domingo, 24 de abril de 2011

Aunque el retorno sea tan incierto...

No sé hasta que punto los vientos llegan henchidos de pasión, esa enfermedad que nos traspasa el corazón con el amargo sabor de la verdad revelada. La Semana Santa fenece entre nubarrones, humedad y vacío en los días que se hinchan como esponjas secadas al sol en los vientres de las cárcavas y de los abejarucos. Enemigos en tierra propia, desterrados tras las puertas enrejadas de nuestra impropia dignidad. Miradas perdidas, extrañas, riachuelos que se desbravan en el musgo y en la roca desnuda, callada, expectante- ¡cuánta agua blanca ha visto el canto rodado ennegrecerse en el amansamiento de las pozas!-, silencio entre las lenguas vernáculas de la naturaleza, a ras del acebuche y de la telaraña que lo adormece con su tensa seda.
No creo en la Semana Santa, no creo en el sacrificio de la carne que todo lo enturbia, tampoco en la inmolación de los sentimientos en ese cruce de caminos que se ramifica en cada esquina de la blogosfera, creando malestar, orgullo sajado por la distancia, nubes que se precipitan como cascadas de sueños radiactivos en cada latido de nuestros corazones.
Somos el pueblo del baloncesto, y a veces pienso que cuarenta años de errancia (“Retira tus Barrotes, Muerte / Deja entrar los Rebaños agotados/ cuyos balidos dejan de repetirse/ cuya errancia acabó / Tuya es la noche más serena/ Tuyo el Redil seguro”(*)) no son suficientes para reconocer la amistad, tampoco el sereno hogar en el que reímos y soñamos. No sé a quién dirigir mis palabras, las ideas que las hilvanan con el hilo de la preocupación, las carreteras que separan con sus dos carriles en cada sentido, los olmos de alquitrán- y sus hojas de lejía- que impiden el paso con su versos satánicos, el día negro de los castillos daneses… no hay voces para tanto vendaval, todavía las hojas del invierno se arremolinan en los parterres de césped artificial.
A lo lejos, más allá de las suaves líneas de las sierras que observan ventosas el discurrir domesticado de los ríos, está el mar, y los brumos de algas en los acantilados, y la historia milenaria cincelada en el mármol, y el olor a salitre, y ciertos rubores que oran callan ora claman en el desierto del Sinaí, mientras las palmeras y los oasis se clavan a la arena con uñas de diamante, y un equipo, el CBC 95, que se adormece en la cresta de la ola de lavanda. Tiempos de mudanzas, tiempos de creer.
Porque si hemos de creer en el presente, el CBC 95 no estará en la final a cuatro – así lo predican los expertos-, pero si nuestras creencias no tienen raíces terrenales, y sí mágicas, y este blog bebe de la magia y no de la prosa prusiana, tenemos pendiente una comida poética a la orilla de cualquier mar, colina o pinar alejado, junto a un libro de Guillén, de Gil de Biedma, de Hierro o de la misma Odisea en eterno retorno a la tierra de nuestros ideales, a la Ítaca abandonada al huracán de los mercados y de las realidades prostituidas.
¿No es así, Jesús?.

(*)- Emily Dickinson.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Lucía, nos alegra mucho tu regreso.
Esperamos que esta nueva etapa sea tan buena como la anterior.

Besitossssss

chao

Jesús García dijo...

Estimada Lucía, la final a 4 será una batalla (espero que floral) en la que participarán los 4 equipos que más se lo merezcan. Así es siempre, y no hay peros. Cosa distinta es la confraternización, que estoy seguro que la hay. Siempre existirán rivalidades entre los equipos de Cartagena y Murcia, o de Murcia y Cartagena, sean del deporte que sean, pero creo que los jugadores y seguidores de los equipos C.B. Murcia-95 y CBC-95 han dado siempre, desde que les salieron los dientes, un ejemplo de cordialidad y entendimiento digno de elogio. A nosotros nos encanta vuestro equipo, no solo por su juego, también por su educación y respeto hacia los demás. Por otro lado los padres de ambos equipos mantenemos una relación amistosa que permanece al margen de influencias externas. Todo ello, bien batido en la gran coctelera de las relaciones humanas, hace inevitable esa reunión en torno a una buena mesa que sin duda organizaremos, tal vez aprovechando el 3X3 de San Javier, o cualquier otro evento veraniego.
Un fuerte abrazo y a todos los seguidores del CB Murcia mi más sincera enhorabuena por el merecido ascenso.

Anónimo dijo...

¡Hola Lucía!
No sabes la alegría que he sentido al ver que vuelves al mundillo bloguero.
¡AUPA!
Espero que disfrutes en esta tu segunda etapa, aunque yo diría que en el fondo nunca has dejado de estar.
Si tu disfrutas, disfrutaremos todos contigo intentando descubrir en tu verbo aquellos entresijos de nuestro mundillo.
Un besazo muy muy grande.