólera de Dios”, de Wener Herzog


Hoy cometí un crimen y Dios me sonrió. Debe ser que estoy al lado de los fuertes, pero no me complace , la tristeza me acompaña mientras se me reprocha o reprocho los males propios y ajenos, mientras Dios me sonríe con sus ojos azules de plácida nube o el amado me observa mientras duermo- ángel en brazos de Morfeo, inocencia recobrada-.
Hoy cometí un crimen, mañana la alborada lavará mis pecados con sus dedos rosados...

domingo, 11 de diciembre de 2011

El partido que no vi...de comprimidos bucodispersables

Eso fue anoche el Real Madrid, un comprimido bucodispersable. El Barça se lo metió en la boca, lo saboreó unos minutos y el equipo blanco se disolvió rápidamente, dejando un regusto a almendras amargas, a pólvora mojada, a fuegos artificiales devueltos al trastero.
En otra ocasión será.
Desconozco si el gol de Real Madrid coincidió con el primer grito de mi compañero mientras veíamos Noche de miedo. Ya se sabe, los hombres no están preparados para un futuro de terror- el que nos espera detrás de cualquier penumbra con los dientes sanguinolentos de vampiros y vampiresas de blancas y tersas pieles-, tampoco para contemplar la luna llena ascendiendo desde las amapolas del mar. La noche fue tranquila, no se escucharon bocinas, tampoco el estallido de las tracas; los vecinos respetaron el silencio de los cementerios- anoche el Santiago Bernabéu fue una cripta gótica en un camposanto que emulaba al Universo en su inabarcable infinitud- y nosotros, pobres almas desprovistas del soplo divino de la futbofilia, llegamos a la medianoche con el aliento del vampiro en la nuca y el silencio eterno dominando los recodos del valle.

Barcelona ja no és bona, o mi paseo solitario en primavera.
(Fragmento)


"......Sólo montaña arriba, cerca ya del castillo,
de sus fosos quemados por los fusilamientos,
dan señales de vida los murcianos.
Y yo subo despacio por la escalinatas
sintiéndome observado, tropezando en las piedras
en donde las higueras agarran sus raíces,
mientras oigo a estos chavas nacidos en el Sur
hablarse en catalán, y pienso, a un mismo tiempo,
en mi pasado y en su porvenir.
Sean ellos sin más preparación
que su instinto de vida
más fuertes al final que el patrón que les paga
y que el salta-taulells (*) que les desprecia:
que la ciudad les pertenezca un día.
Como les pertenece esta montaña,
este despedazado anfiteatro
de las nostalgias de una burguesía”.

Jaime Gil de Biedma


(*)-trepadores, lameculos.

