Y en el cielo, la luna es una espectadora privilegiada del devenir absurdo. Con sus lentes de aumento nos contempla y nos retrata como hormigas insignificantes, entre inmensos océanos y profundas quebradas abiertas con un cuchillo de estrellas. Lucía Sánchez
lunes, 28 de octubre de 2013
viernes, 13 de septiembre de 2013
Comunicado de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII y de los Comités Óscar Romero del Estado español
"Hemos tenido noticia de que el próximo mes de septiembre el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu será investido Doctor Honoris Causa por la Universidad católica de Murcia –UCAM–, a través de la cátedra de Ética Política y Humanidades, que dirige el ex presidente del gobierno español, José María Aznar, quien será el padrino del dirigente israelí.
Es de conocimiento público la situación de represión y violencia que el Gobierno de Israel, presidido por Netanyahu, despliega contra el pueblo palestino, tanto musulmán como cristiano, haciendo caso omiso de las resoluciones de Naciones Unidas y de las llamadas de la comunidad internacional.
El Gobierno de Israel cerca ciudades y pueblos, dentro de Cisjordania, con grandes alambradas de espinos, aislándolos completamente unos de otros. Está erigiendo, de Norte a Sur, un muro de 700 kilómetros de largo, para aislar y humillar al pueblo palestino. Soldados israelíes patrullan calles y mercados por las ciudades de Jerusalén, Hebrón, Ramalla…, atemorizando a la población palestina, cuya economía se ve estrangulada debido a la escasez de peregrinos y turistas. En algunas ciudades palestinas, los colonos israelíes han usurpado el agua para destinarla a sus nuevos asentamientos, que crecen sin cesar pese a la prohibición de Naciones Unidas.
Pero no es esta la actitud de todos los israelíes. En el Estado de Israel hay ciudadanos y ciudadanas, organizaciones e instituciones que están en desacuerdo con su Gobierno, condenan su política represiva y violenta contra el pueblo palestino, defienden el camino del diálogo un diálogo respetuoso con dicho pueblo y reclaman su derecho a la independencia.
Ante esta realidad, la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII y los Comités Óscar Romero del Estado Español manifestamos nuestro más radical rechazo al galardón concedido por la Universidad Católica de Murcia al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por considerarlo un insulto y un desprecio al pueblo palestino, un atentado contra los Derechos Humanos y una negación de la dignidad de este pueblo que habita con pleno derecho la tierra desde varios milenios. Nos parece un escándalo que una Universidad que se proclama católica actúe en contra de los más elementales principios de la Ética humanitaria y del Derecho Internacional y legitime actuaciones que lesionan los legítimos derechos del pueblo palestino.
En la encíclica Pacen in terris Juan XXIII llamaba a cristianos y no cristianos a construir la paz fundada en la libertad, la justicia y el amor. Monseñor Romero denunciaba proféticamente la “paz” basada en la represión y el miedo, y hacía un llamamiento a respetar el derecho a una vida digna. Jesús de Nazaret clamaba, indignado: “¡Ay de vosotros cuando todo el mundo os alabe, porque eso es lo que hacían los antepasados de esta gente con los falsos profetas!” (Lc 6,26). El salmista judío defendía el encuentro entre Bondad y Lealtad y el beso entre Justicia y Paz (Sal 85,10). Contra los deseos del salmista, Netanyahu ha conseguido una alianza entre la injusticia y la violencia para destruir al pueblo palestino, legítimo habitante de esos territorios desde milenios.
Si la Universidad Católica de Murcia no quiere ser cómplice de la sistemática agresión del Gobierno de Israel contra el pueblo palestino, debe renunciar a la concesión del doctorado honoris causa al primer ministro israelí. Todavía está a tiempo".
Madrid, 7 de agosto de 2013
martes, 30 de abril de 2013
La nausea: cultivar coliflores o patatas
“El espíritu de
economía, la exactitud, el cálculo, la pulcritud pedantesca, son
todos ellos rasgos plausibles que poseen muchos alemanes. Aplicados a
la agricultura o a la industria, dan sus frutos. El hitlerismo aplicó
estos rasgos al crimen contra la humanidad y los SS del Reich
procedieron en el campo de concentración polaco exactamente como si
se tratara del cultivo de coliflores o de patatas”.
Fragmento de “el
infierno de Treblinka”.
El texto completo se
puede leer en “Años de Guerra”, de Galaxia Gutemberg; “Un
escritor en guerra: Vasili Grossman en el Ejercito Rojo, 1941-1945
(Editorial Crítica) o en el siguiente enlace:
http://www.museodelholocausto.org.ar/files/publicaciones/el_infierno_de_treblinka.pdf.
Personalmente, aconsejo
“Años de Guerra” con relatos memorables. Sirve también para
iniciarse en la extraordinaria “Vida y destino”, leyendo
previamente “Por una causa justa”.
domingo, 28 de abril de 2013
La Final Júnior: UCAM 107 AD Infante 43
“Lo que los hombres
hacen después del trabajo nos hace ricos. No los jodamos también en
el trabajo”.
Escuchado en Camino
a la perdición.
Finalizó la liga júnior
de baloncesto regional; en opinión de algunos, la liga más
disputada y emocionante de los últimos años. Hasta que apareció el
UCAM 95 y mandó parar la música (¿o ese fue Fidel?). No fue una
sorpresa su aparición. Se le esperaba desde octubre de 2012, aunque
su ausencia no fuera total. Se le podía ver por las canchas de
baloncesto de la liga autonómica. Al menos eso decían algunos que
lo han seguido por las canchas de San Javier, de Caravaca, de Molina
de Segura, de Las Torres de Cotillas... con paso firme, la mirada
perdida en un punto del cielo por el que se filtran rayos de
felicidad.
No creemos en los
milagros pero sabíamos que por abril, un mes que nos trajo
momentáneamente el calor entre caballos de nubes negras
encabritadas, el UCAM 95 retornaría por el camino de la reaparición
de La Ñora para presentar sus credenciales de campeón. Y doy fe que
lo hizo. Un equipo con los mejores jugadores de la Región
recolectados a lo largo de los años en los semilleros de los equipos
de baloncesto de base. En el UCAM 95 confluye lo más granado del
material (para muchos entrenadores los jugadores son materiales
maleables, nada más) baloncestista global aunque sigue fallando
estrepitosamente (lo que hace a un club ser algo más que un club) en
la pretensión de que sea el referente regional de este deporte. Es
difícil querer ser referencia en una región como la nuestra, tan
pequeña y tan distante. No lo es siquiera el Real Murcia,
próximamente en 2B, ni la certeza de que hemos compartido mismos
mares, aires y mentiras.
El UCAM 95 llegó a la
“final a cuatro” e hizo lo que suele hacer un equipo con
mentalidad de ganador (o de emprendedor): liquidar los partidos desde
el primer minuto. Es la diferencia entre cosechar la uva a mediodía
de un octubre de moscas libidinosas o de noche, a una temperatura y
humedad determinada, acariciando el racimo con la suavidad de una
mano que recorre un cuerpo embadurnado de nata. Las clases existen
aunque interese que no se sepa. Las clases se hacen o las hacen, las
personas o la realidad.
Y aquí, a esta “final
a cuatro” llegó el equipo de los misteriosos barrios del otro lado
del río cuando estaba todo perdido después del partido de ida
contra el CB Cartagena 95. Se podía ganar al San José de
La Vega, se podría ganar al UCAM 95... en realidad todo
es posible en esta marca España. Ya aparece en la mitología
precristiana: David contra Goliath, estatuas de arena, matanzas en
nombre de Yahvé. Pero como dice la página de la FBRM, el
entrenador del UCAM 95 “ha
conseguido engrasar a la perfección una máquina que elabora
baloncesto
de un alto nivel” en la liga autonómica. Sin
duda, una máquina perfecta
de jugar, como lo fue, en tragedias no
muy lejanas,“la bajada del índice
de esperanza de vida por parte del gobierno central para reducir el
déficit público (¿a esto se le llama gerontocidio social con corrección clasista?),
la retirada de las botellas de oxigeno en los domicilios particulares
de enfermos crónicos, la cerilla libre para incendiar los bosques o
el impago a todas las personas dependientes que tienen derecho a ser
protegidas por el Estado”(*). Vicenç Navarro nos describió perfectamente el engranaje del despojo colectivo. El
problema de la perfección, o imperfección, de los actos humanos,
que reflejan en definitivamente la voluntad
de
su
actor o de
sus
actores, es que, en demasiadas ocasiones no tienen corazón, están
vacíos, huecos, se fundan en la voluntad de
destruir al
“otro” sin motivo aparente (en algunos casos deberemos recurrir a
Freud, en otras a Smith o a Nietzsche).
