domingo, 30 de mayo de 2010

Algunas noticias


Algunas noticias.
Eloy Sotelo abandona este blog. Parece que ha crecido demasiado y desea volar en otro tipo de formato, tal vez novela corta.
También se ha decidido finalmente moderar los comentarios. Se descenderá en número de visitas, pero se ganará, eso esperamos, en calidad literaria.
Por último, Lucía Sánchez ha decidido que la vida es demasiado hermosa, que la realidad es ficción y que la tierra es plana, por lo que los viajes que realicemos por la Nube tendrán siempre un destino imprevisible. ¿Alguien se apunta al nuevo rumbo que el crepúsculo dibuja en las ondas marinas?.

sábado, 29 de mayo de 2010

Valencia CB - CB Murcia 94: 71-66



"Inmensos poemas varados en las olas del océano:

cuando se ha estado cerca de la gloria

la luz se escapa entre las manos,

pero permanece el halo en la noche,

y la perdida batalla se torna gesta

en la mirada de los incrédulos".



Eloy Sotelo

viernes, 28 de mayo de 2010

Los últimos días en Leningrado


Los últimos días en Leningrado, antes de que decidiera romper con su sola mirada el cerco para buscar los brazos de sus amada en la aurora boreal, fueron de febril escritura. Los cielos claros y brillantes del campo, los azules tranquilos del Mar Menor, las pequeñas elevaciones oscuras sobre la brisa y la sal de las pequeñas islas del Barón y La Perdiguera, las barcazas y sus estelas blancas ensalzadas en sus poemas más conseguidos, los cangrejos y los caballitos de mar, esa calidez que le hacía remangarse la camisa a finales de febrero... y la voz suave, como el canto de un ruiseñor en la neblina de cada amanecer, de aquella mujer que le hacía recordar los bosques salvajes de su país. En un poema de metáforas explosivas, reflejo acaso de las trincheras pero también de su fe en el hombre nuevo, Eloy Sotelo habita las palabras más hermosas en los labios carnosos de la vida, mientras en otra habitación se escucha la voz desencajada de Palmiro Togliatti y, más lejos aún, las trincheras son versos rotos en el papel. Pero tal vez, el poema más conocido del escritor guatemalteco carece de paisajes románticos, y la escuela de vuelo de Totana se torna en puerta del infierno dantiana. Allí, junto a Togliatti y Fernando Claudín, da su último adiós a España, su último canto quebrado camino de Sidi-bel-Abès. Las alturas de Sierra Espuña contemplan el eclipse definitivo de un hombre, que comprende que ya nunca podrá poseer ni un gramo de felicidad porque su amada huye con una niña en brazos buscando desesperadamente el puerto de Alicante. La separación de un amor inconmensurable en las calles empinadas de El Palmar la víspera del 24 de marzo de 1939, supone para Eloy Sotelo la ruptura con la vida creyente y la búsqueda del sufrimiento en los bárbaros campos de la muerte del Siglo XX. Luego, la libertad, el carguero que lo traslada a Odesa, los gritos en la noche, el recuerdo siempre perenne de los labios de la vida, los almendros en flor, las llanuras de La Mancha y el bosquecillo de la ribera del Júcar, los amarillos de las mieses, la escritura frenética de poemas que recuperan los besos de su amada, el miedo a que no hubiera podido huir de España... la vida misma...
Me dice algún lector amable de este blog que anime al CB Murcia 94, que ha ganado por 79 a 39 al Cuenca Caja Rural, pero ayer, mientras observaba en el horizonte las casas de Totana y las cumbres de Sierra Espuña camino de Mazarrón, no pude sino rememorar, bajo la luz y las tormentas de los últimos días de mayo, la huida de mi abuelo buscando las costas norteafricanas. Ojalá que el CB94 consiga clasificarse para una final nacional y que ésta se juegue en las planicies interiores del alma de Eloy Sotelo, allí donde la tierra fue luz, color y vida.
Eso deseamos.

Pd: Resultados del 28 de mayo de 2010:

CB Murcia 94 - Real Madrid "A": 62 - 88
E.M Cuenca Caja Rural - Valencia BC : 55 - 67

Un resultado más que digno para nuestro CB94. ¡Felicidades!

La fotografía es del Lago Ladoga, lecho eterno del abuelo de Lucía Sánchez

martes, 25 de mayo de 2010

CB Murcia: lo viejo y lo nuevo



Esta tarde, 25 de mayo, se nos ha citado a una reunión para que los responsables (*) del CB Murcia nos expliquen, a las madres y padres de la cantera y escuela, la reconstrucción del equipo con valores deseables deportiva y socialmente. Imaginamos que previamente ha sido necesario de(s)constuir el equipo para analizar sus unidades más sencillas, sus errores en el tiempo, el desapego de la afición local, pero también de otras ciudades y pueblos de nuestra tierra o la franca hostilidad de otras personas. Se ha hablado de la colaboración con todos los equipos de la Región, del compromiso de no desarraigar a jugadores prometedores de sus equipos de ciudad, pueblo o barrio. Se ha querido transmitir que lo viejo es recuerdo, y lo nuevo es futuro y seriedad.