viernes, 9 de diciembre de 2011

La soledad, un problema político

Esta tarde fui a la farmacia a que me dispensaran medicación para mis suegros. Todo normal. A ciertas edades la vida, cuando ha sido dura como la fue la de nuestros padres, deja de ser dulce y amable y nos recuerda que todo tiene su fin como alguna vez tuvo su principio- ¿quién se acuerda ya de él, de la niñez y de los melocotones y los albaricoques de la orilla del reguerón, de la biblioteca expoliada de un antiguo rector de la universidad y de aquel pájaro carpintero que encontramos herido en un bancal de limones?.
Volviendo a casa, con la humedad de la noche descendiendo de un cielo brumoso, he recordado la leyenda de una pintada en un edificio de la Avenida de Miguel Induráin: la soledad es un problema político. La soledad de cientos de miles de ancianas y ancianos que vivieron y trabajaron en la época del desarrollo industrial y de la despoblación vertiginoso del campo, la soledad de un crecimiento económico que no vino acompañado, como sí sucedió en Europa Occidental, de un despliegue de los servicios de protección social que los estados pusieron a disposición de sus ciudadanos. La soledad de la Tercera Edad entró tarde y mal en la agenda política española, pero entró. Como mucho antes entró en las agendas de las democracias occidentales la sexualidad como problema política- Kate Millet dixit-, y más atrás aún el subsidio de desempleo, el derecho a una pensión, la esclavitud, la abolición de las tiranías, los malos usos, el reconocimiento de la dimensión espiritual de la mujer....Avances y retrocesos, sueños y realidad....
Vivimos una época de dolorosos cambios, en la que debemos preguntarnos por lo que tenemos y a lo que no queremos renunciar. Y creo que la protección de nuestros padres y madres ante la soledad es irrenunciable por parte de cualquier Estado que se precie de democrático. Para eso se aprobó unánimemente la Ley de Dependencia, porque nuestros mayores, no todos claro, viven expuestos a la soledad, al abandono y al autoabandono. El modelo económico actual eliminó los lazos de solidaridad de las familias extensas sin que creara los servicios sociales necesarios y suficientes para que ninguna persona mayor corriera el riesgo de la soledad, del silencio de las habitaciones y de las paredes, del recuerdo, entre una leve y áspera sonrisa, de aquellos tiempos en los que las risas y los gritos de los niños y las niñas se oían por todas partes como rayos de sol de un futuro esperanzador y agradecido.
Creo que nuestros mayores no deben ser sometidos a nuevos sacrificios. Bastante han luchado y sufrido para que se les premie tan arteramente.

jueves, 8 de diciembre de 2011

La hoja de ruta

Mientras diseño la hoja de ruta para despojar a Las Horas Sitiadas de todos los restos, ya pocos y recatadamente ocultos en metáforas mágicas, de baloncesto, me viene a la memoria aquel viaje al País Vasco siguiendo la estela de frío, lluvia y nieve que recorría horas antes del inicio del Puente de diciembre, la castellana meseta, hace exactamente un año. Y el barco que abría la veta de un mar de plata entre Ondárroa y Lekeitio, y la isla de San Nicolás y los eucaliptos, y Urretxu y Zumárraga, hogar, me cuentan amigos maledicentes, de un tal Iñaki Urdangarín.
Seguíamos las sendas de la selección de baloncesto cadete masculina: los ríos discurrían perpendiculares al Cantábrico y atravesábamos los valles oteando las brumas de las cimas, la humedad de los helechos y las ovejas dispersas en los calveros de los hayedos. Ciudades que alguna vez visitamos y que volvimos a saborear en la anochecida o en cálido sol del mediodía iluminando los campanarios de las iglesias y los sillares de piedra y musgo de los edificios y caseríos: Oñati, Bergara, Elorrio, Durango....San Sebastián. Fue poco antes de que cerraran el Txillida Leku, antes de que el olor de la pólvora orlara las fiestas, las aste nagusiak de los pueblos y ciudades de Gipuzkoa, antes de que lloviera un pan púrpura sobre las olas de hierba que se apagaban en las primeras arenas del óceano.
Ahora, mientras diseño la hoja de ruta para despojar a Las Horas Sitiadas de una piel extraña y dolorosa, pienso que el mundo del baloncesto es despiadado, pero también que es de ese tipo de crueldad que nos hace mujeres y hombres decentes porque de su esterilidad, como de los saladares, surge una amistad que se torna inquebrantable y sincera.

martes, 6 de diciembre de 2011

Pueblos presupuestables...