En
definitiva, es otra forma de conducir la guerra, y en la guerra como
en el amor hay buenos y malos guerreros, algunos de ellos
despreciable Todos lo sabemos. En la crónica del desasosiego, que
escribimos para nosotros, pobres diablos incapaces
de penetrar en el arcano de la sabiduría
que se difunde desde los bosques de hoja que en otoño alfombra
nuestra contemplación del universo, anotaremos en la última
página que clausura la historia de este periplo baloncestista, que
hubo obediencia debida, pero finalmente todos seremos ceniza porque
el sufrimiento golpeará con más saña a
los creyentes, que son muchos y todavía no ven el precipicio a sus
pies.
Este blog finaliza su recorrido baloncestista, difícilmente volverá a hablar de canchas, lides y viajes en autobús o vehículos particulares. Pero con la certeza de que hemos mantenidos posiciones ideológicas (ético-morales) a lo largo de los años que podrán ser cuestionadas pero en las que no se hallara huella de contradicción, tenemos que terminar esta crónica afirmando, como ya lo hizo Horace Peret, que la literatura no sirve para mucho pero al menos permite sobrevivir a los desvaríos del deporte, en concreto de este deporte llamado baloncesto.
(*)- Se ha suprimido un párrafo al parecer no muy correcto políticamente (tampoco en lo referente a la "alta cultura"). La autora de este blog es responsable de que alguien entienda, después de leer la crónica del partido, que en nuestro país se está produciendo un oculto y lento gerontocidio. La autora de este blog reitera sus disculpas si en algún momento se ha podido inducir a una lectura errónea del escrito. Deseamos que la generación de jóvenes actuales sea capaz de enterrar "en el mar" toda una cultura hipócrita, que esconde todos los defectos humanos detrás de una sonrisa.
Este blog finaliza su recorrido baloncestista, difícilmente volverá a hablar de canchas, lides y viajes en autobús o vehículos particulares. Pero con la certeza de que hemos mantenidos posiciones ideológicas (ético-morales) a lo largo de los años que podrán ser cuestionadas pero en las que no se hallara huella de contradicción, tenemos que terminar esta crónica afirmando, como ya lo hizo Horace Peret, que la literatura no sirve para mucho pero al menos permite sobrevivir a los desvaríos del deporte, en concreto de este deporte llamado baloncesto.
(*)- Se ha suprimido un párrafo al parecer no muy correcto políticamente (tampoco en lo referente a la "alta cultura"). La autora de este blog es responsable de que alguien entienda, después de leer la crónica del partido, que en nuestro país se está produciendo un oculto y lento gerontocidio. La autora de este blog reitera sus disculpas si en algún momento se ha podido inducir a una lectura errónea del escrito. Deseamos que la generación de jóvenes actuales sea capaz de enterrar "en el mar" toda una cultura hipócrita, que esconde todos los defectos humanos detrás de una sonrisa.
sábado, 27 de abril de 2013
AD Infante Júnior 72 San José Junior 58
Cuando el viento nocturno
sopla de los misteriosos barrios del otro lado del río, la ciudad se
estremece. La hojarasca se arremolina en los rincones de las calles,
los perros esparcen la basura a la altura del número 9 de la avenida
Gran Vía Salzillo y no lejos, un rumor de agua negra mueve molinos
imaginarios que muelen nubes blancas y olor a café.
Por algún sitio anda don
Quijote, y los gigantes y sus brazos moviéndose como aspas de lino
en mitad de una cancha de esperanza. Pero el caballero de la triste
figura enloqueció o siempre estuvo loco, incluso antes de que velara
las noches esteladas de La Mancha con pilas de libros de caballería.
Nuestro espíritu no tiene límites porque las palabras que lo forman
son transparentes como la sonrisa del aire ante un partido entre
iguales. Y esto ocurrió en el primer encuentro de la “final a
cuatro” del campeonato junior de baloncesto. Entre quijotes que han
llegado al final del camino, a cubierto de la lluvia y del viento
húmedo del mar nuestro, sabemos que sus cuerpos son de mármol
esculpido por el viento del tiempo y sus espíritus son miles de
historias diarias que se entretejen en el ímpetu colectivo de la
amistad.
La amistad no tiene zonas
sensibles donde hurgar y dañar. La amistad es incompatible con la
desigualdad y se cultiva, con la serenidad de un jardinero que ve
como las estaciones cambian la fisonomía de los parterres y de las
flores que amanecen húmedas en los rosados besos de la aurora, en
cada mirada clara y en cada susurro de complicidad.
Se dirá que no hablo de
baloncesto sino de rosas lanzadas al graderío con la intención de
herir en carne sensible con las espinas del tallo. Pero hay que
hablar de la igualdad para hablar de equipo, y de esto ha hablado
José Alberto Egea en el año que ha estado entrenando al AD Infante.
Las oportunidades o son colectivas o no lo son, al menos en deportes
de equipo. Y esto ocurre en los barrios misteriosos que despiertan en
las madrugadas con sus bocas henchidas de poemas heroicos La
oportunidad de ganar al San José de la Vega, la oportunidad de
acercarse a las laderas de la Cordillera del Himalaya y penetrar en
sus entrañas y roerlas como un ratón insignificante que tiene
nombre y apellido y sobretodo dignidad. Roer las entrañas de la
desigualdad, leer hasta el amanecer el capítulo dedicado a la
obesidad de “Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad
colectiva” de Wilkinson y Pickett y creer en la comunidad como
cristal transparente que hace hombres y mujeres completos (y
complejos).
Admirable partido jugado
por el San José de la Vega. Vienen de la “zona cero” del país
del búho, de donde proviene el olor a resina. Un equipo también de
iguales, de otros barrios que se descubren con la mirada de un pasado
que ya nunca volverá. Han sido derrotados pero solo merecen
reconocimiento, un abrazo profundo, el momentáneo silencio del abrazo espiritual.
Y los jugadores, nuestros
jugadores. Ganen o pierdan serán nuestros, como los jugadores del
RDY Yecla, que ha sido derrotado en la otra semifinal por el UCAM
Murcia por 114-26. Equipos de iguales, jóvenes que se divierten y
que conocen sus límites. Ellos, nosotros....Después de muchos años
sabemos quiénes somos: el vuelo limpio de los petreles sobre la
espuma de los huracanes. Eso son nuestros hijos, eso debemos ser
nosotros cuando desde las gradas los animamos y los recordamos
dándonos codazos en el primigenio útero.
No, la amistad no debe
tener mácula. Pierdas o ganes, sueñes o seas realista. Mañana el
huracán devastará la cabaña de ramas, hojas rojizas y flores donde
nos cobijamos para ser amigos e iguales (el baloncesto). Pero
volveremos a reconstruirla con materiales pobres y volveremos a vivir edificando palabras que encierran sentimientos colectivos. Del
huracán, os lo aseguro, solo quedará vacío y olvido. De vosotros,
hijos y amigos, el orgullo de haber jugado una final y haber
resistido el viento imposible de la desigualdad.
Juan Gil de la
Encarnación, Alberto Pujante Antonatou, Alberto Nicolás Pérez,
Álvaro Gómez Buendía, David Lucas Martínez, Manuel Lorca
Riquelme, José Campillo Martínez, José Ibañez Carmona, Miguel
Ángel Sanz Almarcha, Álvaro Bernal de Ayala, Álvaro Urrutia
Rodriguez, Vicente García Rabadán y David Saura Perona.
Así se llaman nuestros
héroes. Sus espíritus son grandes y son libres.
jueves, 25 de abril de 2013
AD Infante y nosotros

Pero desde el domingo
pasado, en el que ganó a un equipo por el que siento gran simpatía
y lo apeó de la “final a cuatro” (paso de la denominación
inglesa) supuestamente con el apoyo arbitral (algunas fuentes hablan
de “conspiración global” y no de “lobos solitarios”), el AD
Infante es el equipo más vilipendiado del baloncesto regional y sus
jugadores son culpables ya no de su juego sino de monstruosos favores
de la FBRM. La gravedad de la imputación adquiere su verdadera dimensión cuando se descubre que el único equipo al que se le reconocen, sean falsos o no, beneficios (seguramente más placebos que otra cosa) de la Federación es el CB Murcia.
