Sí, leyendo a Robert
Fisk concluimos que todas las guerras son guerras por la
civilización, por una forma de entender la civilización que excluye
a las demás. Y ahora, mientras Rajoy me mira y Zapatero duerme
plácidamente en cualquier nube de la tramontana, pienso que las
guerras económicas contemporáneas han impactado en un país con
políticos de una mediocridad decimonónica, como aquellos que
hicieron el ridículo en contiendas coloniales o buscaron en la
autarquía el aislamiento de las navajas brillando a la luz de la
luna.
No sé que pensar. La
radio amplifica los gritos de una sociedad ruidosa. Hemos sido
intervenido, Europa nos ha enlazado el cuello con la cuerda de la
asfixia social. Todo lo que ha erigido la gente común, trabajadores
que pagan sus impuestos religiosamente, con los que se han diseñado
los sistemas sanitarios y educativos públicos, está en peligro. Esa
gentuza que ha entendido el lucro como fruto del esfuerzo individual,
toda esa letanía neocon que nos ha hundido con sus mentiras del
crecimiento continuo y el fin de los ciclos económicos en sociedades
diseñadas para el desenvolvimiento libre del mercado, todos esos
banqueros, políticos corruptos, alcaldes prevaricadores, ladrilleros
de urbanizaciones de lujo, paramount o aeropuertos sin aviones, nos
han hundido y con nosotros se hunde también, y aquí el dolor y la
rabia, todo el esfuerzo de una sociedad, de una gente común que ha
pagado sobradamente la educación, la sanidad y los servicios
sociales que tenemos, que teníamos, hasta ahora.
Se transfiere la deuda
privada, creada por toda esa gentuza, al sector público. Y al
transferirse se exige que se reduzca y que se desmantelen las
prestaciones del estado a los ciudadanos. Y mucha gente común, esa
que se escandaliza con los rolex de Méndez o con los viajes de Toxo
a los fiordos noruegos, arenga políticas de desmantelamiento que
objetivamente les perjudica. La deuda privada es transferida y con
ella todas las exigencias que están ahogando a países como Grecia y
Portugal.
Es increíble tanta cara
dura.
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