Los pueblos presupuestables no tienen futuro, son como los osos árticos en espera del calentamiento global. Grecia, Irlanda, Portugal, Italia, España....la literatura es la única nave a la que asirse mientras la tormenta desarbola los últimos nichos del pensamiento coherente, ese que nos dice que somos un todo y que el horror en el que pueden vivir las partes del todo termina por contagiar al cuerpo entero- Europa-. Es una pena que Saramago falleciera siendo un joven intelectual que podría haber aportado a la balsa de piedra una organización solidaria y armónica. O que Kavafis muriera hace tantos años sin poder aterrorizarse con el rostro sanguinolento de los bárbaros que llegan del norte, a los que esperábamos con la ilusión de la sangre nueva y vivificadora y han llegado con el estigma de la gangrena en cada uno de los movimientos filarmónicos de sus entidades financieras. ¿Por qué no hablar de la dulce y suave Italia, con sus llanuras amarillentas y sus racimos de olmos verdeando en los fondos de los valles junto a los ríos, las cigarras y el glamour de la naturaleza mediterránea?. Italia, la milenaria Italia y sus grandes catedrales, papas, cardenales y pensadores de izquierda enterrados en los suburbios de las grandes urbes, junto a la basura y los detritos de los banqueros.
Irlanda, la verde Irlanda y el hombre tranquilo, el inglés por todos los rincones de la isla, la patata y la muerte en las cesuras de los siglos.
Vienen malos tiempos para la eterna arena marginal- abusando en demasía de Immanuel Wallerstein-, para los pueblos que fueron suburbiales en las grandes etapas de la historia. Pueblos de Europa sí, pueblos afortunados también, pero por la cuesta del Cotolengo veo bajar a Pijoaparte y la burguesía se ríe del temple del charnego, del siciliano que admira los pináculos de la Catedral de Milán, del irlandés que devora patatas podridas antes de morir y abonar la verde soledad gaélica o del griego que baila en los pedregales de los templos clásicos dispersos entre olivos y cipreses.
La muerte vuelve cabalgando a lomos de Wall Street, de los ricos sin escrúpulos, de esas gentes que han encontrado en el dinero su patria y su posesión su razón para matar y para morir.
Los andamiajes de nuestra Europa se han construido con las teorías de la Escuela Austriaca de Economía, no con el utopismo decimonónico ni con la filosofía alemana de la compasión humana. Economía y raza económica. Ya los judíos no son los enemigos, lo son los pobres y se hace necesario domesticarlos. A la labor se han puesto Merkel, Sarkozy y.......

domingo, 4 de diciembre de 2011

Black Berry (*)

Los trajes impecables, de color burdeos, no fueron óbice para que Black Berry reconociera en aquella gente a sus iguales. Los vio llegar con sus cabelleras al aire, con sus relojes de platino y sus rostros oteando el vuelo de las gaviotas del cercano puerto. Y los vio marcharse a las pocas horas con sus trajes burdeos resplandeciendo en gotas de oro y diamante, con sus rostros observando las últimas nubes rojizas del crepúsculo, con sus puños cerrados, apretados, marcando nervios de acero. En los embarcaderos les esperaban los yates, los capitanes de blancas barbas, los botellas de champán y el húmedo viento del inmenso y inexplorado mar de las estrellas de Orión.
Por allí paso Pedro Alberto Cruz recitando poemas de “no comparto las razones de la luz”y los marineros lo arrojaron al agua; por allí pasaron los rapsodas de la Murcia Liberal y los capitanes se mofaron de su impostura; por allí llegó pidiendo agua un tal Valcárcel y los cangrejos del estuario le pinzaron el vello de las piernas.
Trajes impecables de poetas del dinero, cabellos al viento del oeste, llanuras infinitas y caballeros cazando pieles rojas. Y en la desdicha, los ríos son campos de serpientes y de amapolas azules por los que descendemos buscando las estrofas de nuestra muerte. A lo lejos, el agua salada se endulza con nuestro trabajo y nuestra desdicha, y la sangre brota de las tripas de los salmones.
Black Berry soñó con un mundo de bribones viviendo en los palacios del poder,
Black Berry soñó con rimas acabadas en $,
Black Berry soñó con un ducado en Palma,
Black Berry, Black Berry vente para Murcia:
tus sueños se harán realidad.
Los vio llegar con sus cabelleras al aire, dulces frentes de licor de avellanas, la piel tersa y las palabras melodías de un mundo infernal. Así debió ser Satán cuando gobernó en tiempos del holocausto: dulce, meloso, besando niños y aplastando cráneos. Ahora ya nada de eso queda, vivimos en paz, los médicos son nuestros amigos y los economistas nuestros protectores. Entramos en los bancos como en los hospitales, con esa dicha interior que nos protege de todo mal.
Black Berry, háblanos de la tristeza de nuestros padres, muertos en campos de batalla o de espaldas a los muros de los cementerios. ¡Y explícanos como se crea tristeza en las luciérnagas de la ciudad!.Tu lo sabes, eres el hombre nuevo, vives para amar y para ser odiado, y escribes besos de ambrosía en las puertas de nuestras vidas.
Black Berry soñó con un mundo de bribones viviendo en los palacios del poder,
Black Berry soñó con rimas acabadas en $,
Black Berry soñó con un ducado en Palma,
Black Berry, Black Berry vente para Murcia:
tus sueños se harán realidad.
Así habló el poeta, tejiendo versos en las nubes, tejiendo mentiras en las entrañas de una ciudad, bebiendo de los sueños el licor de la alegría.
Estamos secos, estamos secos....