Vivimos en una sociedad
cada vez más extraña, en la que el problema ya no es que haya
clases sociales sino que se sepa que las hay. Como escribió Bernard Shaw en Regreso a Matusalém, "... unos predican una lucha de clases, otros la practican vigorosamente". Esto ocurre en el
microcosmos de este deporte regional. Todo el mundo niega que deba
haber clases en el baloncesto pero las hay. Y esto se manifiesta
sobremanera cuando los equipos que deben ganar no lo hacen. No es el caso del CB
Cartagena. Al menos eso es lo que pensaba hasta ahora, y lo sigo
pensando de los creadores de opinión del otro lado del Puerto de la
Cadena (en el lado de la brisa marina y las briznas de sueños en las
crestas de las olas).
Pero entre tanto
anonimato observo desprecio (y deseos de desestabilizar al equipo de
cara a la final a cuatro) y eso, amigos, no es lo convenido ni lo
prudente si queremos mantener la ficción de la inexistencia de
clases (baloncestistas). Desprecio por el AD Infante, y por tanto por
sus padres y madres (cosa perdonable) y por sus jugadores (cosa
imperdonable desde cualquier punto de vista).
Entre tanto marasmo,
observo también el desprecio de seguidores de equipos humildes y
aquí ya no puedo dejar de pensar que o somos estúpidos o la
sociedad lo es globalmente (tiendo a pensar esto último). Sobre la estupidez debo decir, contradiciendo a aquellas personas que mantienen que el baloncesto es un deporte practicado por gente inteligente, que está repartida homogéneamente en todos los deportes practicados y por practicar (no solo en el fútbol).
Aprovechando que mi hijo
cumplió ayer los 18 años y es ya mayor de edad le
pregunté por el arbitraje. El me dijo que fue normal. Su respuesta
es la que es y seguramente es la que tiene más moléculas de verdad.
domingo, 21 de abril de 2013
AD Infante Júnior 78 CB Cartagena Júnior 46
Iba a comenzar la última entrada sobre baloncesto con estas frases: “el río se paró definitivamente. Los paseantes que cruzan sus puentes lo saben. Entre la pasarela Manterola y el Puente Viejo, se ha formado un islote casi plano de arenisca. Los patos la cruzan en diagonal dejando las huellas de sus patas en la tierra empapada de agua”.
Volvemos a se una tierra detenida, paralizada bajo un cielo azul que amenaza inclemencias tórridas en los meses venideros. Este no es país de otoños rojizos, de alfombras de hojarasca en las que recostarse para enamorarse del frío firmamento, de las estrellas heladas en su viaje sideral. Tampoco es lugar para amar contemplado las auroras boreales, los icebergs o el perceptible siseo de los alces.
Pero el baloncesto, como la filosofía del hartazgo urbano, te hace cambiar los titulares, los pensamientos y los sentimientos (entre estos últimos hay un beso que puede ser pudoroso o vitálmente pornográfico dependiendo con el equipo con el que juegues).
Debo reconocer mi querencia por el CBC 95, tal vez por la vieja amistad con algunos de los padres de sus jugadores. Hemos hablado del mármol milenario, de las tardes ancestrales del Mare Nostrum, de los cadáveres que deben soñar una imposible liberación sepultados entre toneladas de fango e historia.
Odio la competición deportiva porque hace comportarse a las personas como seres alienados, que piensan en victoria y derrota en términos absolutos (algo de eso pensaron los regímenes totalitarios cuando
llevaron al matadero a millones de seres humanos). Nada que vez con la tradición de las escuelas filosóficas griegas y romanas, nada que ver con la necesaria mesura que debe presidir las relaciones de sociedades pacíficas.
Pero el baloncesto es eso: un deporte entre iguales que compiten. Luego están los desiguales, los que buscan su razón de ser más allá de una competición entre amigos y cómplices de alegrías y pesares compartidos.
Venus, la estrella solitaria de la mañana.
Las cárceles en las que nos recluimos voluntariamente.
El AD Infante ha derrotado al CBC 95 por treinta y dos puntos de diferencia. Se ha desbordado la pasión de unos mientras los otros han guardado silencio. Poco se podía decir, acaso el argumento clásico del mal arbitraje. En la última semana leí en algún blog puntero la extrema dificultad de que el AD Infante superara la clasificación. Hasta que al iniciar un libro sobre la I Guerra Mundial me encontré con una frase de Henri Bergson: “la guerra era imposible pero probable”, Desde ese momento volví a creer, y las creencias mueven mundos, no sólo pueblos, países y continentes, en la victoria del equipo de los misteriosos barrios del otro lado del río, porque nos lo merecemos, porque junto al pabellón de baloncesto hay un limonar, porque a pocos metros un chopo se levanta valiente sobre el terraplén de una acequia.
La victoria era imposible pero probable.
Sigo pensando que las competiciones tienen su lado perverso, en muchas ocasiones obnubila la razón; son las hermanas bastardas de la amistad. Posiblemente estas afirmaciones, para los que defienden la necesidad de la bota en la nuca ajena, sean heréticas y retrotraerían al planeta a la edad de piedra. Hay padres que buscan equipos (o colegios u universidades privadas) determinados para que sus concepciones de la vida y de su evolución dejen impronta en sus vástagos. Algo así como las sociedades secretas de determinadas universidades norteamericanas y europeas.
El orgullo de ser colegial.
Otros equipos, en una región pequeña e insignificante como la nuestra (a pesar de los golpes en el pecho de sus sempiternos e ineptos gobernantes) un equipo, explotan sentimientos humanos muchas veces contradictorios para vender la excelencia competitiva. Y si se unen a una institución universitaria de filiación católica (volvamos a las escuelas filosóficas griegas y la duda como argumento) el dogma torna en realidad y la victoria en una posibilidad real. No sabemos si el AD Infante jugará la final con el UCAM 95 o lo hará con el San José, pero los ríos que confluirán en esa final se volverán a distanciar, discurriendo uno entre las cloacas del profesionalismo y el otro entre las cascadas de blanca sonrisa, esa de la que disfrutamos cuando vemos a nuestros hijos rodear a David Lucas, lesionado y con muletas, y dedicarle la victoria.
Saludar a los amigos de Cartagena, del “otro lado del Puerto de la Cadena”, a los que me ha unido durante años un acercamiento poético al baloncesto, a la amistad, a los paisajes que hemos recorrido y amado.
Lo sencillo es hermoso.
El baloncesto, no siempre. Ojalá los bosques otoñales de Nueva Inglaterra nos enseñen los ritmos de la vida, su plenitud y su decadencia.
Ojalá.
jueves, 18 de abril de 2013
La libertad y tú...
Ítaca no existe, caro
amigo: No la busques o se te helará el corazón.
Ítaca no existe. No
navegues entre Escila y Caribdis, no ansíes llegar a buen puerto
porque sus aguas calmas esconden más sufrimiento y amargor.
Ítaca no existe, es
bruma en el horizonte, lo sabes. Pero todo lo demás, los cíclopes,
Penélope y el gato que araña su pecho, los ancianos que se mecen
los cabellos canos contemplando los rizos del mar griego, los dioses,
vanos y lujuriosos, los escritores que se detienen en el camino,
aspiran el aire de los olivos y se duermen bajo el sol de la
esterilidad, lo hemos visto en esta liga y la veremos en la próxima.
Estoy cansada, desde este
lado del río, de misteriosos y callados barrios, siento el cansancio
de la mediocridad ahora que el río se ha parado definitivamente.
miércoles, 17 de abril de 2013
La victoria es imposible pero probable...
Me he asomado al lecho
y la brisa húmeda de la noche riza
aguas arriba su superficie.
Algo terrible va a ocurrir en esta
tierra esquilmada por zombis.
El
filósofo Henri Bergson escribió acerca de la primera conflagración
mundial que “la guerra era imposible pero probable”.
Dejo
atrás mi pesimismo, no sé si congénito o experimental, y afirma
que la victoria del AD es imposible pero probable. Que me perdone
Bergson pero en estos valles de cazadores que se visten de presas, la
épica debe ser la norma.
El
río se ha parado. El arrastre de las aguas ha decantado el calcio de
los cadáveres familiares.
