sábado, 1 de mayo de 2010

Faltan cuatro días: AD Infante Femenino, Augusto Monterroso y la espera


Esta mañana ha jugado el equipo de nuestra hija, el AD Infante, contra las intratables jugadoras del Básket Cartagena, en la categoría de minibasket femenino. Era una mañana calurosa, y aunque la brisa marina bajaba desde la Plaza Basterreche, y las gaviotas gravitaban en un cielo brumoso, amarillento en los pliegues del viento, el pabellón deportivo era un hornillo de gas. Parece que el Cartagena femenino será el equipo campeón de la categoría minibasket. Tiene potencia física, tiene técnica y tiene una magnífica cantera, a tenor de lo visto. No nos cabe duda tampoco, que este equipo de la ciudad portuaria tiene un futuro de éxitos y finales a cuatro en las categorías superiores. Nos preocupa, no obstante, el futuro del baloncesto femenino en nuestra región. Cada año hay menos equipos y menos jugadoras, y a las autoridades deportivas, las políticas y las federativas, parece importarles poco conceptos que hemos desgranado en este blog en los últimos tiempos. No seamos tampoco pesimistas: algo se mueve, acaso con una lentitud exasperante, en los estamentos deportivos, incluso ya se plantea modificar algún estatuto de club para incluir un lenguaje no tan sexista y un compromiso con la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Son los primeros pasos, necesarios sin duda.

Estamos a cuatro días del partido de ida entre el CB Murcia 95 y el CB Murcia 94. Con cierta desazón sufrimos la aparente ralentización del tiempo, también un adelgazamiento del espacio digamos intelectual. Cada vez más la poesía, la novela, el impresionismo, el cubismo como respuesta al nacimiento de la fotografía, la igualdad de género, la generación beat, el art pop, Vasili Grossman, los Turbin, Valente, Auden, Eloy Sotelo.... se alejan de nuestros pensamientos inmediatos, que son ocupados por estrategias, teorías, velocidad, altura, bloqueo, torres, triples, parqué, baloncesto cadete en definitiva.
No obstante, Augusto Monterroso ocupa el miedo al vacío nocturno con su “Movimiento Perpetuo”. Leemos:

“El fenómeno de la exportación de cerebros ha existido siempre, pero parece que en nuestros días empieza a ser considerado como un problema. Sin embargo, es un hecho bastante común, y suficientemente establecido por la experiencia universal, que todo cerebro que de veras vale la pena o se va por su cuenta, o se lo llevan, o alguien lo expulsa. En realidad lo primero es lo más usual; pero en cuanto un cerebro existe, se encuentra expuesto a beneficiarse con cualquiera de estos tres acontecimientos [….] La historia muestra en buena medida que la fuga de determinado cerebro beneficia mayormente al país que lo deja marcharse que su permanencia en éste. Joyce hizo más por la literatura irlandesa desde Suiza que desde Dublín; Marx fue más útil para los obreros alemanes desde Londres que desde su patria; es probable que si Martí no hubiera vivido en Estados Unidos y en otros países la revolución cubana no tendría en él a tan grande ideólogo; Andrés Bello transformó la gramática española desde Inglaterra; Rubén Darío hizo lo mismo con el verso español desde Francia; y no quisiera mencionar a Einstein, por lo de la bomba atómica”

Augusto Monterroso: “Movimiento Perpetuo”. Bibliotex, S.L., 2001. Pp. 35 y 37.

Podríamos añadir que algo de esto ocurrió con Ibn Arabí, un místico universal para el mundo musulmán, que se marchó de Murcia a los siete años, y viajó, entre otros lugares, por el Norte de Africa, por Jerusalén y La Meca, por Bagdad y Damasco. O a Eloy Sotelo aunque, es necesario decirlo, el actual desconocimiento de la obra poética y narrativa del intelectual guatemalteco es uno de los mayores sinsentidos de los albores del Siglo XXI. No nos cabe duda que poemas como “tu sonrisa en el paisaje” o “palpito I, II y III”, su novela “Tránsito por la vida y el mar” o sus “Memorias” alcanzarán más pronto que tarde el reconocimiento universal que se merecen. Su próxima traducción al inglés (Ramdon House ha comprado los derechos de edición para el mundo anglosajón) reparará una injusticia histórica para un escritor en lengua castellana que amó su idioma y la tierra de sus antepasados (sus abuelos maternos eran naturales de la localidad conquense de Santa María del Campo de Rus)

1 comentario:

Anonymous dijo...

Cuatro días inacabables, inalcanzables, lejanos, cuatro días para el gran derby del baloncesto en la región.
Ni la fuga de cerebros ni la transmigración de las almas nos van a desviar la atención de ese gran momento.
Hoy me han preguntado, al parecer no era de aquí, que dónde se sacan las entradas para poder asistir a ese partido, fíjate el interés que ha despertado.
Tal vez sea para los padres más importante que para los hijos. Será aquello de: mi hijo es el mejor...
No sé.
Un beso, Lucía
Lloranda Gay