
Un fuego helado brilló
en el horizonte.
Un fuego verde,
Andrew Carter miró
alrededor y supo que su obra dejaría huella.
Un bosque de carbón...
Y en el cielo, la luna es una espectadora privilegiada del devenir absurdo. Con sus lentes de aumento nos contempla y nos retrata como hormigas insignificantes, entre inmensos océanos y profundas quebradas abiertas con un cuchillo de estrellas. Lucía Sánchez
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