El
viento frío de la madrugada vuelve a soplar en los misteriosos
barrios del otro lado del río.
domingo, 14 de abril de 2013
CB Cartagena 74 AD Infante 58
Hoy 14 de abril, día del
primer partido de los cuartos de final del campeonato junior de
baloncesto regional (es más corto escribir día de la República
pero menos importante) se han enfrentado en Cartagena el CBC Junior y
el AD Infante Junior (con tilde o sin tilde sigue siendo un
anglicismo). Ha ganado el equipo de la ciudad tres veces milenaria
por 16 puntos de diferencia (74-58). Rompiendo un poco la tradición (nos referimos a la ajena, claro) no voy a responsabilizar a los árbitros de la derrota, tampoco a la
presión ambiental, a la brisa con sabor a mar que soplaba en Cabezo
Beaza, a la primavera o a cualquier razón que se me pueda ocurrir
para justificarla. Hemos perdido, es decir, el otro equipo ha ganado.
Tengo la impresión que el AD Infante termina la liga el próximo día
21 de abril. Y lo digo para ver si es cierto que me suelo equivocar
más allá de la probabilística, que soy algo gafe, que don Quijote
enloqueció con tanta lectura y que la poesía del baloncesto nunca
premia la épica sino la estatura. Gigantes en lugar de molinos de
viento, salvado en lugar de harina, harina en lugar de sal, el fin de
un ciclo, espiral o pesadilla que se repite continuamente o se aleja
lentamente.
No termina con esta
entrada Las Horas Sitiadas, ni se clausura, ni se calla, ni vuela con
las gaviotas oteando la Isla de Ítaca. Destrozando un viejo chiste
soviético el horizonte del jugador profesional de baloncesto se ve
ya en el horizonte. ¿Pero qué es el horizonte?: una linea
imaginaria que separa el cielo y la tierra, que cuanto más nos
acercamos a ella más se aleja. Un espejismo que en algún momento
hemos visto en alguna llanura bajo el sol canicular o en la blanca
sonrisa del mar.
Posiblemente el CBC 95
juegue la final con el UCAM 95, o quizá me equivoque. Es posible que
el Infante, el equipo de los misteriosos barrios del otro lado del
río, remonte el partido de ida y juegue la semifinal con el Maristas
o con el San José. En todo caso, la final será como el viejo chiste
de la Era Jruschov. El horizonte es una linea imaginaria que se aleja
cuando se toca con los dedos de la mano, nada más.
Acabó un ciclo y dejamos
en el recuerdo, aunque no quiero perder el contacto con ellas y
ellos, amigos con los que hemos reído, conversado, soñado, leído o
deleitado con poesía, prosa y sentido común a raudales. Gente de
Cartagena, Yecla, Archena, Caravaca, Murcia...
Este blog, Las Horas
Sitiadas, sigue abierto (cosa de la nube y de su libertad radical)
pero su horizonte ya no está recortado por una canasta, una pelota y
un chaval que salta hasta tocar con los sueños el cielo de un
pabellón cubierto.
viernes, 12 de abril de 2013
Valcárcel no abandona...(un homenaje prematuro)
Ramón
Luis valcárcel nos deja, tal vez huérfanos. Ha vuelto a
anunciar que no se presenta a las elecciones de 2015, cuando se
cumplan sus 20 años de gobierno. Nos adelantamos a la despedida
reeditando una entrada que fue topic treading en mi
casa hace más de un año:
"Durante
unas milésimas de segundo, mientras contemplaba EL Pensador de Rodin
frente a la antigua comisaria de la Plaza de Santo Domingo, he
recordado a Valcárcel, estadista ciclópeo, reflexionando, el mentón
sostenido por el puño cerrado, sobre el futuro de su gente, vasallos
que ven reflejados sus rostros lechosos en las turbias aguas del río.
Acaso haya sido el ensueño de la media tarde, las cálidas calles,
los granizados, el ron con pasas o las niñas vestidas de muñecas de
misa y domingo, pero la fuerza expresiva de El Pensador, como un
Hércules barriendo las calles de Lorca junto a Almena y Anfitrión
con el viento tórrido del Mediterráneo, no podía sino recordarme
la decidida resolución de un presidente que se desvive por nosotros,
desdichadas víctimas de la pérfida actitud de políticos
izquierdistas que se recortan las barbas y nuestros bolsillos.
Si
hay alguien en el que Valcárcel pueda ver reflejado su reinado de
18 años, siempre nos acordaremos de El Pensador. En la larga
travesía por los años, a caballo entre dos siglos, el adalid de
nuestra riqueza, también de nuestro orgullo y de nuestra
providencial otredad, ha guiado las naves por procelosos mares y
tortugas moras ensimismadas en su egoísmo territorial, con el único
pensamiento de expandir entre su feligresía laica tanto la riqueza
material como espiritual. Gentes que somos agradecidas,
mientras contemplamos la vasta obra de nuestro presidente, no
olvidamos ponerle una vela a los pies de la Virgen de la Fuensanta en
los últimos días del verano, cuando lo imaginamos capitán de un
bergantín cruzando el Mar Rojo y negociando con los jeque de Catar,
Kuwait o Los Emiratos Árabes Unidos la erección de faros
universales que guíen al turismo y a los turistas de posibles como
corderillos sin pastor a los torrentes y barranqueras de esta tierra
agraciada por dios y por los apóstoles- más por los últimos que
por el primero-.
Siempre con el rostro pensativo, con la mirada siempre unos centenares de metros por delante de la de sus gobernados, Valcárcel es ese misterio místico de la naturaleza urbana, ese elegido por la Historia para resarcir los agravios que esta tierra ha padecido durante milenios. Como respuesta muy elaborada a los oasis de la tradición musulmana, nuestro hombre ideó una ruta de campos de golf, de palmeras sin picudos rojos, de fiestas hasta la amanecida bajo la luz de oro y los diamantes, de poetas de pluma y columna corintia, de periodistas con liras y papiros de maría....Luego, surcaron los aviones nuestro cielo rutilante y De la Cierva- el inventor, no el cacique- lloró por primera vez en las planicies de Corvera mientras los halcones malteses viajaban en los dobles fondos de maletas y bolsas de mano.
Fueron años de ambrosía, literatura rosa, champán, yates en calas coquetonas, dinero, dinero, dinero...
Fueron años de levedad".
Siempre con el rostro pensativo, con la mirada siempre unos centenares de metros por delante de la de sus gobernados, Valcárcel es ese misterio místico de la naturaleza urbana, ese elegido por la Historia para resarcir los agravios que esta tierra ha padecido durante milenios. Como respuesta muy elaborada a los oasis de la tradición musulmana, nuestro hombre ideó una ruta de campos de golf, de palmeras sin picudos rojos, de fiestas hasta la amanecida bajo la luz de oro y los diamantes, de poetas de pluma y columna corintia, de periodistas con liras y papiros de maría....Luego, surcaron los aviones nuestro cielo rutilante y De la Cierva- el inventor, no el cacique- lloró por primera vez en las planicies de Corvera mientras los halcones malteses viajaban en los dobles fondos de maletas y bolsas de mano.
Fueron años de ambrosía, literatura rosa, champán, yates en calas coquetonas, dinero, dinero, dinero...
Fueron años de levedad".
sábado, 6 de abril de 2013
La imputación
Para ser Infanta (o infante, princesa o príncipe, rey o reina) no hay que hacer gran cosa, tampoco serlo. Basta un medio acuoso idóneo, un espermatozoide, un óvulo y un camino libre de obstáculos, aunque en numerosas ocasiones el espermatozoide, o el óvulo, no corresponden a la persona que permite utilizar el sello de la marca monarquía. En estos últimos casos se utiliza el adjetivo bastardo o bastarda para definir el fruto final de la persecución. Lo que si es cierto, es que en términos estadísticos ser infanta (o infante, princesa o príncipe) es excepcional. No es normal que en un mismo país haya varios reyes o reinas. Cosas de la democracia. Resulta interesante saber, por otra parte, que para ser infanta (o infante, princesa o príncipe) no hay que ser una hija o hijo de puta (en el sentido figurado de la expresión). No es necesario. No conozco ningún presidente o presidenta de una República que no lo sean o no lo hayan sido. Ni siquiera Abraham Lincoln dejó de serlo en diversos momentos de su gobierno -Zinn dixit-. Cosas del carácter electivo de la presidencia de las repúblicas. Cuando hablamos de hijo o hija de puta no prejuzgamos ni moral ni éticamente. Serlo es consustancial a una determinada manera de organizar la economía, la sociedad, la cultura o, siendo minimalista, una partida de mus e incluso de ajedrez. Las reglas del juego son de una manera y si no eres un o una hija de puta eres un o una perdedora.