Se va a potenciar la cantera y la escuela de un equipo que cuenta en la actualidad con 132 jugadores y 15 entrenadores y coordinadores. Se pensará que estamos utilizando el masculino genérico, que entre esos 132 jugadores también habrá niñas, que un equipo como el CB Murcia que quiere, y debe representar, a una Región y que debe transmitir valores sociales modernos y deseables, no carece de una sección de jugadoras. Así lo ha preguntado un padre: ¿se va a recuperar el baloncesto femenino?. No se trata de depredar caladeros ajenos: desgraciadamente cada vez menos niñas practican el baloncesto en nuestra tierra, ha disminuido el número de federadas. No, no queremos que se recupere la sección de jugadoras despojando a otros equipos de sus mejores niñas. Sería indeseable. Pero desde aquí, desde losquenoentendemosdebaloncesto, pedimos que si realmente hay un proyecto de equipo que descanse sobre valores ofrecidos y compartidos con la sociedad, se piense en la importancia que tendría un equipo ACB (el año que viene, se nos promete) con un compromiso material con la igualdad de género en la práctica del baloncesto regional. Son valores de última generación tal vez, pero el potencial de un equipo que sepa interrelacionarse con la sociedad, transmitirle la idea de que se apuesta por la practica igualitaria del deporte, que explica en colegios e institutos que, como representación deportiva de nuestra ciudad, tienen la responsabilidad social de transmitir la idea de igualdad y la necesidad de que el acceso al deporte y a su práctica sea igual para mujeres y para hombres, es enorme. Solo hay que leer las leyes de igualdad estatal y regionales, los planes estratégicos de igualdad de ámbito regional, los materiales del Instituto de la Mujer de la Región de Murcia o las campañas de igualdad en el deporte de otras comunidades autónomas, para saber que la igualdad es rentable, que se puede llegar y concienciar a la gente, que se puede creer afición al baloncesto y a su práctica.

Desde este foro alabamos las iniciativos del CB Murcia, pero no se olvide que si se crea una fundación para la cantera y la escuela, como se ha afirmado en la reunión, sus estatutos debe elaborarse con un lenguaje no sexista, y también debe apostarse por escrito por la búsqueda de la igualdad material y por un presupuesto que contemple partidas dinerarias dirigidas a disminuir la brecha de género en la práctica del baloncesto.

Señores del CB Murcia: Existe un campo inmenso sin roturar en esta área deportiva, si saben aprovecharla su interrelación con la sociedad murciana mejorará notablemente.

Y mucha gente se lo agradecerá.

(*)- Por parte del CB Murcia han disertado sobre el nuevo proyecto Alejandro Gómez (Director General), Paco Guillem (Director Deportivo) y José Miguel Garrido (Director Comercial y de Marketing)

domingo, 23 de mayo de 2010

Desconocemos hasta dónde llegan las olas...


Desconocemos hasta dónde llegan las olas de este blog. Acaso la arena mojada y la blanca espuma se depositen en los álamos del júcar o en la boca del metro de la Puerta del Sol; tal vez el aroma del Mar Menor, de los peces diminutos y de las chapinas en la transparencia acuosa de mayo, lleguen al puerto de Barcelona o a la piedra vegetal de la Sagrada Familia (no sería extraño: allí, en esa ciudad hermosa y libre de Rusiñol, de Gaudí, del noucentismo, de Teresa y de la vida misma residió durante pocas semanas Eloy Sotelo). Es posible que también se acerque a Cartagena en suaves ondas de color y luz. Mientras paseamos por las calles de una ciudad que ha descubiertos sus entrañas de piedra alineada, no podemos sino pensar en los cartagineses, en los romanos, en el Teatro Romano, en el Molinete de Juan Goytisolo y en el arquitecto Victor Beltrí, que nos obsequió con bellezas modernistas ancladas a una tierra de historias gloriosas y desengaños milenarios. El Gran Hotel, El Palacio Aguirre, La Casa Cervantes... y mirando el mar, ese sol que bruñe el reflejo de los dioses en sus serenas aguas y sus colinas, que protegen la vida interior de la bahía.

Por esa ciudad mediterránea en el sentido clásico de la palabra, paseó Eloy Sotelo su amor, todavía presente en cada poro de su piel. Atravesó las llanuras del Mar Menor, entre palmeras y molinos, Dejó a su izquierda las oscuras sierras de La Unión mientras navegaba por las plácidas aguas de una pasión que pervivió en el horror de Leningrado. Cerca de Cartagena, quisó plasmar su felicidad en unas cuartillas, y se sentó mirando la vida de frente, con el sol reflejando su corazón en las nubes de algodón del fondo del mar. Allí permaneció horas enteras, en las hechuras del Cabezo Beaza, tal vez en el mismo sitio que ahora se levanta el pabellón deportivo, sede de las finales a cuatro infantil masculina. La final a cuatro femenina se está jugando también en Cartagena, en este caso en el pabellón Urban.

Por desgracia, el club de nuestra hija, el AD Infante femenino perdió la semifinal con el Jairis, pero ahí estamos de nuevo en una fase final, apostando como siempre por el baloncesto femenino tan abandonado a los vaivenes de la diosa fortuna. Jugarán la final el CB Cartagena y el Jairis de Alcantarilla Por su parte, en categoría infantil masculina el CB Murcia y el CB Capuchinos jugarán la final al ganar respectivamente al ADM Molina y al CB Cartagena.

Cuando se levantó de la tierra dura y espinosa, Eloy Sotelo leyó al viento "el amor que me envuelve", acaso uno de sus mejores poemas de métrica libre, merecedor de aparecer con honor en cualquier antología de la mejor poesía castellana del Siglo XX. Todavía hoy, Irene Andreo, la madre de Lucía Sánchez, se emociona cuando, sentada en la mecedora de luz torrentosa de su hogar, se lo lee a sus nietos. ¡Cómo pudo existir un amor como aquél en tiempos de hierro y sangre!.

