Cuando las nubes de neón
adquieren la tonalidad cobre de ciertos amaneceres, me descubro
desnuda en la piel de melocotón que me habita. Entonces, hablo, río,
me equivoco, me muerdo las uñas, miro para otra parte, hablo de
Mondrian, de Yeats o de la poesía macedónica contemporánea (que
desconozco). La cuestión es salir a flote con el sol a rastras
reflejado en las ondas y en la piel, que busco deshabitar con la
rapidez que el condenado a muerte pide abandonar la vida cuando la
última esperanza es una sombra espectral que se desliza por el suelo
de la celda.
1 comentario:
Conozco ese sentimiento pero, no sabría expresarlo tambíen como lo has hecho tú. Yo me refugio en la música o en la pintura.
Permíteme que te exprese esa angustia con una canción de Celtas Cortos . "La Senda del Tiempo".
http://youtu.be/5TGMsbMCiDs
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