(*)- Como es bien sabido, este no es un blog de baloncesto


CB Murcia 81 CB Capuchinos 58

Declara Eduard Punset en La Opinión de Murcia que “lo que es evidente es que hay vida antes de la muerte”. Desde que el pensador y divulgador científico catalán anunció en televisión una conocida marca de pan de molde, sabemos que es materialista, un tanto pícaro y bon vivant, lo que no es óbice para no dejar de pensar que tiene la cabeza excelentemente amueblada. No sabemos si el pan de molde tiene corteza o no, si la materia que lo forma puede viajar en el tiempo hasta, pongamos por ejemplo, la Edad de Piedra, o si es preferible comerlo en sustitución de las pipas en las gradas de la pista de Zarandona- si se diera el caso que nos dejara el responsable de la instalación deportiva-.
Hablamos de baloncesto, claro.
Hablamos del partido entre dos rivales capitalinos, el CB Murcia Junior y el CCapuchinos Junior. Nos dicen los entendidos que, a diferencia de otras ocasiones, el equipo visitante ha jugado individual la mayor parte del partido. Sin poder territorial, fue expulsado del paraíso terrenal hace pocos años, el CB Capuchinos busca el cuerpo a cuerpo con los jugadores entregados espiritualmente a una universidad privada de raigambre universal, emulando acaso a los primitivos cristianos o, más modernamente, a Los Testigos de Jehová. “mi reino no es de esta liga”- pensarán por su parte los pupilos monacales de Los Jerónimos mientras ven agujeros negros donde no los hay. La materia es la materia y aunque las teorías científicas la relativicen, en esta tierra, cuando dos o tres cuerpos se interponen, no hay células o agrupaciones de ellas que la traspasen. Células o iones, que para el caso es lo mismo.
Estos partidos crepusculares dejaron de ser corales, si es que alguna vez lo fueron. El desencanto, no a lo Panero, se escenifica con padres leyendo el periódico, bostezando o saliendo a fumar. Tampoco hablamos del calderoniano sueño vivido- ¿o es al revés?- ni de los serafines riendo en el coro catedralicio mientras el órgano interpreta el requiem de Mozart. No hablamos de la certeza de que después de la muerte solo hay ceniza y nubes de azufre o de que la materia es polvo y el dinero ni se crea ni se destruye- se transforma-.
Los sueños del presente son las pesadillas del futuro, los relatos del futuro son lúgubres pinceladas del periodo más oscuro de Goya. Entre tanto, el tiempo fluye y leemos en nuestras manos los rastros del sudor y del olvido- como los cangrejos aplastados en las carreteras de cualquier isla pacífica-. Vivimos para creer hasta que dejamos de hacerlo, y ya solo creemos, no vivimos. Y cuando las creencias no tienen materia que sustenten sus leves huesos, los agujeros negros nos discuten la realidad y ascienden el alma a los contrafuertes de un cielo castaño.
Poder territorial, poder espiritual: qué importa, todos pasamos por caja y abonamos el precio de nuestras ilusiones.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Peces iridiscentes