viernes, 21 de mayo de 2010

Atardeceres violetas del mar


Siempre se reprochó a la prosa de Eloy Sotelo, menos a su poesía, el apego a las grandes construcciones teóricas sobre el devenir humano, su cuasi negación de la libertad humana frente a estructuras, coyunturas, ideologías y tercas realidades. El escritor guatemalteco nunca descendió a las entrañas del alma humana con sus virtudes y sus, ahora lo sabemos, defectos. Si algún historiador denunció que el pensamiento de Jean-Jacques Rousseau portaba el germen de la justificación del terrorismo moderno occidental por su afirmación de que con la educación se podía rediseñar la sociedad, sin duda Eloy Sotelo era de la misma opinión. Conquistando el poder se podía crear el hombre nuevo. Nunca sabremos si en los últimos días de su vida, bajo el estruendo de los cañones y la aviación enemiga, llegó a comprender lo erróneo de sus creencias, pero releyendo las páginas de sus Memorias intuimos un creciente escepticismo que lo empuja, en el capítulo XXIII, a demonizar el ejercicio violento del poder, acaso pensando en el nazismo pero también, y esta es una hipótesis, en las teorías bolcheviques de la toma del poder. Eloy Sotelo vivió una época turbulenta, escribió compulsivamente y amó con mayor ardor. ¿Qué nos queda de aquella etapa de la historia que anegó los campos de Europa de sangre y horror ante la voluntad humana de destruir cualquier forma de civilización?. Las sociedades bien regladas han construido espacios de convivencia, de negociación, de cesión mutua de intereses. Entre esas reglas, que sin duda son deseables, no está la de que una persona o grupo se considere depositario de la verdad porque ésta no es única, ni siquiera es verdad. La recepción del cristianismo en Grecia supuso un choque cultural al entrar en conflicto con las numerosas escuelas filosóficas, que defendían y difundían sus postulados y al mismo tiempo respetaban los de sus “contrincantes”. Acaso la filiación, y todo lo que suponen las relaciones familiares, es un antídoto muy fuerte para un debate sereno. Incluso Lucía Sánchez defendería a muerte a su abuelo, Eloy Sotelo, si alguien lo atacara por sus ideales o creencias, a pesar de no compartir muchas de las palabras que el escritor guatemalteco vertió en sus Memorias.

Hace un tiempo decidimos abrir el foro de este blog a todas las personas que quisieran participar. No creemos en la censura, tampoco en la moderación de las intervenciones, pero alguna vez, percibiendo que este lugar de la Nube se está convirtiendo en una campiña italiana repleta de cadáveres, nos ha asaltado la duda. La gente es libre para creer y para descreer, pero también para respetar, y si la poesía, la prosa, la pintura o la filosofía no son capaces de encauzar los legítimos sentimientos de ira, mal vamos, las fríos témpanos del Lago Ladoga, sepultura de gran poeta guatemalteco, serán también los lechos congelados de este espacio de Internet.

Volvemos conscientemente a los atardeceres violetas del mar, a las orillas de algas y cabellos besados por el viento, a aquel mundo perdido que conoció una historia de amor entre Eloy Sotelo y la abuela de Lucía. Seguiremos esas sendas, acaso demasiado trilladas, que buscan la belleza y no la fealdad, que nos llevan de la mano a espacios de la mente nunca antes visitados por la ciencia, y siempre nos preguntaremos si el pensador de Ginebra creyó alguna vez que las mujeres eran iguales a los hombres, y no simples caprichos y sustentos de sus ambiciones políticas y las de sus iguales.

jueves, 20 de mayo de 2010

Llevamos estos días escondidos


Llevamos estos días escondidos, esperando a que escampe el temporal. Los vientos son azules pero las aguas del Segura bajan revueltas. Es normal cuando las gotas de agua no se ponen de acuerdo y toman infinitas direcciones, todas divergentes. Todavía quedan bosques de ribera y se comenta que perviven nutrias en algún recóndito lugar del río que nos dio la vida; también es posible que la luna llena se pasee desnuda por los espejos del río y que las luciérnagas guíen los pasos de las personas que vivimos perdidas en este mundo del baloncesto. Se trata de buscar certezas en esta oscura obsesión por reinterpretar los acordes de una final. No sabemos si el cestismo puede crear poesía en una cancha, si los movimientos de los jugadores pueden interpretarse en clave de belleza de tal o cuál tipo, si distintos botes de balón nos puede acercar a una interpretación realista, expresionista, impresionista, art pop... del baloncesto. En realidad, no sabemos nada de nada. Res de res que dirían los amigos del nordeste mientras se pasean por Las Ramblas o contemplan el mar desde Llançà. Se dice de Xavi Hernández, que nos perdonen la incursión en caladeros ajenos, que dirige una orquesta, que crea música del roce del balón con la hierba, que esboza figuras simples y bellas cuando mueve el balón. Acaso los árbitros también tengan algo de artistas pero, escuchando comentarios en la Nube, no parece que tal atributo sea aplicable a los nacidos en esta región. O sí. El peor de los poemas para cualquiera puede significar para cualquier otro la renuncia a la infelicidad o a la muerte. El graznido del cuervo puede resultar incluso armonioso cuando se vive en el Leviatán. Dos árbitros en una cancha de baloncesto tienen, con independencia de su voluntad, la posibilidad de revivir las sangrientas reyertas de la hordas primitivas. Es posible que exista una inevitable desconfianza del poder establecido. El alma ácrata y todo eso de los pueblos mediterráneos que desconocen la autoridad porque ésta no es neutral, y siempre termina apoyando a los poderosos aún en una democracia. Se dice que la neutralidad del que ejerce el poder (de decisión) es una falacia. Por lo tanto, los árbitros no pueden ser equidistantes y cuando se equivocan los hacen favoreciendo al poderoso (nunca entenderemos esta convicción de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas que opinan que si alguien con poder se equivoca, siempre lo hace en beneficio de otra que también ostenta poder de cualquier tipo).. Cómo se decía en “Aguirre o la cólera de Dios” de Werner Herzog, para mayor gloria de Dios, la Iglesia siempre ha estado al lado de los fuertes. Hablamos del Siglo XVI, no de esos maravillosos compromisos postconciliales en los que muchas personas viven en las fauces del holocausto. ¿Por que, en consonancia con las teorías del estado como instancia sólo nominalmente imparcial, iba a haber gente que no estuviera condicionada, interna o externamente, por el gen egoísta?. ¿Alguien puede pensar que en una final de baloncesto regional los actores se puedan mover por valores altruistas del tipo “que gane el mejor”?. Los seres humanos vivimos condicionados por el yo y por la situación. Nos alineamos siguiendo intrincados caminos de simpatías y antipatías pero, en el tema que estamos tratando, existe un receptáculo de nuestras iras cuando la realidad no se ha comportado como debería hacerlo. Hay un culpable para todo lo que no nos interesa admitir como legítimo o justo, aunque lo sea. Si el equipo de nuestro hijo pierde la culpa es de los árbitros, del equipo contrario que se dedica a esquilmar las canteras ajenas, de la literatura beat o del cine francés que es muy aburrido. Si gana es a pesar de los árbitros, del equipo contrario que ha sido excesivamente físico, de la pintura realista rusa del XIX o de estos magníficos paisajes mediterráneos que iluminan con su presencia la piedra desnuda. Al final somos esclavos de nuestros gustos y deseos. Cómo todo el mundo, se argumentará, pero finalmente el baloncesto perderá esa mística de deporte de jugadores y jugadoras inteligentes, limpio, alentado por padres y madres civilizados. Nada que ver con el fútbol y todo el ambiente de violencia que se le supone, a pesar de que cuatro gatos sostienen el mito.
Es posible deducir, que si al Estado no se le presupone neutralidad, ¿qué más se puede esperar de la FBRM, del Colegio de Árbitros o del mayor o menor poderío de un equipo?:. Las teorías conspirativas han tenido gran arraigo en cierta (pseudo)literatura norteamericana actual, también en el cine. A veces, los clichés utilizados para demonizar una u otra ciudad se aplican al deporte, pero siempre el fantasma de Carl Schmitt se pasea por las canchas de baloncesto agrupándonos entre amigos y enemigos. Y en esto estamos, cada vez que se juega un partido o somos ángeles o somos demonios, todo depende de tu situación en la cancha, en la vida, en las riberas del río o en la filiación de las y los jugadores.

