martes, 19 de febrero de 2013

Ahora que hablamos de muertos...

Ahora que hablamos de muertos, es decir, de personas como tú y como yo, que ayer sonreían a la vida con confianza y hacían planes de futuro, y viajaban, no sé, a Praga por enero, a Nueva York en junio... 
Ahora que miramos al viento turbio, de color ceniza, y las hojas caen en abril, y las lágrimas se secan contemplando un cuadro de Turner, y el brillo de la neblina es intenso como un rayo partiendo el alma de un árbol en el desierto... 
Ahora que vemos en derredor luciérnagas que nos ciegan en el camino, y los llamamos bancos, y suspiramos cada vez que leemos sus esquelas adheridas a la piel quemada de las empalizadas de los hogares unifamiliares (con un pequeño jardín en la parte delantera)...
 Ahora que los poetas bailan en la comisura de los labios del destino, y los cuervos que alguna vez habitaron en el bosque de la sabiduría y ahora trenzan con sus picos sinos trágicos en la frente de la luna, vuelven a la ciudad y se posan en los palacios de cristal que no dejan ver el pasado... 
Ahora que somos desechos de nubes (o lo seremos en un futuro desconocido) y habitamos en el país del búho, protegidos del aullido inclemente de la desnudez y de la apariencia vestida por gobernantes sabios que nos aman y se aman con ojos de piedra dejados al azar en el fondo del estanque... 
Ahora que las monedas se apilan en el puerto, y los aviones trazan círculos en el cielo buscando una brizna de hierba en el erial en el que morimos diariamente... 
Ahora que quisiéramos huir de la línea gruesa de un pasado que fue trazada con el tizón de los páramos, y agitar con el pensamiento los fantasmas que deambulan con sus palos de golf... 
Ahora que hablamos con la mirada mientras bostezamos al escuchar las mismas palabras que se repiten incesantemente desde hace 18 años... 
ahora que el círculo se cierra y volvemos a la misma muerte que hace cincuenta años... Ahora que hablamos de muertos, hundo mi rostro en tu cuerpo e intento recordar cuando se torció el pasado para caer en las garras de un diablo tan mediocre que solo produce sonrojo y vergüenza.

No hay comentarios: