sábado, 7 de agosto de 2010

La luz mediterránea...



A diferencia del norteamericano, el baloncesto mediterráneo murciano, en su versión marmenorense, siempre viene de la mano de una buena mesa. También de una buena sobremesa. La mañana se acompañaba de una brisa que inflamaba las costuras de las banderas y desasosegaba las entrañas de las palmeras, la luz brillaba en las sonrisas levantinas del mar y, como nubarrón negro en el paisaje de barcas y primeras sombrillas inclinadas sobre la arena, la claridad del día mostraba los edificios de la derruida La Manga. Se celebraba el primer día del 3X3 de Santiago de la Ribera en el mismo sitio que los años anteriores y, en una primera y cansada mirada, el paisaje era el mismo, con algunas nubes ocultando momentáneamente un sol inmenso y, a veces lo pensamos, demasiado inhumano para nosotras, pobres mortales, que no pretendemos llegar a él con alas de cera o pegasos de blancas crines. Nos contentamos con cosas mucho más prosaicas: ver jugar y divertirse a nuestros hijos, sentir la brisa marina en el rostro, en los brazos, en los labios, caminar con el agua salada cubriéndonos los tobillos, observar el horizonte y señalar con la mano el molino, las encañizadas, la linea horizontal de La Mota. Entre partido y partido, entre sonrisa y sonrisa... Y también deconstruir mentalmente los trabajos de los hombres: quitamos los edificios de muchos pisos, las construcciones que invaden las leves aguas del Mar Menor, borramos de un plumazo las verticalidades de ladrillo del otro lado del mar, imaginamos a Carvalho moverse pesadamente entre las dunas de La Manga y aspiramos el aroma marino de Juan Goytisolo mientras cruza la laguna en dirección al Carmolí, y leemos en el cielo las palabras que alguna vez escribiera Carmen Conde de un mar que se nos arrebata cada día:



“Cerramos todos los ojos. ¿Quién es el que viene andando,

que apenas pisa las olas...?

¿Quién multiplica la pesca y arrebata muchedumbres?

¿Eres un mar, o aquel lago que secó el sol de la ira?

¿Eres el mar, o un espejo que del cielo ha descendido

para que nosotros, tuyos, queramos soñar el mar?”. (1)



Y entonces comprendemos que la poesía puede ser extirpada de la vida, de los cielos, de los mares, de las montañas que besan las auroras con sus dedos oscuros. Sólo queda la memoria y el recuerdo de los caballitos de mar, y los cangrejos, y los zorros entre las rocas y alguna anguila tomando el sol en los rizos del mar.



Pero estamos entre amigos y amigas, entre hijos e hijas, entre padres y madres que disfrutamos viendo botar el balón. En el 3X3 de santiago de La Ribera nos juntamos mucha gente dispuesta a disfrutar de los sueños embriagadores de un deporte de equipo en el que los contrincantes se divierten, se ayudan, se abrazan y se emocionan. Al lado del mar y de las palmeras, al lado del mundo de nuestra niñez que alguna vez, en un camino ora recto ora sinuoso, nos abandonó en brazos de la madurez y de la responsabilidad. Pero cuando miramos el mar, la húmeda arena, los retazos azulencos entre las sombrillas y las embarcaciones, recordamos aquellos tiempos de plácida insensatez, cuando nos subíamos a la vida y contemplábamos, desde un edificio en construcción, “2001, Una Odisea en el Espacio”, no lejos de allí, en el cine de verano de Lo Pagán.



A mediodía, la comida. Arroz a banda mientras la luz mediterránea nos relata la belleza de compartir mesa y mantel con tantos amigos y amigas recolectados felizmente en los campos del Señor Baloncesto, nuestro dios particular.



Ya de madrugada, cuando la brisa marina ha dejado de susurrar a las hojas y las nubes blancas adornan de algodones la luna de la poeta cartagenera, releemos la anotación de los Diarios de Max Aub correspondiente al 23 de enero de 1953:

"Olvidar: gritar alto que la vida, lo único que traemos, es prodigiosa. Bajar a lo más pequeño naturalmente: un grano de arena, una hormiga, el pétalo de una rosa, y decir nuestro asombro. Nos hemos olvidado de la vida por tenerla tan a mano y nos hemos refugiado en entelequias – que convertimos en instrumentos de nuestra tortura -. Sacar de cada cosa algo bueno. Asombrarse. Hallar en todo razón de vida y darle gracias al cielo que es la tierra. Olvidar”.