Cuadro de Ilya Repin

lunes, 17 de mayo de 2010

A veces odiamos el baloncesto



A veces odiamos el baloncesto porque nos produce sentimientos contrapuestos, no siempre positivos, al menos en un sentido de buscar cierto equilibrio entre nuestros legítimos anhelos y los de los demás, tan o más legítimos que los nuestros. En este sentido, no solemos hacer afirmaciones taxativas sobre entrenadores, jugadores, árbitros, madres o padres, estructuras deportivas, objetivos… Si las hacemos sobre la naturaleza que nos rodea y nos acompaña en nuestros viajes en autobús y coche, sobre las nubes que surcan el cielo en veleros con mástiles de viento o en los mares que hemos disfrutado durante la infancia y la adolescencia, y que ahora vemos rodeados de edificios y luces nocturnas. Todos y todas las personas somos conscientes de que el devenir del tiempo transforma nuestros recuerdos, ora los exprime hasta convertirlos en ceniza, ora los transforma en materia sintética, fría, inerte…No sabemos el recuerdo que atesorarán nuestros hijos, dentro de 25 ó 30 años, de la final a cuatro de 16 de mayo, pero queremos que esos recuerdos de alegría, de tristeza pero también de lucha y de voluntad de triunfo, no estén inscritos en los registros del debe, sino en los del haber. La final a cuatro es un patrimonio de todos los jugadores que han participado en ella, con independencia de los padres, de las madres, de los entrenadores, de los directivos y de los árbitros. Es un patrimonio y un regalo a la constancia de todo un año. No lo desperdiciemos con reproches mutuos entre los actores secundarios de esta película. Nuestros nombres son insignificantes en los créditos de este espectáculo al que asistimos como meras espectadoras y espectadores.

A veces, cuando odiamos el baloncesto, respiramos profundamente y apartamos papel y bolígrafo hasta mejor momento.



El CB Murcia 94 campeón


“Tengo un refrán de Cabezahueca: “cuando un hombre es pesimista antes de los 48, sabe demasiado, si es optimista después de esa edad, es que sabe muy poco”

Extracto de un a carta de Mark Twain a Joseph Twitchell.

Hoy domingo hemos asistido a la final cadete masculina en Alcantarilla. Ha ganado el CB Murcia 94 al Archena por 70 a 65, pero no podemos negar que durante todo el partido hemos pasado del optimismo al pesimismo y viceversa, de los 48 ó 49 años a los 47 ó 46 años. Y tampoco podemos negar que si hay una Arcadia Feliz, un mundo en que podemos navegar por ríos de ilusión y lucha, entre palmeras, naranjos, chopos, limoneros y colinas desnudas, tal lugar está en Archena. No obstante, los campeones han sido los muchachos del CB94, y se les ha visto felices, emocionados, abrazando con sus corazones las medallas y la dulce sensación de sentirse los mejores cadetes de baloncesto de la Región. Otro día hablaremos de Arcadias felices, de Tomás Moro, de los socialistas utópicos, de los Cavadores o de los Niveladores de la época de Cromwell de kleenex, de campeones morales y de poemas escritos en las palmas de las manos. A los 15 años las tragedias no pertenecen a este mundo, y esto lo saben o deberían saberlo las mujeres y hombres que hemos sido adolescentes en algún tiempo anterior, en los setenta u ochenta del siglo pasado. Las alegrías y las penas son peregrinas, y la amistad es el combustible que mantiene encendida la llama que calienta los corazones. Siempre recordamos el inicio de La Odisea: "cuando Eos, la de los dedos rosados...". Todas los amaneceres son hermosas, brillantes y llenos de novedades para nuestros hijos. Mañana, el sol iluminará el Valle de Archena, recorrerá con sus dedos las orillas del río, se filtrará entre las hojas del bosque de ribera y empujará aguas abajo los ecos de un gran partido jugado con pasión y voluntad de victoria.

