miércoles, 12 de diciembre de 2012

trenes iguales...

La vergonzosa justificación - poco más de una página del Proyecto de la LOMCE se dedica al informe de impacto de género- de la «constitucionalidad» de la subvención a los centros educativos que segregan por sexos, me recuerda a la Sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos (Plessy v. Fergusson) que decretó en 1896 que el ferrocarril podía segregar blancos y negros si las partes segregadas eran iguales. La LOMCE permite segregar niños y niñas si la educación impartida es igual. El problema, en el que no se quiere entrar para no reconocer que vivimos en una sociedad clasista, sexista y profundamente desigual, no es que la educación sea de igual calidad sino que el hecho de segregar es ideología de la desigualdad y eso, todos lo sabemos, está prohibido por la Constitución Española y estigmatizado por los defensores de las disolutas teorías de género.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Insisto en que la izquierda intelectual del baloncesto a ambos lados del Puerto de la Cadena coincide y se alía en temas de rabiosa actualidad. ¿Os habéis puesto de acuerdo para hacer campaña contra el PP?
Yo también estoy a favor de la escuela pública pero reconozco el derecho a que cada padre elija la educación de sus hijos, y si elige la privada y puede permitírselo pues que lo haga.

Anónimo dijo...

Suele identificarse la defensa de la existencia de una educación pública de calidad con la crítica a la educación privada, y no es así. A mí me parece bien que los padres elijan donde quieren educar a sus hijos, faltaría más. Lo que no puedo tolerar es que se dilapiden servicios públicos que son los únicos a los que muchísima gente puede acceder.
Por otro lado, ¿segregar por sexo? ¿En qué siglo estamos?

Jesús García dijo...

Querida Lucía:
Muchas felicidades. (No sé si has reparado en que hoy es tu onomástica)
En cuanto al tema de hoy, toda reforma que implique discriminación, ya sea por razón de sexo, religión o lo que es casi peor, nivel económico, merece todo nuestro desprecio. Les recuerdo a los pudientes que la vida está sujeta a los caprichos del movimiento pendular, ya sabéis, románico - gótico, izquierda - derecha, república - fascismo, riqueza - pobreza... y tal y como va todo lo mismo estás en lo más alto que en lo más oscuro del agujero. Por otro lado no estoy dispuesto a consentir que mi hija tenga ni un solo derecho menos que mi hijo.