martes, 5 de enero de 2010

Llueve sobre Barcelona


Amanece en Barcelona. La lluvia sigue barriendo esta hermosa ciudad mediterránea. Aquí vivieron, y viven, personas a las que alguna vez quisimos parecernos: los hermanos Goytisolo (José Agustín, Juan y Luís), Eduardo Mendoza, Vázquez Montalbán, Mercè Rododera, Gil de Biedma, ese monumento a la ética cívica llamado Salvador Espriu... llueve sobre los edificios noucentistas mientras retenemos las formas y corazones de las calles de Barcelona recorridas la noche anterior. Las gaviotas se esconden en la oscuridad, las nubes cruzan el cielo iluminadas por el alumbrado de la ciudad, en el puerto la madera, la piedra, el agua y el salitre se adueñan de los pasos de la gente que acude a su trabajo. Anoche caminamos por el Paseo de Gracia, por la Boquería, salimos de las profundidades de la tierra y amamos por un día, ya para siempre, la Sagrada Familia. A esa hora, nuestros hijos cenaban en el albergue juvenil allá por la calle Numancia. Hoy se enfrentan al Fuenlabrada. Bajarán en el tranvia, observarán silenciosos las calles mojadas, la lluvía cayendo con parsimonia sobre la hierba, sobre los raíles, sobre sus propios pensamientos, sobre sus vidas que acaban de comenzar...Tal vez Carmen Puigcerver les explique, mientras desayunan, que las altas torres del equipo madrileño son de papel celofán, como lo eran en aquel ya lejano junio del 2009.
Llueve sobre la Pedrera, sobre las calles, azoteas, zanjas y miradas de las y los barceloneses. Y nosotras sonreímos a las nubes y intuímos por encima de la niebla un sol majestuoso, amarillo y blanco, un sol de cultura, de historia, de belleza sin par...
Llueve sobre Cataluña, pero aún recordamos la tortilla de berenjenas y calabacín que comimos el lunes a mediodía en un restaurante de Esplugues, en el cinturón industrial de Barcelona.
Deseamos suerte a nuestros jabatos, hoy 5 de enero, a las 19,45 horas de una maravillosa y lluviosa mañana mediterránea.
Suerte Carlos, Sergio, Vicente, Álvaro, David (2), Alejandro, Alberto, Juan Antonio, Aarón, Darío, Javier. El mar está cerca, la victoria en el horizonte brumoso que se toca con la yema de los dedos.

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