Felicidades a los dos equipos, han sido dignos finalistas en un atardecer que anuncia la llegada del estío. Nos veremos en los campus de baloncesto, en los torneos de tribasket, a la orilla del mar, con el sol bruñendo los rizos del viento en las crestas de las olas.

jueves, 13 de mayo de 2010

En estos tiempos de zozobra


En estos tiempos de zozobra es difícil hablar de ciertos temas que no creen disensos importantes. El mundo se ha sofisticado de tal manera (añoramos la simplicidad de la Primera e incluso de la Segunda Revolución Industrial) que fácilmente nos devoramos entre iguales. Hemos perdido también la escasa autonomía que teníamos sobre nuestras vidas y nuestras pertenencias, y ahora vivimos sometidos al designio de fuerzas extrañas que crean crisis económicas y luego deciden como solucionarlas. Se nos dice, y éste es un discurso extraño en siglos anteriores, que para crecer debemos vivir peor y, por tanto, ya no podemos confiar en la técnica como fuente de desarrollo y bienestar porque tanto ésta como la ciencia ya no sirven intereses colectivos. Allá por el año 2000, un cierto optimismo en los designios de la economía política nos auguró el fin de las crisis económicas gracias a la globalización. Se equivocaron, nos equivocamos. Pero ahora, y debe ser un juego de las fuerzas de la (des)información que tampoco controlamos, se nos enfrenta a unos contra otros: los culpables son los privilegios intolerables de los asalariados que tienen puestos de trabajo vitalicios, parte de responsabilidad tienen también los parados que cobran subsidios de desempleo, ¡y no hablemos de las personas dependientes o de los jubilados!... hay que hacer la vida más insegura, hay que convertir cada amanecer en un paisaje selvático, de leones contra gacelas, de guepardos contra cebras, y de hienas devorando los restos del holocausto.


Todo esto nos viene a la mente, no por la crisis económica, sino por las intervenciones de “la caída de las hojas del almanaque”. Parece que necesitamos enfrentarnos para defender no se sabe qué valores competitivos, tribales o no. Si el deporte grupal es el retorno a las jaurías primitivas no creemos que merezca la pena vivirlo. Las relaciones humanas son difíciles per se, y las personas nos esforzamos en complicarlas aún más. No obstante creemos, admitimos la posibilidad de errar en nuestra apreciación, que cuando nuestros hijos e hijas comparten fiestas, cumpleaños, jardines, sonrisas y confidencias, la sombra simiesca de la deslealtad no aparece por ningún lado.


Hay unos versos de Blas de Otero que siempre nos ha producido honda inquietud. Dicen:



“Me llamarán, nos llamarán a todos.

Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,

en tornos de cristal, ante la muerte.

Y te expondrán, nos expondremos todos

a ser trizados ¡zas! por una bala.

Bien lo sabéis. Vendrán

por ti, por ti, por mí, por todos

Y también

por ti.

(Aquí

no se salva ni dios. Lo asesinaron.)

Escrito está. Tu nombre está ya listo,

temblando en un papel. Aquel que dice:

abel, abel, abel ... o yo, tú, él ...”



Hay algo en este mundo que nos recuerda estos versos, algo trágico que nos deliza por el tobogán del pesimismo antropológico: nunca aprenderemos



La fotografía es del “El peine de los vientos”, escultura de Eduardo Txillida.




martes, 11 de mayo de 2010

La caída de las hojas del almanaque


La caída de las hojas del almanaque nos hace vislumbrar el verano, con su brisa de la tarde cimbreando las velas de las barcazas y la camisetas húmedas de los bañistas. Pero antes, en tierras próximas al Mar Menor, se celebrará el día del minibasket. Tal vez el sol caiga a plomo sobre las solanas y busquemos un lugar a la sombra debajo de chopos, acacias o muros que no impidan el paso de la brisa. Acaso, las gaviotas cristalicen en el cielo o una nube dibuje sombras redondeadas de caramelo a lo largo de las pistas de baloncesto. Será un día especial, de convivencia, de compañerismo, de echarnos unas canastas para divertirnos. Habrá niñas y niños, madres y padres. ¡Qué bonito sería que ese día se convirtiera en un ágora de libertad e igualdad!. Vivimos en una tierra que permite que cada paisaje se convierta en una plaza para compartir, dialogar y disfrutar. Grecia nos enseñó ese camino que lleva de la esclavitud al dialogo entre iguales, en el que todos tenemos razón y nadie la tiene, en el que el el discurso se enriquece con infinitas voces, sin que ninguna sobre. ¿No sería maravilloso que se crearan ágoras de niñas y niños y se hablara de la importancia del deporte para todos los seres humanos?, ¿o que se hablara de que el baloncesto es un patrimonio de todas las personas que lo aman y lo practican con independencia de su género?, ¿o que no hay cosas de niñas y cosas de niños, sino estereotipos que empujan en una u otra dirección impidiendo miles de opciones y elecciones vitales?.

Sería maravilloso que la FBRM hablara con, por ejemplo, el Instituto de la Mujer de la Región de Murcia y organizara actividades para explicar que no existen deportes de niñas y deportes de niños, que el baloncesto es un bien común y que su práctica es deseable y necesaria, sin limitaciones, sin apriorismos, sin reproches por hacerlo mejor o peor. En otros lugares se han realizado campañas (Castilla-León) de este tipo, ¿por qué en nuestra Región no?.

jueves, 6 de mayo de 2010

Y ahora que te veo...


Eloy Sotelo escribió mentalmente el poema “y ahora que te veo” mientras cruzaba a nado el trecho del mar sereno que separaba las primeras barracas de Los Alcázares de la Isla Perdiguera. Las primeras claridades del día se reflejaban sobre un espejo de tonalidades verdosas, alguna barca dibujaba blancas estelas hacia Los Nietos, y las riberas eran entonces, y ahora, cálidas y acogedoras.
Al atardecer se sentó a la orilla del mar, entre chapinas y algas resecas por el sol y la sal, y deseó con toda su alma desnudar la belleza de la luna que se levantaba, como un círculo naranja perfecto e inmutable, por los escarpes italianos de Isla Grosa.

Y ahora que te veo,
no con estos ojos míos,
insensibles como lucernas
en lo alto del anhelo (de conocerte, de acariciarte),
te veo, blanca noche serena,
en el suspiro de la luciérnaga,
en la piel que se desprende de la carne
y asciende
(alas doradas sin dios)
hasta la última estrella
donde habita tu amplia mirada,
donde plañe lo Humano y sus ruinas.
alguna vez fuimos,
ahora no…
sólo silencio en los escarpes de tu ausencia.