Decimos que ser Infanta (o infante, princesa o príncipe, rey o reina) es portentoso estadísticamente. Ya hemos dicho que no es necesario ser un o una hija de puta, ni siquiera persona de sentimientos egoístas. Lo que no quiere decir, no me confundan, que no lo sea. En las monarquías del Estado Moderno, los reyes no solo lo eran, también eran crueles, despiadados, sedientos de sangre y oro. Pero por algún motivo relacionado con los movimientos populares de los siglos XVIII, XIX y XX, los espermatozoides u óvulos reales se serenaron, dejaron de perseguir compulsivamente espermatozoides u óvulos ajenos y si se les persiguió fue con unas mínimas reglas de decoro y confidencialidad, e incluso de consentimiento mutuo. El derecho de pernada se relaciona más con las épocas bárbaras. En este sentido, se puede decir que se republicanizaron e incluso permitieron que el mercado (nunca se llegó ni llegará a la competencia perfecta) interviniera en la regulación del deseo. A este hay que añadir la revolución de los medios de transporte, que permitió que los reyes y reinas, infantes e infantes, príncipes y princesas de los estados monárquicos realmente existentes se movieran con gran rapidez, llevando a cuesta los espermatozoides y óvulos correspondientes, por todos los rincones del Orbe. Lo que resultaba inconcebible en el Siglo XVI, que un rey del imperio donde nunca se ponía el sol persiguiera desnudo a una princesa inca por las mesetas de La Puna (por la distancia y sus obligaciones europeas), se hace realidad en los siglos XX y XXI y ya es posible que los espermatozoides o los óvulos reales puedan esconderse detrás de un elefante como forma de mantener las mínimas reglas del juego impuestas por el control democrático.
En las monarquías democráticas, cosa que no ocurre en las repúblicas (aunque en este últimos caso habría que profundizar en la esencia de las repúblicas bananeras y sus concomitancias con las monarquías, democráticas o no) lo que sí hay es demasiado tiempo de ocio. En estos casos solemos mirarnos el cuerpo o con más probabilidad, el cuerpo de los demás. Esto no es es malo. El amor, el deseo, el sexo (¿para que engañarnos?) es la primera bella arte de la Humanidad. Mientras que los presidentes de las repúblicas, sean estas presidencialistas o no, ocupan dos años intentando saber lo que están gobernando y otros dos preparando la reelección y aguantando a los hijos de puta que quieren aguársela, los monarcas desconocen esas preocupaciones y solo sienten en su rostro la brisa húmeda y salada de bahías de tonalidades turquesas. Se dirá en contra que los presidentes de las repúblicas no llevan una vida monacal, que entre hijoputada e hijoputada cabe el sexo, y se nos pondrá como ejemplo a Kennedy o a Clinton y Mónica Lewinsky. Y es cierto, pero ese tipo de persecuciones en las residencias oficiales de los presidentes que son, no lo olvidemos, propiedad del Estado, se compaginan con otros deberes, por ejemplo tener apoyado constantemente el dedo en el botón nuclear o cenar habitualmente con personas que aparecen anualmente en la revista Forbes. Tales deberes les ha sido arrebatados a los reyes de las monarquías parlamentarias, y entre tanto tiempo libre no extraña que los gorrones se les acerquen en enjambres compactos.
Resulta de poco valor intelectual no defender las monarquías frente a las repúblicas porque en las primeras el mérito tienen forma de espermatozoide, de óvulo y de ocio, y en las segundas hay que ganarlo en la lucha diaria frente a aspirantes más o menos dotados, hijos de putas con mayorías en los parlamentos, o populachos demasiado imbuidos en los principios ilustrados y en los valores radicales de la libertad y de la igualdad. No creer en las monarquías por defender el principio de que todos somos iguales ante la ley (y ante los ojos de dios si somos creyentes) y porque el exceso de ocio lleva inexorablemente a las malas acciones, sea por acción o por omisión, no conlleva que desdeñemos los amores de las familias reales, las aguas de Viladrau o el sufrimiento de ser rey o reina, príncipe o princesa, infante o infanta sin mérito alguno. Pero aquí radica la tragedia de las monarquías realmente existentes: no se basan en el mérito y cuando intentan conseguirlo usando los métodos comunes de ciertos sistemas económicos y sociales, son despreciadas, vilipendiadas y en escasas ocasiones sentadas en el banquillo de la historia, acusadas de no dedicarse al ocio y sí a lucro personal.
Nota de la inductora: aunque he buscado insistentemente sinónimos de esta hermosa lengua castellana para no utilizar “hijo de puta o hijoputada” me ha sido del todo imposible hallarla. En otros idiomas existen sinónimos apropiados. Por ejemplo, en alemán merkel, en inglés camerón o en francés lagarde. Todos estos sinónimos sustituyen perfectamente el término “hijo de puta”, No obstante, las personas que han leído este escrito antes de su publicación, me han asegurado que sinónimos apropiados en castellano existen; no solo uno, sino nueve o diez. Creo que hablan demasiado a la ligera de un país grande y hermoso como el nuestro.
Decimos que ser Infanta (o infante, princesa o príncipe, rey o reina) es portentoso estadísticamente. Ya hemos dicho que no es necesario ser un o una hija de puta, ni siquiera persona de sentimientos egoístas. Lo que no quiere decir, no me confundan, que no lo sea. En las monarquías del Estado Moderno, los reyes no solo lo eran, también eran crueles, despiadados, sedientos de sangre y oro. Pero por algún motivo relacionado con los movimientos populares de los siglos XVIII, XIX y XX, los espermatozoides u óvulos reales se serenaron, dejaron de perseguir compulsivamente espermatozoides u óvulos ajenos y si se les persiguió fue con unas mínimas reglas de decoro y confidencialidad, e incluso de consentimiento mutuo. El derecho de pernada se relaciona más con las épocas bárbaras. En este sentido, se puede decir que se republicanizaron e incluso permitieron que el mercado (nunca se llegó ni llegará a la competencia perfecta) interviniera en la regulación del deseo. A este hay que añadir la revolución de los medios de transporte, que permitió que los reyes y reinas, infantes e infantes, príncipes y princesas de los estados monárquicos realmente existentes se movieran con gran rapidez, llevando a cuesta los espermatozoides y óvulos correspondientes, por todos los rincones del Orbe. Lo que resultaba inconcebible en el Siglo XVI, que un rey del imperio donde nunca se ponía el sol persiguiera desnudo a una princesa inca por las mesetas de La Puna (por la distancia y sus obligaciones europeas), se hace realidad en los siglos XX y XXI y ya es posible que los espermatozoides o los óvulos reales puedan esconderse detrás de un elefante como forma de mantener las mínimas reglas del juego impuestas por el control democrático.
En las monarquías democráticas, cosa que no ocurre en las repúblicas (aunque en este últimos caso habría que profundizar en la esencia de las repúblicas bananeras y sus concomitancias con las monarquías, democráticas o no) lo que sí hay es demasiado tiempo de ocio. En estos casos solemos mirarnos el cuerpo o con más probabilidad, el cuerpo de los demás. Esto no es es malo. El amor, el deseo, el sexo (¿para que engañarnos?) es la primera bella arte de la Humanidad. Mientras que los presidentes de las repúblicas, sean estas presidencialistas o no, ocupan dos años intentando saber lo que están gobernando y otros dos preparando la reelección y aguantando a los hijos de puta que quieren aguársela, los monarcas desconocen esas preocupaciones y solo sienten en su rostro la brisa húmeda y salada de bahías de tonalidades turquesas. Se dirá en contra que los presidentes de las repúblicas no llevan una vida monacal, que entre hijoputada e hijoputada cabe el sexo, y se nos pondrá como ejemplo a Kennedy o a Clinton y Mónica Lewinsky. Y es cierto, pero ese tipo de persecuciones en las residencias oficiales de los presidentes que son, no lo olvidemos, propiedad del Estado, se compaginan con otros deberes, por ejemplo tener apoyado constantemente el dedo en el botón nuclear o cenar habitualmente con personas que aparecen anualmente en la revista Forbes. Tales deberes les ha sido arrebatados a los reyes de las monarquías parlamentarias, y entre tanto tiempo libre no extraña que los gorrones se les acerquen en enjambres compactos.
