domingo, 12 de octubre de 2014

Es mejor quemar banderas que quemar libros...

Es mejor quemar banderas que quemar libros, sobre todo si las primeras son de nailon (me provocan alergia)
es mejor quemar libros que quemar campos de trigo, sobre todo en tiempos de guerra, que lo son también de hambruna,
es mejor quemar campos de trigo que pueblos campesinos, hundidos allá en el fondo del valle, junto a un río blanco como la piel de mi amada,
es mejor quemar pueblos campesinos que incendiar los mares con fuel o con la costra de sangre que dejan los tiranos en las pieles de los pueblos,
es mejor incendiar los mares con fuel o con la costra de sangre que dejan los tiranos en las pieles de los pueblos que quemar la sonrisa de una niña de, digamos, siete años con el dorso de la mano,
es mejor quemar la sonrisa de una niña de, digamos, siete años con el dorso de la mano que abrasar los sueños de miles de niñas en los prostíbulos de Asia, o de África, o de la calle de atrás de tu casa,
son mejores las desgracias individuales a las colectivas, pero el crimen, el pecado, la aberración es la misma en uno o en otro caso.
Quemar una bandera, quemar miles de banderas,
quemar un libro, quemar miles de libros,
un trigal, miles de trigales,
un pueblo de chozas de barro, miles de pueblos de chozas de barro.....

Cuando se hace por primera vez, el veneno se inocula en la sangre y ya todo es destrucción, muerte y olvido.

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