Éste y otros poemas fueron encontrados meses después por la policía política soviética, en la maleta que Eloy Sotelo había confiado a Louis Tresset, un periodista francés que quedó encerrado, como el poeta guatemalteco, en el sitio de Leningrado. A diferencia de Sotelo, Tresset no intentó abandonar la ciudad por el camino de la vida del lago Lagoda pero su muerte fue, si se quiere, más trágica y mundana: falleció de hambre y frío entre las ruinas de un palacio del siglo XVIII, mientras las sombras de la noche lo despojaban de las botas y de toda la ropa que había calentado sus maltrechos huesos durante meses de infierno gélido. La gente de la Lubianka se hizo cargo de la maleta y de su contenido, y no fue hasta 1995 cuando fue entregada a las autoridades guatemaltecas, que decidieron hacer copias de las cartas de carácter íntimo para entregárselas a los descendientes, en la mayoría de los casos, de los autores o destinatarios de la correspondencia guardada en la maleta. De esta manera se enteró Irene Andreo, la madre de Lucía Sánchez, que la persona a la que había considerado toda su vida como padre, amigo y confidente, no lo era en realidad, y que era el resultado de una semana de idílica pasión en las leves riberas de un mar interior, entre recitales de poesía, lunas surgiendo del mar y blancas amanecidas entre brumas y deseos de eternidad.

miércoles, 5 de mayo de 2010

ganó el CB Murcia 94



La nieta de Eloy Sotelo tuvo que buscar en las profundas simas de sus recuerdos unos sentimientos similares a los sentidos en esa tarde de mayo. El CB Murcia 95 había naufragado en aguas procelosas, arrastrado por unos vientos huracanados que llevaban en volandas al CB Murcia 94 al título de campeón cadete masculino. Finalmente, encontró ese desasosiego, esa desesperanza, ese sentimiento de derrota en las páginas de “Vida y destino” de Vasili Grossman. Toda una sociedad hundida en las trampas del autoengaño, la delación y la mentira. Cuando Lucía Sánchez leyó la última página de una de las mejores novelas del Siglo XX, reflexionó sobre la esencia de un régimen capaz de hacer brotar de la pluma de un escritor la tragedia de una generación perdida sin remisión. Y pensó en su madre, Irene Andreo, y en como había descubierto que su verdadero padre había muerto en los hielos del Lagoda, creyendo que los caminos gélidos que cruzaba, con los pies ateridos y la escarcha blanqueando su cabello ensortijado, habían sido abiertos por brazos libres y comprometidos con el amor. Acaso, Eloy Sotelo murió contemplando la ventisca que barría la planicie, con los ojos bien abiertos, componiendo versos a dúo con su amigo Pablo Neruda o con Luis Cernuda. Acaso, aquella tarde de mayo se componía de paisajes y figuras efímeras, espejismos de un mal día que pronto sería olvido y sinsentido, pero los sentimientos de ese preciso momento, de esa milésima de segundo que te descubre las huellas de una derrota inexorable pudieran ser idénticas a las de un Iván Grigórievich escuchando a su primo mentirse a sí mismo. La nieta de Eloy Sotelo releyó a Grossman:



Rusia había visto muchas cosas en mil años de historia. Durante los años soviéticos el país había sido testigo de victorias militares mundiales, enormes construcciones, ciudades nuevas, presas que detenían el curso del Dniéper y el Volga y canales que unían los mares, la potencia de los tractores, de los rascacielos... La única cosa que Rusia no había visto en mil años era la libertad”.



Entonces, mientras hojeaba “Todo fluye” pensaba en “La araña negra” de Blasco Ibañez, en “las obras completas” de Valente y en el último estudio de Ángel Viñas, que descansaban alineados en la estantería por orden de lectura. En el comedor, algún canal de televisión retransmitía un partido de fútbol, de un equipo de La Meseta que iba a perder inexorablemente la liga, más allá, detrás de los jardines y de los edificios alguna pareja caminaba abrazada en la oscuridad ventosa de la noche, y más lejos aún, allende los mares y las cordilleras, la gente dormía atemorizada por la explosión de una bomba o por los derrapes de un coche de la policía secreta. Comparado con todo esto, un 42-78 nunca podría suponer más que un leve contratiempo, la constatación de que ganaron los mejores entre iguales, entre compañeros y cómplices, entre jugadores de un mismo equipo.

Ya en las escaleras del Palacio de los Deportes, nos reímos con Lloranda Gay, entre palabras entrecortadas y silencios de complicidad, porque en realidad, ¿para que sirve el baloncesto sino es para crear lazos de amistad y de complicidad?. Y aunque Lloranda es muy escéptica sobre el particular, las risas que nos echamos fue lo mejor de la tarde.

martes, 4 de mayo de 2010

Un día


Un día y la tierra es ya una cálida alfombra de esperanzas y deseos. Mañana juegan nuestros hijos cuartos de final, mientras tanto pasamos el tiempo observando las ráfagas de viento fresco que agitan las ramas de los árboles en un infinito susurro, que más parece la plenitud de la vida en constante movimiento que los secretos que nos transmite una naturaleza muerta, un bodegón de blancas texturas zurbarianas. Pensamos en las canastas de esparto de Eloy Sotelo, en su plácido paseo por los caminos del campo de Cartagena, en su llegada a la ribera del Mar Menor, a la base aérea de Los Alcázares, en sus largas miradas, que se prolongaban durante horas, a los islotes de la albufera buscando los pliegues de las colas de los peces en un espejo transparente, sereno, reflejo del alma de sus primeros pobladores. Allí, cerca de ese mar cercado por el hombre, de playas de falsa arena, de carrizales y de impresionantes lunas naranjas brotando como Venus de Boticelli de los pecios de las negras aguas del Mar Mayor, supimos en los estertores de la primavera de 2009 lo caprichoso que era a veces la trayectoria de una pelota de baloncesto.
Mañana juegan los nuestros: Eloy, Antonio, David (2), Aarón, Sergio, Alejandro, Vicente, Juan Antonio, Alberto y Álvaro, entrenados por Carmen Puigcerver. Y sólo deseamos que, con independencia del resultado, se diviertan, se sientan amigos y compañeros, proyecten nuevas veladas bajo los árboles nocturnos, vean pasar las nubes de occidente a oriente, sientan en sus rostros el viento de la vida, transmitan la alegría de pertenecer a una generación, a una tierra de moreras y aromas marinos, se sientan vivos, libres, dueños de sus propios destinos...
El sábado, después del partido de vuelta, nos iremos a comer. El aroma de los limoneros, de las higueras, de los frutales y de la mesa se entremezclarán con las conversaciones sobre baloncesto, sobre Eloy Sotelo y su muerte en tierras rusas, sobre la identidad de Lucía Sánchez y sobre el futuro escrito en las plácidas tardes del cercano estío.

