martes, 15 de mayo de 2012

Un año de la victoria del CB Murcia 95 Cadete

Hoy hace un año del triunfo del Cb Murcia 95 en el Campeonato Regional Cadete. Reproducimos la entrada de la semifinal con el Caravaca. Un homenaje a Javi Martín, un caballero de los que ya no quedan:

 "Esta tarde ha llovido, frisando las ocho. Unas cuantas gotas, las suficientes como para protegernos debajo de una repisa, descartado el cerezo que crece a pocos metros de la pista deportiva Juan Antonio Corbalán, de Caravaca. No importa. Sonreímos a la lluvia, a la nube que se alargaba más allá del Santuario de la Vera Cruz porque la tarde ha resultado hermosa. Hemos cruzado paisajes contradictorios, extraños algunos; otros, de los que llamamos clásicos y que gusta a todo tipo de gentes: un pantano de aguas turquesas, riberas arboladas y, presidiendo el óleo, el castillo de Mula. Luego, concluyendo el trayecto, el perfil más cálido de Cehegín y el paseo de plátanos de las afueras de Caravaca. En el campo, en las colinas que rodean la ciudad santa, hemos visto amapolas; mientras tomábamos café, hemos visto amapolas abrasadas por el sol de las cinco de la tarde; al terminar el partido de nuestros hijos, Cb Murcia 95 contra Canow Caravaca, hemos salido a la calle y las amapolas crecían por doquier. Hemos hecho el ramo más grande y oloroso y hemos obsequiado con él a Javi Martín, el entrenador de nuestros hijos. Un ramo con 81 amapolas, todas crecidas en las canastas del pabellón. Hemos alfombrado con sus pétalos el cielo y ha dejado de llover. Hemos forrado con ellos las papeleras de metal y el ruido ensordecedor nos ha parecido música celestial, un coro de monjes cantando gregoriano en una iglesia románica. Si alguien piensa que somos de barro es que no nos conoce; si alguien piensa que nuestros hijos son de barro, es que no los conoce. Son amigos, son cómplices, aspiran el frescor de la noche con un mismo corazón, juegan al baloncesto y ganan partidos porque se divierten y, no queremos negarlo, divierten a sus padres. Como cuando el coro celestial de papeleras metálicas tronaban en el pabellón. No sabemos que ocurrirá mañana, pero hoy dormiremos tranquilos porque un ramo de 81 amapolas crecidas en la red de las canastas, regadas con el buen juego y con el acierto de los nuestros, ha sido un regalo a los sentidos. Volvemos tranquilos de una ciudad santa en la que, a lo visto, los milagros escasean.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA

1. Una generación del 95 casi perfecta, aunque sea a costa de la rapiña.
2. Dos jugadores que dejan el equipo porque pasan a senior, uno de cuales está casi al nivel de los mejores de su edad en todo el país.
3. Dos cadetes del 97 de altísima calidad, uno de ellos entre los mejores jugadores nacionales de su generación, vamos, un crack.
4. Una generación del 96, no muy sobrada de talento. Sus dos mejores jugadores abandonaron la nave el pasado año.
5. La posible incorporación de algún jugador más de las ya bastante saqueadas canteras regionales (aún queda algún buen jugador por ahí con cierto nivel).
6. La idea de este club de mantener un sólo equipo en la categoría, con lo que el overbooking está asegurado.

Habrá que estar muy pendiente de los descartes que se producirán en masa, y que servirán para reforzar las plantillas de clubes como Jesuitinas -auténtico cementerio de elefantes-, Infante, Molina,... Verano movidito a la vista.