lunes, 13 de junio de 2011

Dios jugando a los dados

Y Dios jugando a los dados los lanzó a la tierra como lenguas de fuego allá por los primeros días de junio. Definitivamente se acomodó el verano en nuestros paisajes mediterráneos y parece que tardará en marcharse- añoranza del otoño, de las hojarasca, de los colores del bosque, de las noches de lunas huidizas-.
También nos abandonó el baloncesto y retornó el mercado con sus leyes de hierro, la primera de ellas que un negocio con pérdidas es un negocio moribundo, a la espera de la extremaunción. Parece que en la época de la globalización las ayudas públicas deben ser reducidas a la mínima expresión, a no ser que se dirijan a salvar bancos y banqueros a los que, también en la época de la globalización, se les tiende a motejar de ladrones, especuladores, sinvergüenzas y otros epítetos que, si no fuera porque creemos en el sistema dado, definen de manera poco favorable los pilares del capitalismo postmoderno.
Nos abandonó el baloncesto, las ligas inferiores, las bases, los padres y madres desperdigados por las viñas del señor, algunos en los misteriosos barrios del otro lado del río Segura, y llegó el calor. Y con él los asombrosos sucesos que cada año nos acompaña por estas fechas: el Cb Murcia a punto de desaparecer. Y curiosamente la gente que nos ha hundido en la peor crisis económica de los últimos decenios, esos a los que se tiende a motejar en la época de la globalización de ladrones, especuladores y sinvergüenzas- por no ampliar el abanico estival de epítetos poco gratificantes-, se tornan en grandes defensores del interés público, que ya se sabe que es colectivo, y se vuelven también rácanos impenitentes.
Algún día, quizá nunca, el baloncesto murciano no dependerá de las ayudas públicas. Sería un día maravilloso, grande- o no lo será-. Hasta entonces seguiremos con el alma partida en dos: la primera de ellas, exigiendo que se salve a cualquier precio el equipo de nuestros amores; la segunda, diciendo: ¡no está bien!, ¡no está bien!, el dinero de los ciudadanos y ciudadanas debe ser utilizando exclusivamente para mantener nuestro Estado del Bienestar, una inmejorable sanidad pública y educación pública, universales y gratuitas, y, por supuesto, una protección integral de las personas dependientes.
Sé que habrá gente que no compartirá mis opiniones; más por estar en contra del Estado del Bienestar que por salvar al Cb Murcia de la desaparición. De todo hay en este mundo malheredado.


PD: video de ¡Vaya Semanita! de ETB

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lucía, eres única, eres la repera (por ponerlo un poco fino). Si hubiese un partido político o una religión con tus valores, sería tu fiel colaborador.
Un fuerte abrazo.