Resulta de poco valor intelectual no defender las monarquías frente a las repúblicas porque en las primeras el mérito tienen forma de espermatozoide, de óvulo y de ocio, y en las segundas hay que ganarlo en la lucha diaria frente a aspirantes más o menos dotados, hijos de putas con mayorías en los parlamentos, o populachos demasiado imbuidos en los principios ilustrados y en los valores radicales de la libertad y de la igualdad. No creer en las monarquías por defender el principio de que todos somos iguales ante la ley (y ante los ojos de dios si somos creyentes) y porque el exceso de ocio lleva inexorablemente a las malas acciones, sea por acción o por omisión, no conlleva que desdeñemos los amores de las familias reales, las aguas de Viladrau o el sufrimiento de ser rey o reina, príncipe o princesa, infante o infanta sin mérito alguno. Pero aquí radica la tragedia de las monarquías realmente existentes: no se basan en el mérito y cuando intentan conseguirlo usando los métodos comunes de ciertos sistemas económicos y sociales, son despreciadas, vilipendiadas y en escasas ocasiones sentadas en el banquillo de la historia, acusadas de no dedicarse al ocio y sí a lucro personal.
Nota de la inductora: aunque he buscado insistentemente sinónimos de esta hermosa lengua castellana para no utilizar “hijo de puta o hijoputada” me ha sido del todo imposible hallarla. En otros idiomas existen sinónimos apropiados. Por ejemplo, en alemán merkel, en inglés camerón o en francés lagarde. Todos estos sinónimos sustituyen perfectamente el término “hijo de puta”, No obstante, las personas que han leído este escrito antes de su publicación, me han asegurado que sinónimos apropiados en castellano existen; no solo uno, sino nueve o diez. Creo que hablan demasiado a la ligera de un país grande y hermoso como el nuestro.
viernes, 5 de abril de 2013
Un cuerpo frío bajo la nieve...
Llovió por la tarde.
Huele a humedad y a fiesta. Desde el Puente Viejo contemplamos el
río. El agua cubre las dos motas interiores de su cauce. La de la
margen izquierda resistirá la zapa de la erosión. Está protegida
por un talud de piedra. Sin embargo, la mota de la margen derecha, en
la que se sientan los pescadores buscando la sombra breve de las
palmeras, se deshace como un terrón de azúcar. Las raíces de las
palmeras danzan como algas de un fondo marino arenoso.
La sardina se alza frente
al Hotel Victoria. Esta mañana he leído que llegó ayer en
bicicleta. ¡Valiente sardina!, ¡hay que ser muy osada para circular
en bicicleta en una ciudad tan amable como Murcia!. Sin embargo, se
levanta indolente sobre un pedestal. Ha llegado indemne y ahora
sonríe a la olorosa noche murciana. En lo más alto, publicidad de
un Banco. Ellos pagan la sardina, nosotros los cristales rotos. Rodeo
el pescado buscando las heridas del anzuelo sobre el cartón piedra.
La huelo: más parece un arenque seco traído de la garganta profunda
del Gulag. ¡Si Solzhenitsyn
leyera estas notas!.
La
sociedad murciana es el palacio de cristal de Murano de la
inconsciencia colectiva hecha añicos. Los vidrios del desastre se
esparcen por valles y llanuras de nuestra tierra. Brillan en sueños
de oropeles tropicales bajo un sol meridional, cálido, calladamente
incestuoso. En derredor de la sardina, la gente se fotografía,
sonríe, se mira, se desnuda con la piel de la sensualidad del azahar
de la piel humana. Las calles de la ciudad bullen de vida. Bajamos
hacia la Gran Vía. A la altura del número 9 de la avenida,
caminamos durante un tramo por el asfalto. A lo lejos, una furgoneta
de la policía local abre el paso al desfile del testamento de la
sardina. Se escucha ya el pitorreo de la fiesta, el olor a alcohol,
el inestable movimiento sobre un charco de ginebra
de los caballeros de las carrozas jugueteras. En la acera, creo ver
al Gran Gatsby con una copa de champán en la mano. Observa la noche
con desdén y sonríe cuando los sardineros reparten plástico tóxico
a la chiquillería que se les acerca.
Nos
alejamos de la fiesta. En el cajero automático de un banco del BBVA,
dos vagabundos se preparan el lecho nocturno. La luz blanca del
cubículo es perfecta para leer. Uno de los vagabundos sostiene un
libro de tapas blandas naranjas. Creo leer Agatha Christie en la
portada, pero tal vez me equivoque. Por alguna razón suelo asociar
el nombre de la autora inglesa a la trashumancia, a la inestabilidad
emocional, a la pesadilla nunca despertada. Vivimos una época
difícil, el esqueleto que sostiene la carne de nuestra economía
tiene osteoporosis, los gobernantes de esta tierra dejan un rastro de
calcio allí dónde se sientan, están enfermos de incomprensión y
viajan a Madrid a llorar la ingratitud de esa gente del sur por la
que tanto han luchado.
Volvemos
a casa. Dejamos a un lado al
Gran Pez y a
doña Sardina. Ya hemos soportado bastante a Fernando Romay en
las retransmisiones televisivas del UCAM Murcia. Cruzamos de nuevo el
río. El agua fluye sin apenas resistencia, pero no se ven flotar los
cadáveres de tantos años perdidos. Deben estar enterrados en los
lechos secos de las ramblas, en los hoyos de los campos de golf, en
las calles que delimitan solares de urbanizaciones abandonadas, en
las autopistas de peaje que vamos a pagar todos los ciudadanos...Nada
de cuerpos hinchados por el agua o de arcas llenas del oro robado a
la sociedad. Junto a un cadáver nunca encontraremos su penitencia,
tampoco su arrepentimiento.
A
la altura del número 9 de la gran Vía miramos al cielo. No se ven
las estrellas. El olor a alcohol y a desvergüenza ocupa el vacío
dejado por la honradez (si es que alguna vez la hubo).
¡Si
al menos nevara en Murcia, con el deshielo aparecería el cadáver
que huele a coles de Bruselas!.
jueves, 4 de abril de 2013
El río que nos protege
Murcia es una ciudad
hermosa en primavera, aunque se dice lo mismo de ella en verano,
otoño e invierno. Suele ocurrir cuando se tiene querencia por algo o
por alguien. Hermosa y de ambientes diversos. Lo mismo llueve en la
plaza de Camachos que los reflejos diamantinos del sol nos ciega en
la Gran Vía, no lejos de la casa de un Gran Benefactor de la Región
durante 18 años ya. En medio, el río fluye libre de represas,
arrastrando la historia, tal vez los cadáveres de demasiados años
de desgobierno. Somos un pueblo de benefactores: desde los caciques
premodernos hasta la pléyade de dadivosos y acaramelados nazarenos,
de huertanos desfilando en elevadas plataformas de morcillas,
salchichas y longanizas, de sardineros con los ojos como platos de
felicidad al lanzar plástico barato
made in china a la multitud entusiasta y de otros
especímenes tribales que nos hablan del despegado interés por las
cosas materiales de los habitantes de este rincón del sur. Pasado el
portal del Gran Benefactor, comienzan a escucharse los silbatos. Es
sabido que cuando se pitorrea en Murcia es o porque el real Murcia ha
perdido un partido, cosa muy normal a pesar de un propietario que
entiende de pelotazos (o por eso mismo) o porque comienzan los tres
días de la Gran Borrachera de los sardineros, una tradición que
cada año mejora su solera y a la que, en el País de Búho, más
pronto que tarde se solicitará que sea declarado Patrimonio
Inmaterial de la Humanidad.
En estos días de fiesta,
me quedo con el movimiento del río, con el reflejo del sol
crepuscular en el cañaveral amansado en la cola de una ridícula
sardina anclada al fondo cenagoso. Llevamos ya tres semanas con un
río que se mueve como una serpiente que va dejando en su camino
cáscaras de piel seca. En la mota del río, el agua cubre la parte
baja de las palmeras e imaginamos, la distancia nos impide verlo, a
decenas de picudos rojos agarrándose a las cañas que tropiezan con
los troncos, se escoran y siguen su descenso en busca del mar. ¡Ojalá
la corriente arrastre a los benefactores de esta ciudad, la limpie de
la pátina de óxido ideológico que la constriñe entre tanto
plástico tóxico, la libere de su aburrimiento centenario!.
