Ítaca no existe, caro
amigo: No la busques o se te helará el corazón.
Ítaca no existe. No
navegues entre Escila y Caribdis, no ansíes llegar a buen puerto
porque sus aguas calmas esconden más sufrimiento y amargor.
Ítaca no existe, es
bruma en el horizonte, lo sabes. Pero todo lo demás, los cíclopes,
Penélope y el gato que araña su pecho, los ancianos que se mecen
los cabellos canos contemplando los rizos del mar griego, los dioses,
vanos y lujuriosos, los escritores que se detienen en el camino,
aspiran el aire de los olivos y se duermen bajo el sol de la
esterilidad, lo hemos visto en esta liga y la veremos en la próxima.
Estoy cansada, desde este
lado del río, de misteriosos y callados barrios, siento el cansancio
de la mediocridad ahora que el río se ha parado definitivamente.
2 comentarios:
Tal vez Itaca exista y vuestro entrenador encuentre esta noche el camino para mover mañana a sus jugadores y poder hacer un buen partido. Jugadores tiene para ganar, sólo tiene que cambinarlos para ello.
Al final, desde lo alto del mástil, Itaca fue encontrada.
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