sábado, 10 de marzo de 2012

De la necesidad de creer y de crear

Anda Jesús García embarcado en proyectos literarios personales y yo me pregunto por el destino de los poetas presencialistas que hacían del baloncesto poesía- o de su ausencia virtud-.
¿Qué fue de las noches blancas del Báltico, amigo Kadaré?,
¿y de las nieves eternas y del aullido del lobo?,
¿y de la luna que alguna vez creímos nuestra
y ahora es un astro estéril que apenas contemplamos en los plenilunios del estío?.
A lo lejos, el mar.
¿Y el Cantón de Cartagena?,
¿y las higueras a la orilla de la carretera?,
¿ y los amores perdidos entre el olor a pólvora y a utopía?.
¿Qué fue del mal y del nosotros?;
olvido.
Los poetas de la presencia
-que algunas veces aplaudieron y otras callaron-
son ahora ausencia y su poesía habla del silencio,
y su voz es un susurro apenas perceptible
en la hojarasca del otoño pasado.
Anda Jesús García embarcado en proyectos de ilusión
pero algo falta en el espacio que nos separa
del baloncesto.
Y no es la espuma del cielo,
ni las nubes del mar,
ni el viento que fluye como un torrente de sangre,
ni la sangre que nos hace doler
en los estiajes del alma.
Algo nos falta cuando miramos los graderíos
y solo vemos vacío en la mirada de los nuestros,
la llama que alguna vez dejó de iluminar el tiempo pasado
cuando los poetas presencialistas eran libres para escribir
y una paloma oscura surgía del Templo de los Elegidos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre ¡¡¡ BUENISMO, BUENISMO, BUENISMO !!!
Que buenos blogueros son Jesús y Lucía. Estos que nacieron blogueando en una etapa preciosa y añorada por muchos de nosotros.
Um fuerte abrazo a los dos.

Anónimo dijo...

Hola, Lucía:
No sé en qué estará metido Jesús. Hace tanto tiempo que no me meto yo en tus páginas y en tus escritos...
Ya de baloncesto casi ni sé hablar. Bueno, un poco si.
El otro día, pasaba por la Orilla del Azarbe y me acordé que los críos habían dicho por el tuiter, tuenti, facebook, guasap o como se escriba, que el partido de la jornada se disputaba en la "casa" del Capuchinos, entre los anfitriones y el Cb Murcia.
Dicho y hecho, allí me colé.
Qué cantidad de recuerdos se me agolparon de pronto. Cuando eran unos niños, patosos, que corrían todos detrás del balón para desesperación de sus entrenadores.
Ver a aquellos mozalbetes, que un día fueron pequeños y hoy, grandes y guapos, pelear por sus equipos y, luego, tras la derrota del menos fuerte, seguir tan amigos... Eso es lo más bonito de este deporte, se llega como amigo, se juega como enemigo y se despiden como amigos, otra vez.
Vi cómo jugaban y reconocí a algunos de los de toda la vida. Vi también a sus padres y los pude saludar, tan poco tiempo ha pasado y parece que haya sido un siglo...
Qué alegría volver a verlos, ver que no hemos cambiado, el tiempo se nos ha parado mientras que a los críos le corre más rápido.
Me gustó lo que vi el poco rato que estuve. Lo que vi, de juego me refiero, no fue para tirar cohetes, no había demasiada diferencia.
Al final, la culpa siempre será del árbitro... je,je, no. El que perdió, jugó peor y ya está.
De todos modos, me quedo con lo anterior.
Gracias, Lucía.
Lloranda Gay.
Pd. Jesús, el otro día también me contaron que Capuchinos jugó y ganó en Cartagena. Más de lo mismo. Lo siento por los tuyos, me alegro por los que viajaron, así, amortizaron el viaje.
un beso a ambos.