El río baja lleno de
cadáveres, que el mar los entierre y de ellos solo recordemos que
fueron gentes que nos hicieron bostezar de aburrimiento durante
décadas enteras.
¡Ojalá!.
martes, 2 de abril de 2013
Te miro

El río fluye hermoso. Bajan las cañas, las ramas, la hierba seca, la hojarasca del otoño pasado, y tú, tú bajas de las altas montañas, de las nieves inmaculadas, de las llamas eternas del cielo estelado. Eres la mariposa que alguna vez contuve en mis manos cerradas, mirándote entre los jirones de una piel que ya se cuartea inexorablemente. En derredor, el estío, el calor, los saltamontes, los desolados paisajes de las chicharras y del sol cayendo vertical con sus uñas que desgarran la piel con sus húmedos suspiros.
Te miro y pienso que alguna vez tu invisibilidad, esa mano que te busca en el pesado aire de un día despejado y solo encuentra estupor en el alma ausente, fue carne, piel, vello erizado, expectación en el pecho, presión en las sienes y liberación, placidez, sueño tranquilo. Se interpone entre nosotros la cara oculta de la luna y tus ojos son mieses que brillan como luciérnagas en los cráteres del astro anhelado.
Te miro, miro el vacío dentro del esqueleto que nos sostiene levitando en lo que alguna vez fue amor y ahora es solo olvido.
martes, 26 de marzo de 2013
A propósito del Francia-España de fútbol
Emocionante
La Marsellesa, ese himno que se canta en las épocas mas trágicas, y
que al escucharse se sabe que la libertad se puede coger con la mano,
como si tratara de una fruta madura, dulce, brillante de esperanza.
Solo los pueblos libres, y los que aún en la derrota se sienten
libres, la pueden cantar.
domingo, 24 de marzo de 2013
El rostro del gozo

Todo esto pasó y ahora,
con el viento fresco de la primavera agitando las hojas de los sauces
y el vuelo de las palomas esbozando quiebres de alas en un horizonte
urbano transido por el tañido de las campañas, percibimos
nítidamente que el baloncesto es un deporte, que siempre careció de
la mítica de la lucha por la vida y que las teorías más barrocas, que le construyen esqueletos con los restos de las teorías de
Einstein, pueden ser refutadas en el primer año del parvulario.
Finalmente, solo queda el
rostro de Santa Teresa y su gozo profano, y todo lo hablado en las
tardes otoñales, esos discursos hilados con el espacio, el volumen y con el aura que surge de la piel sudorosa y brilla como las luciérnagas
en noches de luna nueva, se olvidan como residuos huecos de
estafadores de la irrealidad en la que viven y hacen vivir a sus
pupilos.
La gacela es un bello
animal herbívoro de movimientos gráciles. Con el tiempo será
devorado por el cazador más dotado de la sabana. Para algún
entrenador, el arte consiste precisamente en el sacrificio del animal
débil y pedirá, además, que el rostro de la gacela muestre el gozo
carnal de una santa de Ávila berniniana para morir artísticamente
con la bendición divina.
Al otro lado del río,
las noches son más largas. Mientras, el río fluye y en los rizos del
agua observamos los rastros del amor profano.
martes, 19 de marzo de 2013
"En mi primera infancia mi padre me dio un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vuelta por la cabeza.
"Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien- me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas..."".
Pues eso.
martes, 5 de marzo de 2013
del amanecer corintio...
es como la niebla del
amanecer corintio:
ciega el futuro con su
luz carmesí.
Y sin embargo aquello que
fue pervive en la luz,
es el tiempo del fuego,
aquel que arde y no se
consume.
Todavía admiro tu
cuerpo,
quema eternamente en el
infierno
siendo piel de agua,
y cuando lo busco en lo
que fue,
el presente siendo no es
y el futuro es melancolía
y desnudez.
¿Os acordáis de Cristina F.?
domingo, 3 de marzo de 2013
Recortes
“Los consejeros
trabajan en un plan de ajuste tras el déficit de 2012”- se lee en
La Verdad de Murcia. Los personas que aún creemos en algo también
preparamos planes de ajuste, en este caso para seguir creyendo en
algo. Por ejemplo, en la equidad en la retribución de premios y
castigos en los equipos, escribamos de baloncesto.
“El baloncesto regional
tiene futuro, a pesar de la crisis”- leemos en la página de la
Federación de Baloncesto de la Región de Murcia. No obstante, el
futuro de las cosas, salvo el de la Iglesia Católica, depende de la
percepción social, no solo sobre su necesidad, también sobre su
capacidad de transmitir valores sociales deseables.
Los manzanos de Nueva
Inglaterra, la lluvia, la sangre de sus bosques en otoño, los ríos,
la bondad y la maldad, el asesino que acecha en el recodo solitario
de un camino rural bordeado de sueños.
La detonación.
Somos capaces de las
maldades más reprobables con la aquiescencia social. La historia
reciente es un buen ejemplo. Desde la cúspide de la pirámide hasta
los rincones más apartados y ocultos al escrutinio del egoísmo (del
latín ego), observamos todos los días comportamientos irracionales,
reacciones iracundas que se ceban en los más débiles, una
incalculable esfera dónde se acumula todo lo que deleznable tiene la
raza humana y su deseo de poseer y no ser poseído.
Vivimos en una sociedad
en la que el poder ha sustituido inexorablemente a la colaboración.
En algún tiempo pasado (¿después de la última Gran Guerra?) la
dominación social se camufló de cooperación, desplegó finos
modales, transformó el usted y yo y llamó compañero (amigo del
alma) al otro. Usos sociales en una época en la que se supone la
soberanía popular y la igualdad de oportunidades. Al menos, todavía
podemos creer que el carnaval perenne en el que vivimos solo se
sustancia durante una semana en algunos países. No en España, país
de máscaras adheridas a la piel, país de máscaras superpuestas
hasta excavar en lo más profundo del corazón, allí dónde el alma
no existe, ni tampoco la vida.
Ser de alguna manera
creyentes nos lleva a estos inconvenientes, a sentir la disociación
entre literatura y comportamiento. Todas las personas somos poesía
(o prosa poética), al menos (o sobre todo) socialmente y lobos en el comportamiento. Es esta una característica privativa del Hombre, seas noble o vasallo, entrenador o jugador, interesado o neutral, padre o idilio...
¡Alguna vez hubo
maestros y comandantes a la vez?. Ya no.
martes, 19 de febrero de 2013
Ahora que hablamos de muertos...
Ahora que hablamos de muertos, es decir, de personas como tú y como yo, que ayer sonreían a la vida con confianza y hacían planes de futuro, y viajaban, no sé, a Praga por enero, a Nueva York en junio...
Ahora que miramos al viento turbio, de color ceniza, y las hojas caen en abril, y las lágrimas se secan contemplando un cuadro de Turner, y el brillo de la neblina es intenso como un rayo partiendo el alma de un árbol en el desierto...
Ahora que vemos en derredor luciérnagas que nos ciegan en el camino, y los llamamos bancos, y suspiramos cada vez que leemos sus esquelas adheridas a la piel quemada de las empalizadas de los hogares unifamiliares (con un pequeño jardín en la parte delantera)...
Ahora que los poetas bailan en la comisura de los labios del destino, y los cuervos que alguna vez habitaron en el bosque de la sabiduría y ahora trenzan con sus picos sinos trágicos en la frente de la luna, vuelven a la ciudad y se posan en los palacios de cristal que no dejan ver el pasado...
Ahora que somos desechos de nubes (o lo seremos en un futuro desconocido) y habitamos en el país del búho, protegidos del aullido inclemente de la desnudez y de la apariencia vestida por gobernantes sabios que nos aman y se aman con ojos de piedra dejados al azar en el fondo del estanque...
Ahora que las monedas se apilan en el puerto, y los aviones trazan círculos en el cielo buscando una brizna de hierba en el erial en el que morimos diariamente...
Ahora que quisiéramos huir de la línea gruesa de un pasado que fue trazada con el tizón de los páramos, y agitar con el pensamiento los fantasmas que deambulan con sus palos de golf...