lunes, 3 de mayo de 2010

Casa de muñecas



Hace algunos años leímos una obra de teatro escrita allá por 1880 por un escritor noruego, Henrik Ibsen. La obra se titulaba “Casa de Muñecas” y nos hablaba de las mujeres del Siglo XIX, al menos de las mujeres burguesas de los países escandinavos de aquella época: muñecas para los padres y muñecas para los maridos. Ciento treinta años después todavía hay gente que se extraña de que las mujeres seamos iguales que los hombres, que nuestras inquietudes sean similares a las suyas, que pensemos que existen desigualdades materiales incrustadas en el corazón de la convivencia social, como esos “micromachismos(*) de los que nos habla Luis Bonino Méndez. No nos resistimos a transcribir un fragmento del Acto III de la pieza de Ibsen:



“Nora-. ¿Qué consideras tú mis deberes sagrados?.

Helmer-. ¿Tengo para qué decírtelo?. Son tus deberes con tu marido y tus hijos.

Nora-. Tengo otros no menos sagrados.

Helmer-. No los tienes. ¿Cuáles son esos deberes?.

Nora-. Mis deberes conmigo misma.

Helmer-. Ante todo, eres esposa y madre.

Nora-. No creo ya en eso. Creo que, ante todo, soy un ser humano, igual que tú..., o, cuando menos, debo intentar serlo. Sé que la mayoría de los hombres te dará la razón, Torvaldo, y que están impresas en los libros ideas tales. Pero ya no puedo pararme a pensar en lo que dicen los hombres ni en lo que se imprime en los libros. Es menester que por mí misma opine sobre el particular, y que procure darme cuenta de todo”.



(*)- Luis Bonino: MIcromachismos:

Ejemplo de mocromachismo coercitivo:



“Uso expansivo-abusivo del espacio físico y del tiempo para sí.

Este grupo de Mm (mocrimachismos) se apoyan en la idea de que el espacio y el tiempo son posesión masculina, y que por lo tanto la mujer tiene pocos derechos a ellos. Por tanto su apoderamiento es natural y no se piensa en la negociación de espacios y ni de tareas comunes que llevan tiempo. Así, en cuanto al espacio en el ámbito hogareño, el varón invade con su ropa toda la casa, utiliza para su siesta el sillón del salón impidiendo el uso de ese espacio común, monopoliza el televisor u ocupa con las piernas todo el espacio inferior de la mesa cuando se sientan alrededor de ella, entre otras maniobras (Guillaumin, 1992). Y en cuanto al tiempo: el varón crea tiempo de descanso o diversión a costa de la sobrecarga laboral de la mujer (por ejemplo utilizar el fin de semana para “sus” aficiones, o postergar su llegada a casa luego del trabajo), evita donar tiempo para otros, o define como “impostergables” ciertas actividades que en realidad no lo son y que lo alejan del hogar. Como decía previamente, esto tiene como efecto que, en promedio los varones tengan más tiempo libre que los varones ( y a costa de ellas).



sábado, 1 de mayo de 2010

Faltan cuatro días: AD Infante Femenino, Augusto Monterroso y la espera


Esta mañana ha jugado el equipo de nuestra hija, el AD Infante, contra las intratables jugadoras del Básket Cartagena, en la categoría de minibasket femenino. Era una mañana calurosa, y aunque la brisa marina bajaba desde la Plaza Basterreche, y las gaviotas gravitaban en un cielo brumoso, amarillento en los pliegues del viento, el pabellón deportivo era un hornillo de gas. Parece que el Cartagena femenino será el equipo campeón de la categoría minibasket. Tiene potencia física, tiene técnica y tiene una magnífica cantera, a tenor de lo visto. No nos cabe duda tampoco, que este equipo de la ciudad portuaria tiene un futuro de éxitos y finales a cuatro en las categorías superiores. Nos preocupa, no obstante, el futuro del baloncesto femenino en nuestra región. Cada año hay menos equipos y menos jugadoras, y a las autoridades deportivas, las políticas y las federativas, parece importarles poco conceptos que hemos desgranado en este blog en los últimos tiempos. No seamos tampoco pesimistas: algo se mueve, acaso con una lentitud exasperante, en los estamentos deportivos, incluso ya se plantea modificar algún estatuto de club para incluir un lenguaje no tan sexista y un compromiso con la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Son los primeros pasos, necesarios sin duda.

