domingo, 10 de junio de 2012

tribus


Mientras las tribus europeas se desgañitan en Polonia y Ucrania y los huesos flotan en el río arrastrados por la corriente, Lucía me escudriña el rostro grave y me interroga:
-¿Y ahora qué?.
Le señalo el cielo azul, la brisa tórrida que agita levemente las hojas de los sauces, las calles vacías, junio y sus luces de naranja incandescente, los pocos euros que guardo en el bolsillo del pantalón y le digo, en un susurro de luciérnagas y de cascadas de espumas boreales, que es hora de unirnos a la tribu. Fuera no somos nada, dentro tampoco, pero su griterío ensordecedor nos evita pensar y nos lleva de su alas de inconsistente desenfado entre las tormentas de la primavera y las desilusiones del estío.
Mientras la tribus europeas de desgañitan en Polonia y Ucrania, Lucía y yo nos besamos desnudos en mitad del césped y el amor es invisible entre tanto salvaje dando patadas a balones de fútbol.
Es nuestro momento, Lucía.  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El presupuesto tendrá que estar equilibrado, el tesoro tendrá
que volver a llenarse, la deuda pública se tendrá que reducir,
la arrogancia de la burocracia tendrá que ser atemperada y
controlada y la ayuda a las tierras extranjeras tendrá que
eliminarse para que Roma no entre en la bancarrota.
El pueblo debe otra vez aprender a tr...abajar en vez de vivir de
la asistencia pública"/*

*Cicerón, 55 A.C.

... ¿Que coño hemos aprendido en MAS DE DOS MIL AÑOS?

Anónimo dijo...

Si al menos las danzas sirviesen para unir a las tribus, aún le encontraría un sentido. ¡Qué pena! tanto dentro como fuera de Polonia todo es un "sálvese quien pueda", aquí todo vale en tanto el árbitro mire para otro lado.