jueves, 14 de junio de 2012

Relato de un naúfrago (*)


Si de verdad quieres luchar, apaga hoy el televisor a las 20 horas 45 minutos, baja las ventanas de tu habitación, reclínate en la cama, observa el techo, allí dónde se cruzan las líneas del pasado y del presente, y respira profundamente. Cuando despiertes, España habrá jugado un partido de fútbol, habrá ganado, empatado o perdido, pero la miserable realidad que están diseñando para ti, para mí, para todos nosotros, permanecerá invariable, y cuando te levantes mañana y mires en derredor, los periódicos hablarán de una victoria, un empate o una derrota, pero los rostros de tus compañeros de desayuno serán los mismos que los del desayuno anterior: ojerosos, cansados, hablando de fútbol pero sufriendo por las necesidades del hogar, rezando para que el despido sin indemnización no llame a la puerta de sus despachos, calculando los ahorros extras necesarios para la matrícula de la universidad en julio o en septiembre.
Vivimos una época terrible en la que todavía se habla de emprendedores, de esfuerzo individual, de objetivos programáticos, de similitudes entre la forma de afrontar la vida y el baloncesto o el fútbol.
Otro día hablaré de García Márquez y del Todo de su novelística.

(*)- No es un secreto que el zapato de la portada de la novela de García Márquez pertenece a Rajoy.

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