Estamos a cuatro días del partido de ida entre el CB Murcia 95 y el CB Murcia 94. Con cierta desazón sufrimos la aparente ralentización del tiempo, también un adelgazamiento del espacio digamos intelectual. Cada vez más la poesía, la novela, el impresionismo, el cubismo como respuesta al nacimiento de la fotografía, la igualdad de género, la generación beat, el art pop, Vasili Grossman, los Turbin, Valente, Auden, Eloy Sotelo.... se alejan de nuestros pensamientos inmediatos, que son ocupados por estrategias, teorías, velocidad, altura, bloqueo, torres, triples, parqué, baloncesto cadete en definitiva.
No obstante, Augusto Monterroso ocupa el miedo al vacío nocturno con su “Movimiento Perpetuo”. Leemos:

“El fenómeno de la exportación de cerebros ha existido siempre, pero parece que en nuestros días empieza a ser considerado como un problema. Sin embargo, es un hecho bastante común, y suficientemente establecido por la experiencia universal, que todo cerebro que de veras vale la pena o se va por su cuenta, o se lo llevan, o alguien lo expulsa. En realidad lo primero es lo más usual; pero en cuanto un cerebro existe, se encuentra expuesto a beneficiarse con cualquiera de estos tres acontecimientos [….] La historia muestra en buena medida que la fuga de determinado cerebro beneficia mayormente al país que lo deja marcharse que su permanencia en éste. Joyce hizo más por la literatura irlandesa desde Suiza que desde Dublín; Marx fue más útil para los obreros alemanes desde Londres que desde su patria; es probable que si Martí no hubiera vivido en Estados Unidos y en otros países la revolución cubana no tendría en él a tan grande ideólogo; Andrés Bello transformó la gramática española desde Inglaterra; Rubén Darío hizo lo mismo con el verso español desde Francia; y no quisiera mencionar a Einstein, por lo de la bomba atómica”

Augusto Monterroso: “Movimiento Perpetuo”. Bibliotex, S.L., 2001. Pp. 35 y 37.

Podríamos añadir que algo de esto ocurrió con Ibn Arabí, un místico universal para el mundo musulmán, que se marchó de Murcia a los siete años, y viajó, entre otros lugares, por el Norte de Africa, por Jerusalén y La Meca, por Bagdad y Damasco. O a Eloy Sotelo aunque, es necesario decirlo, el actual desconocimiento de la obra poética y narrativa del intelectual guatemalteco es uno de los mayores sinsentidos de los albores del Siglo XXI. No nos cabe duda que poemas como “tu sonrisa en el paisaje” o “palpito I, II y III”, su novela “Tránsito por la vida y el mar” o sus “Memorias” alcanzarán más pronto que tarde el reconocimiento universal que se merecen. Su próxima traducción al inglés (Ramdon House ha comprado los derechos de edición para el mundo anglosajón) reparará una injusticia histórica para un escritor en lengua castellana que amó su idioma y la tierra de sus antepasados (sus abuelos maternos eran naturales de la localidad conquense de Santa María del Campo de Rus)

Cinco días



Quedan cinco días para el partido de ida entre el CB Murcia 94 y el CB Murcia 95. Cinco días permaneció Eloy Sotelo en Murcia, abarcando con su pluma todos los recovecos de la ciudad, comiendo con un tal Josip Broz en la Calle Rambla, observando la luz del sol proyectándose sobre el Imafronte de la Catedral a distintas horas del día, intentando rememorar los sentimientos de Claude Monet en Rouen o los trabajos de la naturaleza en las profundas selvas del crepúsculo maya.



”No parece, al menos las personas nacidas en Murcia no lo creen, que de una ciudad como la vuestra se pueda libar la miel de las abejas o el fruto de la vida. Pero sólo hay que extender una mano, a la altura de las luciérnagas imaginadas para sentir el pálpito de la luz y la ventura del azahar. ¡Probadlo en cualquier calle o plaza!, ¡extender la mano abierta, amiga de la naturaleza, y veréis la luz del sol curvarse hasta formar espirales de pasión!. ¡Mirad por encima de las terrazas y los tejados y sabréis que el cielo tiene vida propia, respira en todos los jardines, nutre a las plantas que alzan vuelos inconcebibles sobre sus propias raíces, se desprende en gotas de rocío sobre las hojas de los limoneros y los naranjas!”



Esto escribió Eloy Sotelo en sus Memorias, cuando ya Guatemala lo había enviado al destierro, y sólo le quedaba el recuerdo de inconexos paisajes europeos y africanos: La Mancha, Cataluña, Murcia, Perpiñán, Marsella, la travesía por el Mediterráneo, las arenas amargas de El Cairo... Sin embargo, a pesar de considerar El Cairo como su segunda patria urbana- allí vivió el año horrible de la anexión de Polonia, allí cimentó, mientras se deleitaba con las palmeras y los cocodrilos del Nilo, su reconocida anglofilia- nunca quiso amarla lo suficiente como para convertirla en centro de su prosa, mucho menos de su poesía. Sotelo sintió en sus pulmones el aire blanco que descendía de las sierras cercanas, abrió de nuevo las manos y, subiendo con respiración entrecortada las laderas de piedra dolida, contempló, como un poema de cuerpos entrelazados, el mar que teñía de azul el horizonte, más allá del cabezo solitario del campo de Cartagena (años más tarde Carmen Conde nos hablaría de ese mar interior, callado, sereno, habitado por las almas de generaciones de pescadores enredados en las algas y en las miradas saladas de los peces). Nunca las descripciones, ora desnudas ora barrocas, de El Cairo pudieron emocionar a sus lectores, y, aunque parezca extraño, cuando leemos sobre la desazón que sintió el escritor guatemalteco al cruzar las tierras que le llevaron desde Tarazona de La Mancha a Murcia y a Cartagena, olemos y palpamos la furia de las lluvias tropicales, la fuerza de la anaconda y la voluntad de supervivencia de los pueblos indígenas de América Central. Es extraño, pero Eloy Sotelo supo fundir un un amor eterno paisajes antagónicos, selva y desierto, inmenso océano y riachuelo de cañaverales y álamos, cordillera y escasa sierra, cálida albufera y lago de hielos invernales, Murcia, Leningrado, El Cairo, Barcelona, Ciudad de Guatemala...

Cinco días permaneció Eloy Sotelo en la ciudad del Segura, y por esta sola razón, Murcia merece ser amada y recordada.



“The stars are dead, the animals will not look:

We are left alone with our day, and the time is short and

History to the defeated

May saya Alas but cannot help or pardon”



Auden: Spain



“Han muerto las estrellas, los animales no harán por mirar.

Nos han dejado con nuestro día a solas, y el tiempo es breve, y

La Historia a los vencidos

Podrá decir los siento pero no puede ayudar ni perdonar”.



Auden: España



El lienzo es de Claude Monet, Catedral de Rouen.