(1)- Carmen Conde: "Los poemas del Mar Menor". 1962



3 comentarios:

Anonymous dijo...

Ay, Lucía
Este fin de semana ha sido el 3X3 de la Ribera.
Más que un “campeonato” de basket ha sido una convivencia de amigos y amigas de todas las edades.
Me cuenta quien ha estado allí que era hasta emocionante ver cómo niños de 13 años jugaban entre partidos con otros “niños” de 20 y más y todos con el mismo denominador común que los une: pasarlo bien jugando a lo que les gusta.
Es bonito ver cómo unos muchachos que han sido compañeros del mismo equipo en la liga pasada llegan, se saludan, charlan, bromean, juegan el partido unos contra otros “a cara de perro”, unos ganan, otros pierden y al acabar se felicitan y siguen charlando, bromeando y comentando alguna de las jugadas, golpes o caídas que han sufrido hace unos minutos.
En la grada pasa otro tanto parecido, los padres nos alegramos de los aciertos, nos quejamos de los contrarios ¿has visto lo que le ha hecho tu hijo al mío? ¡Árbitro falta!, ¡Pítala, fulanico, no te calles! ¡Qué jugada, esto por lo de antes!… y comentarios similares.
Los hijos juegan, los padres se entretienen, unos ganan, otros no, el verano continúa y ya están calentando motores para el 3x3 de Los Alcázares.
Mientras, el Mar Menor sigue amaneciendo como un espejo en el que a poco que uno mire puede llegar a ver las vivencias, experiencias, recuerdos e inquietudes que han inspirado a poetas como Eloy.
Yo sigo bajando a su orilla, piso su arena y pienso que algún día alguien pueda bajar también y pueda seguir pisándola y disfrutando de ese hermoso amanecer en el no menos hermoso Mar Menor.
Gracias Lucía
Lloranda Gay

Anacleto dijo...

Ay Lucia, que mala cama tiene el perro. Estos días, supongo que al igual que tú, me he acercado al 3x3 de La Ribera para disfrutar con las evoluciones de mis hijos, y quitarme un poco el mono de baloncesto que sufro desde la final a cuatro de Alcantarilla. Lo de la cama del perro lo digo por los comentarios que algunos padres hacían a cerca la gran cantidad de descartes que el C.B Murcia va a hacer en el equipo del 94. Parece ser que sólo cuatro jugadores van a pasar al Junior, y de esos cuatro sólo uno juega en el equipo desde la categoría Alevín.
Mal pago me parece este para unos chicos que este año han conseguido el campeonato Cadete, aunque lo hayan hecho contando con la inestimable aportación de dos auténticos cracs del 95, y, según dicen, la "manita" de dos señores de gris y pantalón largo. Bueno, la cuestión es que los padres andaban dolidos por la "putada" que van a hacer a sus hijos, que pasan de pertenecer al club más glamuroso de la Región, a ser considerados auténticos saldos, y tener que buscar ahora equipo que les de cobijo para seguir jugando a eso que tanto les gusta, si es que no deciden colgar las botas como ya ha hecho alguno durante esta temporada.

Mi consejo a esos padres desconsolados, algunos de los cuales ya se hacían a la idea viendo el nulo protagonismo de sus hijos esta última temporada, es que la Región es grande y hay muchos equipos donde jugar y divertirse, sin estar obligado siempre a ganar títulos. Que nadie se sienta un hijo pródigo por llamar a la puerta del club de donde un día salio para probar fortuna en el C.B Murcia tentado por promesas gloria futura.

Anonymous dijo...

Pues esto mismo les puede suceder a los del 95 el año que viene. El club debería plantearse la necesidad de mantener un Junior B para no dejar fuera de juego a los chavales, aunque tuviéramos que pagar como hacen en otros clubes. No quiero ni pensar la trajedia que puede suponer para los nuestros.