Ahora que hablamos con la mirada mientras bostezamos al escuchar las mismas palabras que se repiten incesantemente desde hace 18 años...
ahora que el círculo se cierra y volvemos a la misma muerte que hace cincuenta años... Ahora que hablamos de muertos, hundo mi rostro en tu cuerpo e intento recordar cuando se torció el pasado para caer en las garras de un diablo tan mediocre que solo produce sonrojo y vergüenza.
Ahora que miramos al viento turbio, de color ceniza, y las hojas caen en abril, y las lágrimas se secan contemplando un cuadro de Turner, y el brillo de la neblina es intenso como un rayo partiendo el alma de un árbol en el desierto...
Ahora que vemos en derredor luciérnagas que nos ciegan en el camino, y los llamamos bancos, y suspiramos cada vez que leemos sus esquelas adheridas a la piel quemada de las empalizadas de los hogares unifamiliares (con un pequeño jardín en la parte delantera)...
Ahora que los poetas bailan en la comisura de los labios del destino, y los cuervos que alguna vez habitaron en el bosque de la sabiduría y ahora trenzan con sus picos sinos trágicos en la frente de la luna, vuelven a la ciudad y se posan en los palacios de cristal que no dejan ver el pasado...
Ahora que somos desechos de nubes (o lo seremos en un futuro desconocido) y habitamos en el país del búho, protegidos del aullido inclemente de la desnudez y de la apariencia vestida por gobernantes sabios que nos aman y se aman con ojos de piedra dejados al azar en el fondo del estanque...
Ahora que las monedas se apilan en el puerto, y los aviones trazan círculos en el cielo buscando una brizna de hierba en el erial en el que morimos diariamente...
Ahora que quisiéramos huir de la línea gruesa de un pasado que fue trazada con el tizón de los páramos, y agitar con el pensamiento los fantasmas que deambulan con sus palos de golf...
Ahora que hablamos con la mirada mientras bostezamos al escuchar las mismas palabras que se repiten incesantemente desde hace 18 años...
ahora que el círculo se cierra y volvemos a la misma muerte que hace cincuenta años... Ahora que hablamos de muertos, hundo mi rostro en tu cuerpo e intento recordar cuando se torció el pasado para caer en las garras de un diablo tan mediocre que solo produce sonrojo y vergüenza.
Gracias, Grecia
Desconozco si Grecia nos ha dado tantas cosas como se afirma en el video del IES Ingeniero de la Cierva. Demasiadas ciencias condensadas en poco más de siete minutos. Lo que sí recuerdo de mis lecturas de adolescencia es a Eos, "la de los dedos rosados" (la belleza, la belleza, la belleza de un mundo lejano en el tiempo, el manantial eterno que brota del corazón...). Lo que también tengo claro es que Grecia nos ha dado mucho más que Alemania (que me disculpe Grass, y Bach, y Mann, y el Báltico y sus blancas palomas ). Eso creo, aunque tal vez me equivoque y la gelidez de las miradas de las herederas de los junkers prusianos sea parte de nuestra herencia, la de esa gente que nos desangra mientras sonríe en las calles devastadas de una nación demasiado seria para ser humana.
martes, 12 de febrero de 2013
Siendo justa
Siendo justa con la crueldad humana, hubiera sido apropiado que el Congreso de los Diputados hubiera declarado bien de interés cultural el suicidio de ancianos desahuciados. No me cabe duda, que a muchos ciudadanos europeos les atraería, al menos antropológicamente, los usos culturales de unos políticos que aprueban y desaprueban simultáneamente el uso de la crueldad con los animales y la humanización de una ley hipotecaria que solo produce dolor, desesperación y deseos de morir.
País nuestro, cáliz nuestro.
lunes, 11 de febrero de 2013
El Papa ha abdicado (*)
(*)- o renunciado, que en las teocracias electivas no se sabe.
A ver si alguien en algún lugar toma ejemplo. No en España, claro. Ahora que con la crisis se han roto las esclusas del respeto, dejo un famoso monólogo de 1994 (¡hace 19 años!), sobre la realeza.
domingo, 3 de febrero de 2013
De la moralidad
La moralidad es un
atributo de los inmorales. Los demás, los que no somos nadie
-tampoco nada- no es que carezcamos de ella, es que no la
necesitamos. Somos seres morales por imposibilidad de ser inmorales-
lo que tampoco quiere decir que si pudiéramos ser reprochables
socialmente, lo fuéramos-. Por eso vemos y escuchamos a tanta gente
que nos produce al menos desazón en los medios de comunicación,
clásicos o no, dándose golpes de pecho, afirmando que nunca han
recibido ni repartido dinero negro, hablando incesantemente de
moralidad, la suya, y de inmoralidad, la de los otros. La mayoría de
la población vivimos una moralidad obligada y asumida como necesaria
mediante la educación y la tradición consuetudinaria de nuestros
ancestros. El no tener es un antídoto contra la golfería y el no
creer se está convirtiendo en antídoto que los golfos suministran a
la gente, extendiendo la sospecha de que el que no está corrompido
es porque no puede, nunca porque no quiere. Pero por fortuna- o por
desgracia- los que no tenemos son muchos y los que tienen pocos y en
franco descenso, por lo que la abominable necesidad de hacer pública
la moralidad (“llegué a la política perdiendo dinero”, más de
treinta años dedicado al interés público”) sin preguntas
molestas deja más al desnudo la mezquindad de los mentirosos,
ladrones y amorales representantes de la gobernanza de la última
década y media.
lunes, 21 de enero de 2013
de Anónimo

Un querido anónimo me ha remitido un breve resumen del partido de baloncesto junior jugado entre el CB Cartagena y el Infante. Por mi parte, renuncié a escribir sobre baloncesto hace años:
Gracias
chicos".
El resultado final fue CB Cartagena 53 Infante 59
El resultado final fue CB Cartagena 53 Infante 59
martes, 15 de enero de 2013
Brevísimas palabras para Lucía
No encuentro razones para escribirte. Ayer te envié la última carta y las voces que nos hablan en la madrugada no tienen la calidez de la noche y de sus brillos de luciérnagas enamoradas.
En realidad, esas voces se marcharon contigo y ahora el contacto de las ramas de la acacia con la ventana, son arañazos que desgarran mi alma mientras te busco a tientas entre las sábanas. ¡Qué distinto es el paisaje cotidiano sin tu presencia!. A veces, pienso que no existe Dios. Tampoco vida más allá del perfume de tu ausencia, que es el único indicio de que alguna vez fuiste mi compañera, mi amiga, mi amante. Y sin embargo, siento que mi corazón late acompasadamente, siguiendo los ritmos de la naturaleza, con el rumor lejano de las olas del mar que solíamos contemplar en los atardeceres del otoño perdido.
miércoles, 9 de enero de 2013
Una lectura al azar...

Bunyan, J. : El progreso del peregrino (un poco más acá de la mitad del XVII).
lunes, 7 de enero de 2013
Es tiempo de desenmascarar a los Reyes Magos
Es tiempo de desenmascarar a los Reyes Magos. Han sido siempre unos farsantes, culpables de transmitir una ideología igualitarista para perpetuar los privilegios de las clases dirigentes. En realidad, son un reflejo de la sociedad y de las relaciones de poder que se desarrollan en su seno. En los últimos años han recortado su cargamento y, al igual que los gobernantes de este triste país, sus recortes han golpeado a los grupos sociales más necesitados de solidaridad. Se han creado bancos de juguetes gestionados por filiales de la Iglesia Católica para mantener la ficción de la universalidad de sus prestaciones lúdicas. Pero en realidad, los Reyes Magos han dejado sin juguetes a cientos de miles de niños y niñas de este triste país. Y lo han hecho con una sonrisa en la boca, sin una sola crítica a las políticas de austeridad del Banco Central Europeo o del Fondo Monetario Internacional, sin una mención a los movimientos sociales emergentes que cuestionan el modelo de depredación del sistema económico dominante. Los Reyes Magos son hijos de su tiempo y como tales ofrendan mirra y oro a sus amos, los señores de la desigualdad.
Es tiempo de desenmascara a los Sabios de Oriente. Su labor de encubrimiento ideológico de las desigualdades sociales ya no es más que un pretexto para mantener descarnadamente los privilegios de las oligarquías gobernantes. Siempre fue así, pero la creación de los bancos de juguetes para ocultar su fracaso, su silencio ante la injusticia y su vacío milenario merece que sean destronados para siempre y enviados a hacer de bufones de sus amos, los señores de la desigualdad.
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