Impelida por el irrefrenable impulso de describir la realidad con metáforas indescifrables pensé en el Consejero de Cultura que, poco antes, había pregonado el fracaso de las subvenciones al deporte profesional y la necesidad de la participación del capital privado en su financiación. Recordé el gran negocio que supuso para determinados empresarios sus inversiones en deportes como el fútbol y el baloncesto. Mi corta imaginación me llevó, en una nube de polvo cósmico, al gran hangar del consumo de Nueva Condomina, a las recalificaciones de terrenos y a las infraestructuras de acceso, incluido el tranvía, pagadas por todos los ciudadanos de Murcia. Luego, un rayo multicolor, como un cañón de peces iridiscentes de las profundidades abisales, proyectó en el cabezal de mi lecho las sonrisas de miles de niños paseando por parques temáticos, ramblas embravecidas por la espuma tumultuosa de los sueños marcianos y tigres de bengala a lomos de elefantes comiendo monos y plátanos en las primeras paredes del lejano Himalaya. Más tarde, cuando ya la lluvia de este dos de diciembre caía sobre las calles de la ciudad, recordé a un tal Polaris que quiso ser el amo del mundo, plantar palmeras egipcias con picudos rojos en cada esquina del Campo de Cartagena y lanzar pelotas de golf hasta colmatar las leves profundidades del Mar Menor. Como siempre su inversión en el CB Murcia fue coyuntural y a caballo de las subvenciones del ayuntamiento y de la comunidad autónoma.
Finalizada la época de subvenciones públicas al deporte profesional, también al deporte de base, solo queda esperar salir de la crisis para que la inversión privada retorne como una nube de moscas sobre los nichos de empleo, que cada vez son más escasos y necesitados de verdadero espíritu de innovación y no del mero dejarse llevar por las suculentas tajadas que pueda ofrecer papá Estado.
Esperando, esperando, la tormenta y sus rayos se marchó.

jueves, 1 de diciembre de 2011

“No me siento partícipe de tu creación”- pensó mientras descendía por los rápidos de la vida-, remolinos de plástico, una mirada blanca, como la espuma de los torrentes y la mirada que se desvaneció mientras sentía que la asfixia era la única razón de la eterna carrera de obstáculos en la que se convirtió la mera existencia de los condenados: nosotros.
Nosotros los condenados que buscamos en los campos de amapolas la gota de sangre que colme nuestra ansia de eternidad, y solo hayamos las cenizas de una erupción volcánica, la voluptuosidad del desdén de los que nos gobiernan con sus plegarias y sus bocas de algodón.
Bocas de algodón que alguna vez sirvieron para acallar nuestras risas, blancos algodones en los arrecifes de helechos y en los nidos siempre húmedos de los petreles que duermen la plácida brisa del Golfo en los nichos de las nubes y de los bajeles piratas.
Allá en Argentina, en las selvas de la dulce cintura de América- Neruda dixit-, en los lomos de miel de las llamas y de las vicuñas, en los acolchados espejos del fondo del bosque de castaños o en los lagos cristáceos de las montañas altas e inmensas duerme nuestra esperanza, que no es otra que el sueño de dos cuerpos de seda y el desdén de todo lo que en derredor es superfluo y superficial: la constitución de un nuevo gobierno, el acoso de los mercados, la nueva misión espacial de la NASA o el color olivarero de los poetas del Siglo XXI, apesadumbrados compositores de la marchas fúnebres de un mundo y sus certezas que se aleja en el pasado con la Sinfonía número 13 de Shostakóvich.
Mientras, las noches transcurren en blanco y la luna es una ilusión de azúcar que llama a las ventanas de los adolescentes que desconocen que, cruzadas las colinas, el mar es un espejo de lágrimas y los peces discípulos de los juncos y de los ríos que desembocan en las acequias, entre hierba, luz y melocotones.
Me despide el insomnio aguardando la pronta amanecida, la lucha diaria y el sonrojo que produce mirar en la cara de los demás la desazón de un siglo perdido en su apenas nacimiento.